Laporta presiona pero la magia de la dirección deportiva no es eterna
El presidente azulgrana habló abiertamente de varios refuerzos de cara a verano cuando ni siquiera se han podido registrar las últimas renovaciones.

Ya no queda tanto para el verano y en las oficinas del FC Barcelona se preparan para otra aventura de intensidad y giros inesperados. Ni un año después de activar las famosas palancas, la plantilla azulgrana sigue necesitando algunos retoques y, sobre todo, sigue teniendo grandes problemas de fair play para acometer las operaciones deseadas. Las palabras del presidente culé, Joan Laporta, hablando abiertamente de varias incorporaciones no hacen más que presionar a la dirección deportiva, centrada en intentar encontrar la fórmula para poder fichar.
En un acto en el Círculo Ecuestre de Barcelona, el máximo dirigente culé no tuvo reparos a la hora de comentar públicamente las intenciones del club en el próximo mercado. "El Barça tiene que fichar, seguramente, a un lateral, a un central depende de las oportunidades de mercado que surjan... Y a un delantero, seguramente también. Pero entonces deberá salir alguien", expresó Laporta el martes.
Las declaraciones del presidente rápidamente corrieron como la espuma en todos los medios. Ahora, los clubes conocen un poco mejor la hoja de ruta del conjunto catalán, lo cual no ayuda a la hora de ir a negociar. A nivel interno, la manifestación de Laporta se entiende como un acto de confianza hacia el área deportiva, liderado por Mateu Alemany y Jordi Cruyff.
Al mismo tiempo, sin embargo, la ilusión que generó el dirigente culé entre el barcelonismo a la hora de mencionar varios fichajes supone un extra de presión para la dirección deportiva, acostumbrada a trabajar a contracorriente en los últimos tiempos pero no por ello en posesión de ninguna varita mágica que solucione las dificultades de un plumazo. Más bien lo contrario. A día de hoy, en los despachos del Camp Nou admiten no tener todavía claro cómo van a sortear los problemas de fair play.
El objetivo, reducir 200 millones de masa salarial
Deberán producirse salidas, alguna de ellas incluso de algún jugador con caché. Pero no bastará con ello. El Barça tendrá que reducir 200 millones de euros de masa salarial para dejar de estar excedido, una tarea más que complicada. Además, no hay que olvidar que todavía están pendientes de registrar las renovaciones de Gavi, Araujo, Marcos Alonso y Sergi Roberto, cuyas inscripciones son prioritarias antes de acudir al mercado.
Así las cosas, en Can Barça tienen el trabajo planificado y saben qué quieren en cada posición. Incluso han avanzado en algunos casos. Sin embargo, dar el paso definitivo no será posible hasta resolver un problema que a día de hoy no tiene solución. Las palancas han quedado inhabilitadas, por lo que Mateu Alemany y Jordi Cruyff están ante el más difícil todavía. El club ha sorteado hasta ahora todos los obstáculos pero hay cierto miedo a que llegue un día en el que los milagros ya no sean posibles.
Consciente de que vivir en un permanente ejercicio de equilibrismo supone bordear el precipicio, Laporta dejó caer una propuesta en su intervención de este martes. "Espero que las relaciones con LaLiga mejoren. Estar enfrentados no beneficia a nadie", dijo el presidente azulgrana. Si la creatividad de la directiva actual no sirve para desencallar la situación, destensar la relación con la patronal podría ser la única salida.