REAL MADRID - FC BARCELONA

Yo jugué contra Gavi: "Era tan competitivo que teníamos que frenarle; su frustración le impedía concentrarse"

Jugadores y técnicos del fútbol base catalán recuerda cómo era la estrella del Barcelona de niño: "Era nervioso, no paraba de correr".

Gavi regresó ante el Sevilla. /AGENCIAS
Gavi regresó ante el Sevilla. AGENCIAS
Alex Pintanel
Jordi Cardero

Alex Pintanel y Jordi Cardero

Una grave lesión de rodilla dejó a Gavi fuera de combate durante cerca de 12 meses. El pasado domingo volvió a sentirse futbolista. Tras un largo proceso de recuperación, el de Los Palacios regresó a una convocatoria ante el Sevilla. Tuvo minutos ante los andaluces y en Champions frente al Bayern. Este sábado podría tener protagonismo ante el Real Madrid. "Estoy muy feliz y contento. La lesión me ha hecho mejor persona y mejor compañero", reconocía el futbolista después de regresar a los terrenos de juego.

Pero hay que rebobinar su historia para entender el nivel que quiere recuperar y lo que gana Flick. Acababa de cumplir los 17 años y se convertía entonces en el cuarto debutante más joven del Barça en la Liga. Lo más significativo fue la máscara con la que jugó su primer partido en el Camp Nou. El canterano, en un amistoso en Salzburgo, fue al choque y terminó con la mandíbula derecha fracturada. La aparatosa protección le acompañó en su debut. Una máscara y una acción que definen el alma de su fútbol. Sin dejar de ser pelotero, Gavi lleva toda una vida haciendo del barro una zona de confort. Ahora, se cumplen siete meses de su operación de rodilla. El andaluz apuntaba a ser clave en esta Eurocopa y la tendrá que ver desde el sofá de casa.

En apenas un par de temporadas, Gavi se ha convertido en un futbolista de culto para el barcelonismo. Sin embargo, no ha sido hasta este año cuando ha comenzado a mostrar una versión distinta con el balón. "Se le pone la etiqueta de luchador, de ir y presionar... y ese no es el único Gavi que habíamos disfrutado en la base. Era un jugador que tocaba muchísimo balón", avisaba un ex entrenador suyo en Relevo.

Hay una regla no escrita en el fútbol que dice que cuanto más querido es un jugador por su afición, más chirría en los oídos de los rivales. Y Gavi, que juega con el corazón en la mano, se ha convertido en uno de los máximos exponentes de ello. Es un desfibrilador para sus compañeros cuando empiezan los partidos faltos de intensidad. Al otro lado del campo, en cambio, lo sufren.

"Era el típico jugador con orgullo, que te picaba, te decía cosas y te intentaba un poco sacar del partido", recuerda Pablo Meléndez, que se enfrentó con la camiseta del Barça a Gavi cuando este todavía jugaba en el Betis, en categoría benjamín. También más tarde, cuando el andaluz ya vestía de blaugrana y Pablo jugaba para la Damm. "Era un jugador con mucho carácter, peleaba todos los balones, competía, se quejaba… Era muy intenso", añade Meléndez, que perfectamente podría estar describiendo al Gavi actual.

Uno de los últimos partidos de Gavi con el Betis lo jugó contra ese Barça en el que estaba Pablo. Disputaron la final del Mundialito de Clubes en Portugal. "Perdimos 5-0. Gavi nos marcó un hat-trick, ese día nunca lo voy a olvidar. Hizo un gran partido y el siguiente año fichó por el Barça", cuenta.

Unos meses después, a mitad de temporada, el Barça alevín goleó 1-5 al Gavà de Antonio Lara. "Marc Serra, el entrenador, me dijo: pues en la vuelta tendremos a un chico que hemos fichado de Sevilla… ¡Ya verás!", recuerda el propio Antonio. "En la vuelta perdimos 15-0 y Gavi marcó siete u ocho goles. Era una pasada, hacía lo que quería", añade. "No recuerdo que fuera más revolucionado de lo normal, pero marcaba diferencias con su actitud… Su ritmo era espectacular, iba a todo, agresivo, ganaba duelos, era una máquina", cuenta Lara.

Ya en Cataluña, se enfrentó en varias ocasiones a la Damm, una de las canteras más prolíficas del territorio. Al otro lado de la línea de cal estaba Dani Fernández, que por aquel entonces entrenaba al cadete mientras que ahora desarrolla su sapiencia en el Gimnàstic Manresa. "No era de los que ponías en rojo, no era el que más temías, pero le daba un plus extra al equipo. Jugaba de interior, tenía buen tiro desde fuera y llegada. Su salida no era limpia, lo alejaban de la primera línea, pero era el primero que tiraba el equipo en las presiones. Ganaba duelos, era competitivo, si no jugaban bien los apretaba... Era líder", relata.

Gavi, sobre todo, odiaba -y odia- perder. Y a pesar de que en el fútbol base blaugrana ganó mucho, también vivió malas tardes. Uno de los que puede decir que ganó es Álvaro Rodríguez durante la etapa cadete mientras defendía la portería del Cornellà. Recuerda a Gavi "igual que ahora: un jugador muy nervioso que no paraba de correr, muy intenso".

Perdió la final de Copa Catalunya contra el Barça de Gavi siendo Infantil. En la etapa cadete, la victoria fue para el Cornellà. "El Barça de aquella generación era espectacular. Logramos sacarle bastante del partido en los últimos minutos. Nosotros perdíamos tiempo, ganábamos por 2-1. Él se encaraba como un loco con todos los rivales", dice Álvaro, actualmente portero del Europa.

Aquella misma temporada, Adrián Gutiérrez jugó con el Gavà contra el Barça de Gavi. Fue unos meses antes de la llegada de la pandemia. "El entrenador nos dio una charla e incidió en tener controlado a Gavi, porque era diferencial", explica 'Capi'. "Empezamos ganando y el Barça se quedó algo desconcertado porque no estaba acostumbrado a estos resultados. Gavi, en cambio, metía caña, apretaba a sus compañeros... Se notaba su competitividad", cuenta el portero de xBuyer Team.

La misma autoexigencia la vivían sus compañeros en el día a día. Gavi siempre ha detestado perder. Desde niño. "En los entrenamientos era tan competitivo que los propios entrenadores de base teníamos que frenarle porque su frustración le impedía concentrarse", cuento uno de sus ex entrenadores de La Masia. Hasta los rondos eran una final para él. Durante su formación canalizaron su carácter hasta convertirle en el jugador que es a día de hoy. A sus 19 años apadrina a todos los jóvenes que llegan desde abajo.

"Con 15 años no puedes ser conflictivo en el Barça", resume Dani Fernández, que lleva años explorando los talentos del fútbol base catalán. Uno de ellos Gavi, que juega como siente desde que era un niño y empezó a darle patadas a un balón. El duelo ante el Real Madrid será una nueva oportunidad para volver a ver al centrocampista de Los Palacios.