Jesús Navas, el informe de la leyenda que le 'sonrió' a la ansiedad: "Llamó a las cuatro de la mañana a José María del Nido diciéndole que se iba"
Movistar repasa la carrera del mayor estandarte del Sevilla. Su constante lucha psicológica, protagonista en un viaje por la vida de un auténtico campeón.

Respeto. Eso es lo que encuentra Jesús Navas allá por donde va. Algo más de tres meses después de su inolvidable retirada, el palaciego no ha decidido aún cuál será su futuro, pero en Nervión se ha ganado el derecho a que le esperen eternamente. Aunque su historia trasciende de lo puramente local e, incluso, nacional. Es el Duende del mundo -aunque siempre vivirá en Los Palacios-.
Movistar, como no podía ser de otra forma, le tenía guardado a Jesús Navas su particular homenaje. El Informe Navas ha tenido pegado a la pantalla a todos los amantes del fútbol para adentrarse en un viaje por la vida del, ya sí, exfutbolista. El eterno capitán del Sevilla, además, protagoniza una de las luchas que más visibilidad, afortunadamente, está teniendo en los últimos años: la salud mental.
Jesús Navas salió de Los Palacios en edad infantil. Llegó al Sevilla y las categorías se le quedaron cortas a la velocidad de sus carreras. De un plumazo. Y de repente estaba debutando con el primer equipo, a las órdenes de Joaquín Caparrós. El propio técnico cuenta en Movistar que "rompió con todos los moldes, pues cómo un jugador con esos kilos podía jugar en Primera". Y tanto que lo hizo, aunque sus problemas con la ansiedad estuvieron muy cerca de hacerle abandonar.
"Llamó a las cuatro de la mañana a José María del Nido diciéndole que se iba" recuerda Paco Gallardo, uno de sus primeros compañeros de habitación y de los jugadores que más ayudaron a Navas en sus inicios. Tuvo que abandonar, incluso, la concentración del Sevilla en Cartaya y todo se volvió muy incierto. Con la ayuda de Miguel Ángel Gómez y de toda la plantilla, Jesús dio el paso de volver. Y todos entendieron una situación muy atípica en el fútbol de ese momento.
Y es que Jesús Navas seguía, siguió y seguirá siendo el mismo que, tras un partido en Los Palacios, reconoció ante los micrófonos que su ídolo era Kodro. Sí, el mítico delantero de los noventa que defendió el escudo de la Real Sociedad y el Barcelona entre otros. Único hasta para eso. "Tenía cara de niño", recuerda Pablo Alfaro en Movistar. "Le sobraba ropa por todos lados", asegura un Joaquín Caparrós que fue "como un padre" para el palaciego.
El viaje en la selección y su vuelta a Sevilla
En el Informe Navas tampoco podía faltar un hueco para recordar su historia de superación con la selección española. Jesús Navas derribó, una vez más, sus miedos a base de mucho esfuerzo, con Fernando Hierro como uno de los hombres más importantes en aquella transición. Su primera cita importante fue el Mundial de Sudáfrica, con un resultado que nunca olvidará el país.
La segunda, en la Eurocopa de 2012: campeones. La tercera, en la Liga de Las Naciones, ya con Luis de la Fuente a los mandos. Resultado: campeones. La última, la Eurocopa que ha vuelto a hacer soñar a toda España. El resultado: campeones.
Porque Jesús Navas es sinónimo de éxito. Tocó plata en su Sevilla, en su selección... y hasta en el extranjero, en uno de los momentos más inesperados y felices en Nervión. "Sabíamos que había superado sus problemas, pero nos creíamos que iba a estar aquí toda la vida", cuenta el expresidente de la entidad hispalense José Castro. El palaciego se fue a Mánchester de la mano de Manuel Pellegrini y también probó el sabor del metal: una Premier League y una Copa de Inglaterra.
Se marchó porque "quería probarme y sentirme fuerte en una liga como la inglesa", pero su vuelta a Sevilla ya estaba planificada. Regresó... y volvió a tocar plata. En dos ocasiones. Y con una lección que quedará para la historia: en 2020, en Colonia, falleció su padrino la noche antes de la final ante el Inter de Milán. No dijo nada para no desviar el foco del vestuario, pero se rompió a llorar tras el pitido del árbitro.
También levantó la última Europa League del Sevilla, su penúltima gran noche. La última fue en su despedida del Ramón Sánchez-Pizjuán. Quedará para la historia porque es historia viva de nuestro fútbol. Jesús Navas González, el Duende de Los Palacios... y de todo un país.