BETIS - REAL MADRID

Las memorias de un Betis con solera, entre la discusión de Luis Aragonés y las cestas de Navidad de Lopera: "No irse, que ahora os voy a dar una caña de lomo"

Iván Pérez, mirlo blanco que jugó en el Betis con su hermano, visita Relevo antes del choque entre sus dos exequipos. "Durante el trayecto en el cercanías, nos han robado muchas veces", recuerda de sus años en Chamartín.

Iván Pérez, posa como jugador del Betis. /CEDIDA
Iván Pérez, posa como jugador del Betis. CEDIDA
Jonathan Ramos
Salvador Fenoll

Jonathan Ramos y Salvador Fenoll

Jugó dos ratitos con el Real Madrid, como quien dice, pero pocas personas conocen tanto de la nave blanca como Iván Pérez. Hermano pequeño de Alfonso, creció en una familia de mucho fútbol. Sus primeras patadas las dio junto a su hermano y con Víctor Sánchez del Amo bien cerquita. Con 49 años todavía recuerda sus tardes en el Cercanías rumbo a Atocha para después entrenar en la antigua Ciudad Deportiva, situada en Chamartín. "Nos han robado muchas veces. Yo llevaba dinero en dos bolsillos, en uno la cantidad para comprarme el bocadillo después de entrenar, y en otro el posible dinero, que eran pesetas, por si te robaban", revive.

A pesar de que le bailan las fechas, como reconoce en un café previo a la entrevista, no olvida su único gol en el primer equipo. Como para hacerlo, fue en la despedida de Míchel y de Laudrup: "En ese partido hay un momento en el que Míchel me da un abrazo y me dice algo al oído. Nunca supe lo que me dijo". Vicente del Bosque, entre otros tantos, le enseñó lo que es el Real Madrid, y Luis Aragonés, ya en su etapa por Sevilla, a matar por un entrenador. En el Betis compartió delantera con leyendas como Finidi, Denilson y Alfonso Pérez, con el que también comparte ADN.

Iván Pérez vive de manera especial los Betis - Real Madrid. El de este sábado lo hará desde el estudio de Onda Madrid, donde comenta todos los partidos del equipo blanco. En su visita a Relevo rescata las broncas de Lopera, sus anécdotas con Joaquín o el carácter de Aragonés. Pocos invitados como él antes de un partido tan simbólico para su familia.

Empiezas en el mundo del fútbol al mismo tiempo que Víctor Sanchez del Amo.

Empecé a construir mi vida deportiva formando un equipo de futbol sala que se llamaba Deportes Alfonso. Tiene su gracia, porque no tiene nada que ver con mi hermano. Es una tienda de deportes que había en Getafe. En ese equipo coincidí con Víctor Sánchez del Amo, que es amigo mío de Getafe. Hacemos un equipo, empezamos a ganar partidos y jugamos la final de la Copa de Madrid. En esa época coincido mucho con el Rayito, nuestro eterno rival, que era un equipo de fútbol sala donde jugaban Guti y Pepe de la Sagra. Ahí empieza mi vida deportiva, luego ya pasamos al fútbol porque mi padre decía que el fútbol sala ya se había acabado. Jugué después en el Deportes Solimar, otro equipo de una tienda de deportes de Getafe. Tuvimos un partido amistoso contra el Madrid. Al final del partido, en la Ciudad Deportiva antigua [Chamartín], una persona del club habla con Víctor y conmigo para que entrenemos con las categorías inferiores del Real Madrid. Al final los dos nos quedamos allí. Yo entro al Alevín del Madrid, la temporada siguiente me suben al Infantil A directamente, lo mismo me pasó con el Cadete A y Juvenil A. Luego toco el equipo Sub-19, el Real Madrid Castilla y llego al primer equipo.

Iván Pérez recuerda el partido de despedida de Míchel. RELEVO / SALVADOR FENOLL

¿Cómo son los primeros años en la Ciudad Deportiva?

Te cambia la vida, el sueño desde que eres pequeño es ser jugador de fútbol. Paso de un equipo pequeño de Getafe a ir cuatro días a la semana a entrenar en tren a la Ciudad Deportiva. En esa parte de la vida empiezas a madurar, porque en el tren me pasa de todo. Al final tienes que ir solo, ya no vas con tus padres, te roban, te pegan... Tienes que empezar a madurar en el aspecto personal y en el futbolístico. Empiezo a vivir sin la ayuda continua de mis padres. Es entrar a la Ciudad Deportiva y te cambia la vida, notas que se está cumpliendo el sueño de tu vida, que es jugar en el Real Madrid. Vas quemando etapas, ves a compañeros que se quedan, otros que suben de categoría, te va llamando la Selección…

"Durante el trayecto en el cercanías, nos han robado muchas veces. Yo llevaba dinero en dos bolsillos, en uno la cantidad para comprarme el bocadillo después de entrenar, y en otro el posible dinero, que eran pesetas, por si te robaban. Por si te decían: 'dame el dinero'. Yo le daba lo del otro bolsillo. Por eso digo que al final maduras".

Iván Pérez Sobre sus años en la cantera del Madrid

¿Cómo es eso de que te robaban?

Yo vivía en Getafe y tenía que ir andando a la estación de Getafe Centro, desde ahí iba a Atocha y luego a Chamartín. En ese trayecto había muchos peligros, tenías que cruzar las vías corriendo para no perder el tren y llegar tarde al entrenamiento, por ejemplo. Era una locura. Luego, durante el trayecto en el cercanías, nos han robado muchas veces. Yo llevaba dinero en dos bolsillos, en uno la cantidad para comprarme el bocadillo después de entrenar, y en otro el posible dinero, que eran pesetas, por si te robaban. Por si te decían: 'dame el dinero'. Yo le daba lo del otro bolsillo. Por eso digo que al final maduras. El dinero de mi bocadillo que no me lo quiten porque luego cuando sales de la Ciudad Deportiva tienes muchísima hambre y tienes que volver a la noche a casa. Mi padre cuando podía me llevaba y cuando no, pues me buscaba la vida con los padres de los compañeros. Por la noche intentaba volver con un compañero que vivía en Torrejón de Ardoz y me dejaba cerca de casa. La vida hasta que tocas la gloria no es fácil. También tienes que renunciar un poco a los estudios, porque no es fácil de compaginar, pero siempre digo que lo primero son los estudios. Yo me preocupé más del fútbol que de estudiar, me salió bien, pero me podía haber salido mal. Yo me iba en mitad del curso un mes a Chipre con la Selección, ahí te pierdes muchos exámenes. Algunos profesores ayudaban y otros no tanto, pero terminé suspendiendo algunos cursos, porque yo quería ser jugador de fútbol.

Una de tus anécdotas más célebres dentro de la cantera del Madrid involucra una arenga de Vicente del Bosque y a Raúl, pero como jugador del Atlético, ¿qué pasó?

Ese día entendí un poco lo que significa el Madrid, esa mística que dicen de las remontadas. Al final, cuando estás en las categorías inferiores en el Madrid, te educan a ser persona, a competir y a ganar. En el Madrid, cuando eres pequeño, no vale otra cosa que no sea ganar. Nosotros, en el Infantil, Cadete o Alevín, no se te podía pasar por la cabeza perder contra el Atleti. Había hasta veces que si perdías te llamaban la atención. Siempre había que competir. El partido del que hablas es una final de la Copa de Madrid, que jugamos contra el Atlético de Madrid, en el que todavía jugaba Raúl González. El campo estaba lleno de aficionados del Atleti, además era de tierra. Nos vamos al descanso perdiendo 2-0. Bajó Del Bosque al vestuario y nos echó la charla: 'Esto es el Madrid, teneís que competir que el partido no se ha acabado, tenéis toda la segunda parte para ganar'. No era una especie de bronca, pero quería arrancarte ese carácter para que le dieras la vuelta al marcador. El entrenador del equipo era Antonio Quiroga, que después de que se fuera Del Bosque, nos dice mientras se agarra el escudo: 'Mira, tenéis la segunda para darle la vuelta a esto porque tenemos que ganar, porque somos el Madrid'. Nos puso los pelos de punta, nos miramos en el vestuario y notamos eso que pasa en el primer equipo en las noches mágicas. Salimos al campo, marcamos el 2-1 y pusimos el balón en el centro del campo, volvimos a atacar y marcamos el 2-2. En la prórroga yo marco el 2-3 para ganar el partido y se me ocurre ir corriendo al entrenador y le doy un abrazo, le señalo y grito 'esto es por ti'.

El sueño de ser jugador de fútbol se cumple con tu debut en el Real Madrid.

Soy un tío muy tranquilo, pero el único momento en el que me puse nervioso en mi vida fue el día en el que debuté en el Bernabéu. Fue en el trayecto del hotel al Santiago Bernabéu, en ese trayecto de autobús, que te vas acercando y empiezas a ver a la gente con bufandas, todos cantando… ¡Y era contra el Espanyol, imagínate si hubiera sido un partido de Champions! Ahí dices: 'Ostras, es el momento más importante de mi vida, tengo la posibilidad de debutar con el Real Madrid'. Cuando consigues eso, no puedes parar. Hace poco he estado con mi mujer y mi hija haciéndo el tour del Bernabéu. Después de tantos años en el club, solo lo he hecho una vez durante una visita de una amiga, pero con la remodelación del estadio volví a ir. La sensación que tuve cuando pones mi nombre en una pantalla y sale mi cromo… ¡me lo compré! Hostias, es que yo he estado en el mejor club del mundo. No me he dado cuenta hasta que he ido con los veteranos a México, llegas allí y ahí cinco cámaras, se emite en directo, 40.000 personas en el estadio. Una locura.

"En ese partido hay un momento en el que me da un abrazo y me dice algo al oído. Nunca supe lo que me dijo. Con todo el estadio lleno y la cantidad de gente que aplaudía, él me susurró algo al oído, pero no lo escuché. Tampoco se lo pregunté luego"

Iván Pérez Sobre la despedida de Míchel.

Eras delantero, como tu hermano, pero marcaste mucho más que él en tu etapa en la cantera.

Yo he sido un poco diferente a mi hermano. Él era mucho más técnico, un jugador supercompleto. Yo era de área, de esperar el momento. Marqué muchos goles en las inferiores del Madrid. Creo que tenía el récord en una temporada, marqué 126 goles, pero luego me dijeron que lo había superado Portillo. También lo tuve en las categorías inferiores de la Selección, que solo me faltó jugar en la absoluta. Me lo dijo Barritos, que era el delegado del Dépor, y me hizo mucha ilusión. Marqué tanto porque estaba muy bien acompañado. Tenía a Guti por detrás, a Víctor Sánchez del Amo por la derecha, Álvaro Benito por la izquierda. Me ponían balones continuamente, y en la Selección pasaba lo mismo. Tuve la gran suerte de jugar con Guti, también, con Iván de la Peña, o con Míchel, eran futbolistas que te hacían muy fácil jugar.

Iván Pérez recuerda su anécdota con Luis Aragonés y un grano. RELEVO / SALVADOR FENOLL

Hablando de otro Míchel, no el de Vallecas, ¿cómo fue vivir su retirada en primera persona?

Sí, yo estuve en el día que se retiró. Fue contra el Mérida y era la despedida de Míchel y también de Laudrup. En ese partido hay un momento en el que me da un abrazo y me dice algo al oído. Nunca supe lo que me dijo. Con todo el estadio lleno y la cantidad de gente que aplaudía, él me susurró algo al oído, pero no lo escuché. Tampoco se lo pregunté luego. Me dio mucha pena porque me hubiese gustado saber lo que me decía.

¿Nunca has coincidido con él para preguntárselo?

Sí, he coincidido alguna vez en la Ciudad Deportiva, el otro día me mandó un mensaje también, por una foto de Instagram. Pero no se lo pregunté nunca, ya no se va a acordar. Me quedo con el buen momento de haber estado el día de su despedida, aparte él se pone de rodillas y besa el campo, y, te lo juro, me dieron ganas de llorar. Casi se me saltaban las lágrimas porque ahí se me juntó todo. Estaba en el Bernabéu, con el campo lleno, con mi familia en las gradas y se despedían dos leyendas del fútbol. Imagínate lo que supuso ese partido para mí. Marqué un gol también y me hicieron el penalti que luego terminó metiendo Míchel. Fue un día redondo.

Pese a los intentos, no consigues mantenerte en la dinámica del primer equipo.

Yo juego con el Madrid tres partidos, y luego también había jugado algún amistoso contra el Hércules, en una de esas pretemporadas por Almendralejo. También estuve en la gira por Sudamérica, donde jugué cuatro o cinco veces.

A pesar de llevar pocos partidos en el primer equipo, una aficionada te regaló un cojín con tu cara, ¿cómo reaccionaste?

Sí, hay una chica que me regala un cojín el día de mi debut. Es un cojín con una foto mía. Yo lo pongo en mi habitación, por casa de mi madre debe de estar. No me chocó tanto porque es el Madrid. En la Ciudad Deportiva antigua te regalaban un montón de cosas. Yo tengo muchas fotos de ese entonces, de gente que te esperaba para darte un peluche. Lo tengo todo en casa de mi madre, tengo todas las cartas que me mandaban a la Ciudad Deportiva en un cajón. Yo las iba abriendo y metía una foto mía firmada de publicidad con las botas Joma. Siempre que podía, respondía a todo el mundo. Cuando te dan tanto cariño que menos que ser correspondido.

¿Ahora que mencionas a Joma, tu hermano fue el primero en llevar botas blancas, no?

Sí, lo de mi hermano fue una historia increíble. Alfonso y yo llevamos toda la vida con Joma, y tenemos un amigo que se llama Jesús. Le dijo a mi hermano, de manera literal, '¿a que no tienes huevos a ponerte unas botas de color blanco?'. 'Házmelas, que me las pongo', respondió mi hermano. Fortu, el dueño de Joma, se fue a por el cuero tratado y le hicieron la bota. El primer jugador en llevar una bota de color fue mi hermano. Yo me acuerdo de que a Fortu, lo mataron. 'Como es posible que diseñes una bota de color', le decían. Ahora no hay un niño con botas negras. Mi abuela usaba las botas blancas para distinguir a mi hermano.

Tienes una anécdota con Joaquín gracias a esas botas.

Fui a jugar un partido al Benito Villamarín, un partido de estos de artistas, toreros y cantantes [ríe]. Entró en el vestuario Joaquín y yo me quedé mirándole. La gente empezó a hacerse fotos con él, mientras yo estaba con mi hermano y Morientes. Hay un momento en el que me acerco a él tímidamente y le digo '¿te puedes tirar una foto conmigo?'. Me dice: 'Hombre Iván, te voy a contar una cosa que te vas a quedar flipado'. 'Y este que me va a contar', pienso. Yo no sabía si se iba a acordar de mí, porque yo estaba en el primer equipo y él todavía en inferiores. Nos tiramos la foto y me dice: 'Cuando yo era pequeñito, subí al vestuario del primer equipo y te pedí a ver si me regalabas unas botas y me diste unas nuevas, unas Joma con el logo amarillo, las tengo en casa todavía'. Qué ilusión me hizo que un tío tan grande como Joaquín tenga unas botas mías.

¿Cómo surge la posibilidad de fichar por el Betis?

Fue una operación conjunta, entramos mi hermano, Valerio y yo. Juraría que fueron 1.150 millones de pesetas, 1.000 de ellas por mi hermano y 150 por Valerio y por mí. En ese momento, Lopera vio la opción de traer tres jugadores, dos de la cantera del Real Madrid y Alfonso, que ya era un futbolista importante.

Ahora que mecionas su figura, ¿qué recuerdo tienes de Lopera?

Lopera era un personaje. Si el equipo iba bien era el mejor presidente del mundo, porque se portaba muy bien. Él era un presidente muy cercano, lo que pasa es que él hubo muchos problemas con jugadores, porque él te presionaba tanto, que hasta te hacía renunciar a un dinero que te pertenecía por irte a otro equipo, y de ahí tuvo algunos problemas. Pero él se portó muy bien con mi familia, con mi padre, con mi hermano. Lopera era un genio, un figura. Yo he tenido la gran suerte de coincidir con él en su época buena del Betis. Es verdad que nosotros tenemos una etapa de muchos entrenadores, pero cuando llega Javier Clemente nos metemos ahí arriba en la clasificación. Hubo un día de Navidad que jugamos contra el Celta de Vigo, fuera de casa. Perdimos el partido y veníamos de madrugada a Sevilla. Lopera nos dijo: 'no irse a casa, que ahora os voy a dar la cesta de Navidad'. Tú veías a Lopera, un tío multimillonario, que abre una furgoneta y te da una caña de lomo y un queso. Yo no veo a ningún presidente de Primera División diciendo: 'toma, una caña de lomo, toma queso, tomo jamón'. Eso era Lopera, un genio.

"Nos levantaron de la cama, 'oye, bajad al salón que tenemos que hablar con vosotros'. Estábamos alucinando. Cuando llegamos al salón escuchamos a Lopera y Luis Aragonés discutir. 'Esto del contrato', 'pues toma el contrato', 'te lo metes por donde te da', escuchamos el murmullo. Cuando sale, Luis nos dice que se va, que tiene problemas personales"

Iván Pérez Sobre la salida de Luis Aragonés del Betis.

¿Y cuándo el equipo iba mal, cómo era Lopera?

Era difícil. Fíjate, yo siendo jugador del Betis, a mí me daba igual lo que hiciera el Sevilla, y cuando jugaba en el Madrid lo que hacía el Atleti, y jugando en el Dépor lo que hacía el Celta. Ahora bien, en el Betis lo primero que preguntaba era qué había hecho el Sevilla, porque si nosotros perdíamos y perdía el Sevilla, teníamos una semana más o menos tranquila. Si ganábamos nosotros y perdía el Sevilla, la semana era espectacular. Cuando pasaba al revés… Lopera llevaba al Betis muy dentro, fue el que puso ahí el dinero para salvar al Betis.

Iván Pérez sobre la ruptura entre Aragonés y Lopera. RELEVO / SALVADOR FENOLL

Viviste desde dentro la ruptura de Luis Aragonés con Lopera, dos trenes de mercancías descarrilando.

A mí aquella noche me dio mucha pena, porque Luis Aragonés nos dice que se va. Nunca supimos los motivos, pero fue porque regañaron entre los dos. Nosotros estábamos en plena pretemporada y llamaron a las habitaciones. Nos levantaron de la cama, 'oye, bajad al salón que tenemos que hablar con vosotros'. Estábamos alucinando. Cuando llegamos al salón escuchamos a Lopera y Luis Aragonés discutir. 'Esto del contrato', 'pues toma el contrato', 'te lo metes por donde te da', escuchamos el murmullo. Cuando sale, Luis nos dice que se va, que tiene problemas personales. Yo creo que eran con Lopera. A mí me dio mucha pena, porque se portó muy bien conmigo. Tú quieres que como jugador el entrenador te sea sincero. A mí con Javier Clemente me pasó. 'Iván, tú no vas a jugar todo lo que necesitas', me dijo. El tío fue sincero conmigo. En ese momento puedo pensar, 'joder, que cabrón Clemente, que no cuenta conmigo'. Cuando pasa el tiempo le estás eternamente agradecido porque te fue sincero. Luis Aragonés habló conmigo y me dijo que yo iba a tener minutos, que yo iba a jugar, que él contaba conmigo y me dio mucha pena que se fuera.

Gracias a él no pagaste para que te operaran la cara.

Cuando Luis Aragonés firma con el Betis, nos reúne a todos y nos dice: 'Chiquitos, si ustedes tienen algún problema me lo dicen a mí, que yo voy a intentar ayudarles'. Pues yo tuve un problema. Me salió un granito en la cara, en la cicatriz que tengo aquí [se señala el rostro]. En un entrenamiento tiran un córner y el de delante se separa y me pega el balón en el grano. Se me pone la cara inflamada. Entonces voy al doctor del Betis y digo, 'mira doctor, mira lo que me ha pasado'. 'Hostia Iván, esto te tienes que operar, pero te lo vas a tener que pagar tú', me dijo. ¿Me voy a tener que pagar yo una cosa que me he hecho entrenando? Imagínate, yo tan jovencito yendo al despacho de Luis, estaba nervioso, toco a la puerta y entro. 'Hombre Iván, ¿qué le pasa a usted?', me saluda. Estaba un poco temblando todavía: 'Míster, mira lo que me pasó en el entrenamiento de ayer, y me han dicho que me tengo que operar, pero que lo tengo que pagar yo', le expuse. 'Pero, ¿cómo se va a pagar usted una cosa que se ha hecho entrenando? Váyase usted al vestuario que ahora le llamo'. Entonces yo me levanto y me voy. Te lo prometo que tardó tres minutos. Aparece por el pasillo del vestuario y me grita: 'Iván, a usted esta tarde le operan en la clínica y no paga un puto duro'. ¿Cómo no vas a salir al campo y vas a pelear por ese tío? Si él se ha peleado con el presidente, con el médico, con el de la clínica y con todos, y a mí no me conoce nadie. No pagué un puto duro, como dijo él.

¿Cómo fue para la familia que los dos hermanos jugasen en el mismo equipo?

Un sueño, porque el sueño de mi padre era que sus dos hijos jugaran al fútbol. Me han hecho un montón de veces la pregunta de las comparaciones, pero es que yo no tenía comparación con mi hermano. Para mí, y lo digo quitando el aspecto familiar, Alfonso es uno de los jugadores más completos que ha habido en España, y en Europa, si me lo permites. Yo no he visto a un jugador, en mi vida, ni a día de hoy, que tire los penaltis con la pierna menos buena. Yo he visto a mi hermano en el campo del Rayo, tirar un penalti con la izquierda, que yo voy a tirar un penalti con la izquierda y me caigo. Atreverte a tirar con la pierna mala en Primera División… Me lo dijo hasta Toril, que está ahora en el Real Madrid Femenino: 'Yo no he visto un jugador tan completo, o ha habido muy pocos que sean tan completos como tu hermano'. Era un jugador diferente, supercompleto, para mí ha sido un referente siempre.