¿Qué pasa con los laterales? Una tendencia que ha llegado para quedarse
En los últimos cinco años, los laterales han cambiado mucho y cada vez actúan en zonas más interiores.
Cada partido que se juega abre nuevas preguntas. El fútbol es un libro en el que se escribe una página casi cada hora, uno que nunca puede ser leído en su totalidad porque no termina, sino que se reescribe y se pliega. Iraola comentaba en El País que "se necesita mucha más técnica para ser lateral ahora que hace 30 años". Ya no todos valen para esas posiciones y, de hecho, algunos son de los más influyentes en sus equipos. Dime qué laterales tienes y te diré cómo juegas. O a qué quieres jugar.
Este 2022 ha servido, entre otras muchas cosas, para volver a poner al alza el papel de los laterales en el funcionamiento de muchos equipos. Algo que estamos viendo es que cada vez hay menos regate y eso se tiende a suplir con unos laterales que, lejos de ser el futbolista que aparezca constantemente en línea de fondo, tenga mucho más peso en la construcción de la jugada y en zonas interiores. Que el lateral sea más que eso. Se ve en los equipos que mejor los explotan: City y Liverpool, también en el Chelsea con Reece James, que a pesar de ser carrilero tiene todo el abanico a su disposición, y también el Barça de Xavi optó el pasado curso por mitigar su falta de desborde con la reconversión de Alba a otro tipo de lateral.
Guardiola siempre ha hablado del "espacio indefendible", esa zona entre central y lateral que, de ser atacada correctamente, puede terminar desarrollando en una jugada de gol. Pero hay otro espacio que es muy difícil de defender, sobre todo cuando el equipo rival está hundido, defendiendo el punto de penalti. Y ahí ya no son los interiores quienes se encargan de ello en muchas ocasiones, sino que son los laterales.
Cada vez más, los equipos que tienen mucha posesión y pasan largos periodos de tiempo en campo rival buscan explotar estas situaciones de centro en zonas intermedias. Esto nace por dos motivos: el primero es que el tener a tu lateral más cerrado te compromete menos en caso de una pérdida que si lo lanzas a línea de fondo, y el segundo es que es muy complicado defender el centro cuando la defensa está saliendo, porque se pierden marcas y los jugadores de segunda línea pueden encontrar su espacio.
Hay equipos como el Bayern, que con Davies tiene a un jugador único por su capacidad de desbordar, generar al espacio o al pie y ser más extremo que lateral, y mucho jugador que cae dentro, por lo que ese espacio no está reservado para sus alas. El PSG, con Hakimi y Nuno, tiene dos laterales muy profundos que también tienden a llegar a línea de fondo ya que la sobreexplotación de zonas interiores por parte de sus jugadores más creativos hace que sus carrileros deban ser justo eso: profundidad. Para el resto de grandes, equipos que tienen mucha pelota, sus laterales deben responder otras preguntas.
Es cada vez más recurrente observar cómo se van situando a los laterales en posiciones más intermedias para poder tener superioridad. Lo que empezó a hacer con mucha frecuencia Guardiola en el Bayern, llevándolo a otro nivel en el City, ha ido calando en otros clubes. Para prueba el Arsenal de Mikel Arteta, que este verano ha firmado a uno de los máximos representantes de esta nueva tendencia: Zinchenko. Desde el latera, el ucraniano ejerce como mediocentro cerca de Thomas.
Hace unos años, esto no sucedía. O no tanto. Si miramos qué laterales han tenido más influencia a la hora de hacer progresar a sus equipos (pase o conducción hacia último tercio) desde el curso 16/17, la mayoría de futbolistas logran colarse en el TOP 15 a partir del curso 2019-2020. Solo tres lo hacen en el 18/19 y dos en el 17/18. Ninguno en el 16/17. El resto, entre 2019 y 2022. El gran representante es el City de Guardiola, que mete a 9 de los 15 primeros en esta lista. Del resto de clubes, nadie logra poner más de un nombre. ¿Coincide esto en que cada vez veamos menos juego en el centro del campo?
Con equipos que presionan muy alto, obligando al juego directo desde primera línea saltándose a los centrocampistas, o teniendo que tocar con la línea defensiva y usar a tu centro del campo para generar espacios o pocos toques. La otra cara de la moneda son los que optan por un repliegue intenso, generando así que el rival decida mandar a sus interiores muy arriba, casi emparejándolos con los centrales, para fijar la línea defensiva. ¿Qué pasa entonces? Que los laterales asumen el rol de los ausentes centrocampistas.
El juego siempre plantea nuevas preguntas. Lo interesante es ir descubriéndolas y ver cómo deciden responderlas los profesionales. Ante un momento en el que los repliegues son tan intensos y las presiones buscan ir lejos hasta las últimas consecuencias, entender y elegir a tus laterales puede marcar las diferencias mucho más que hace cinco años. Que el 2023 depare muchas más preguntas...y analizaremos sus soluciones.