Leones en Madrid, aita, ama, Iribar... y un 'txoko' en Chamartín: "A mi hermano el hijo se le hizo 'colchonero' y dijo: 'Al menos me respeta los colores"
Los miembros de tres peñas rojiblancas cuentan cómo trajeron y cómo viven su pasión 'athleticzale' en la capital: "En general caemos bien, se reconoce nuestra idiosincrasia".

Aficionados que gritan el gol de Iñaki Williams en un bar de Chamberí, rodeados por simpatizantes de otros colores: son los miembros de la Peña Athletic Club Txanberiko Lehoiak. Las victorias del equipo de Ernesto Valverde, como la gastronomía, tienen el sabor indudable de lo más vasco en el txoko de la Peña Somos Diferentes, en Chamartín. Y a gloria sabe todo cuando el de la Peña Madrileña en Arganzuela levanta su persiana con el emblema de un León y se observan las liturgias: ahí va un guiso, toma pan y moja, luego alguien envida a grande, otro anuncia juego... Y entre eso y más, en el televisor Sancet dibuja una finura y Jauregizar conquista la tarde como si jugara al fútbol subido a caballo.
Así se definen los días perfectos cuando uno es un León en la capital. Con alguna variación según escenario y aficiones, pero en todos los casos prevalecen el Athletic como motivo y la observación de ritos comunes. Hay un pequeño gran universo de athleticzales en Madrid, como en tantos lugares. Aquellos que se hayan procurado entradas por uno u otro canal estarán esta noche en el Santiago Bernabéu. Muchos más defenderán esa pasión coincidente desde puntos dispersos en distritos y localidades de Madrid y la Comunidad. Reductos rojiblancos. Guarida de Leones.
El Athletic cuenta con seis peñas oficiales, o a punto de serlo, registradas en Madrid ciudad: la Peña Iribar —la más antigua, fundada en 1971—; la Peña Madrileña del Athletic (1977), la Peña Euskal Etxea (1998), la Peña Somos Diferentes (2016), la Peña Athletic Club Txanberiko Lehoiak (2018) y la Peña Retiro, pendiente de culminar su oficialidad. Trece más se diseminan por la Comunidad de Madrid: en Alcorcón, Coslada, Colmenar Viejo, Pozuelo o Villanueva de la Cañada, entre otras localidades. El club lista en sus datos oficiales 495 peñas oficiales del club en total, repartidas por Vizcaya, el País Vasco, España y el resto del mundo.
Como sabe cualquier hincha conspicuo de cualquier equipo que viva lejos de casa, el fútbol es un modo de regresar. De seguir siendo. Una manera de estar en el mundo. En la Peña Somos Diferentes todo empezó por un delantero: Aritz Aduriz. Sus cuatro goles al Barcelona en la Supercopa de 2015 prendieron la chispa de la reunión. "Nos encontrábamos entre amigos para ver los partidos y, después de aquella victoria, pensamos: ¿Por qué no montamos una peña?", recuerda Sergio Arana, su presidente.
Así nació uno de los grupos más jóvenes y singulares de aficionados del Athletic en Madrid. Su nombre retoma una frase del propio Aduriz en el balcón del Ayuntamiento de Bilbao, durante la celebración de aquella Supercopa: "Este equipo se merecía entrar en la historia y, ¿sabéis por qué? Porque somos como vosotros, porque somos una cuadrilla, porque competimos contra el resto del mundo, porque somos diferentes".
Tras pronunciar aquella soflama inspiradora, síntesis de un modo de entender y sentir el fútbol, el que fuera prolífico delantero del Athletic se acabaría convirtiendo en padrino de la peña presidida por Sergio Arana: "Lo localizamos en una ocasión en que el equipo vino a jugar contra el Getafe, nos dedicó un rato y aceptó ser nuestro padrino", cuenta Arana.
El núcleo original de los diferentes está conformado por amigos bilbaínos de toda la vida, que ahora trabajan en Madrid. "Nos conocemos de Getxo, desde que éramos críos e íbamos juntos al colegio. Incluso con Iñigo y Guillermo Garteiz es que hemos estado juntos desde la guardería", explica Sergio. "Después a la peña se ha ido sumando gente que son amigos de otro amigo, otro conocido de alguien o que también es del Athletic... y así van llegando más aficionados del Athletic".
Hay muchos otros caminos. Algunos similares, otros diversos. El resultado no varía. A Sebas Obra, por ejemplo, durante muchos años el Athletic no le importaba. Es decir, no le interesaba el fútbol. Nacida en Úbeda (Jaén) junto a sus dos hermanos, durante los años 70 vio emigrar hacia el País Vasco a buena parte de su familia: "Mi padre eran seis hermanos: cinco de ellos se fueron a Vizcaya y el otro, a Valencia", recuerda.
Antes ya habían partido para allá sus abuelos. El último en orientar su futuro poniendo rumbo al norte fue, precisamente, el propio padre de Sebas. "Cuando mi familia nos fuimos a vivir a Bilbao, yo tenía 12 años". Para entonces, la semilla athleticzale ya había germinado en su casa, favorecida por los viajes ocasionales a Bilbao para visitar a abuelos y tíos: "Uno de mis hermanos siempre ha sido del Athletic y el otro, merengón. Cuando mis padres iban a ver a los abuelos le traían una camiseta rojiblanca a uno y al otro, la del Madrid".
"Nos fuimos de Úbeda a Bilbao cuando yo tenía 12 años: a mí el Athletic y el fútbol no me interesaban mucho, pero una amiga empezó a llevarme a San Mamés... Me vine con 24 años a trabajar a Madrid y hace ya 20 que presido la peña"
Peña Madrileña del AthleticPero la influencia decisiva en la transformación de Sebas Obra llegó ya en Bilbao, a través de una amiga: "Ella era mucho del Athletic. De esas personas que decía: 'Ama, aita... e Iribar'. Y con ella empecé a ir alguna que otra vez a San Mamés", explica. Si su familia llegó a Bilbao en 1976, sólo un año más tarde se iba a fundar en Madrid la Peña Madrileña del Athletic, una de las más veteranas y activas entre todas las que sostienen la llama rojiblanca en la capital. Ambas líneas de tiempo, la personal de Sebas Obra y la de la agrupación de seguidores en la diáspora, confluirían a lo largo de los años 90: "A los 24 me fui a Madrid a trabajar. La peña la conocí hace como 30 años... y los últimos 20 he sido su presidenta".
La historia de Sebas es una más entre tantas cuyos detalles se hilvanan en torno a un relato común: la devoción por el Athletic Club, vivida desde Madrid. La afición por unos colores que encarnan sentimientos y experiencias a menudo comunes, otras veces no. Porque si algo une a las peñas del Athletic en Madrid, además del escudo, es precisamente la diversidad. En la Peña Ahtletic Club Txanberiko Lehoiak, por ejemplo, se encuentra a personas de procedencias distintas: "Tengo compañeros de trabajo de Madrid, de Ciudad Real, de sitios diversos, pero a lo mejor alguien en su familia era del Athletic, padres o abuelos, y ellos tienen esa vinculación o les cae bien el Athletic y les gusta por su filosofía", resume Fran González, vicepresidente de la Peña Txanberiko Lehoiak, radicada en Chamberí.
Los perfiles varían desde la conexión por parentesco o procedencia a la meramente casual o futbolística, como señala Fran: "Contamos con socios nacidos en Almería, en Toledo, en Córdoba: gente sin raíces o vinculaciones al País Vasco, pero a los que les gusta el Athletic por su filosofía, por la historia o por lo que representamos en el fútbol actual", explica. Así, la fe rojiblanca se expande por vías muy diversas: proselitismo, familia, amistad o admiración: "Estos últimos años, por la marcha del equipo, este tipo de situaciones se han hecho más frecuentes. La verdad es que cuando llega al grupo un peñista de esta manera, te emociona".
Fran González representa también en cierto modo el modelo más habitual, con la emigración a la Vizcaya industrial de los años 70 como línea de fuga: "Yo soy de Barakaldo, como Javi Clemente —subraya en referencia al histórico jugador y entrenador del Athletic, luego seleccionador nacional—. Pero mis padres nacieron en Valladolid y Burgos. Y más adelante se marcharon a trabajar al País Vasco". En su caso, el camino fue el inverso: "Llevo en Madrid por trabajo desde 2008, con un intermedio de seis años en Barcelona".
El presidente de la Txanberiko es Álex Aretxabala y encarna otro caso en este crisol: "Él es de Bermeo y es el típico que tiene 16 apellidos vascos —cuenta con un punto de sorna Fran González—: pero su mujer es madrileña, lleva muchos años aquí establecido y ya toda su vida y la situación familiar lleva a que no regrese al País Vasco". En situaciones así, el hilo de conexión con el lugar de procedencia se concreta en la devoción rojiblanca. Y convive de forma natural con el entorno: "Mi mujer es del Real Madrid —cuenta Fran—. Vemos juntos los partidos de ambos, yo los del Madrid y ella los del Athletic. Y hay cordialidad, lo normal claro jaja".
La mención a ese mestizaje —entiéndase el uso del término con intención amable— lleva a pensar en el natural empeño de los padres por inspirar el amor a los mismos colores en sus hijos. Un asunto no siempre fácil ni exitoso, sean cuales sean las circunstancias y el equipo del que hablemos: ¿Se transmite con naturalidad la afición por el Athletic a las nuevas generaciones ya nacidas y crecidas en Madrid?
Sergio Arana reconoce que hay casos de todo tipo, de forma inevitable: "Muchos socios de la peña con hijos sí que han logrado inculcar lo del Athletic porque los críos lo han vivido en casas desde pequeños, pero la presión en Madrid es fuerte", admite en referencia a los más jóvenes, acostumbrados a vivir su día a día en un entorno muy marcado por Real Madrid y Atlético. A veces el sistema da error, pero hay que tomarlo con naturalidad resignada: "A mi hermano, que es muy del Athletic desde siempre, uno de los hijos le ha salido León. Pero el otro es colchonero", cuenta Sebas Obra. "Como dice él: 'Al menos me ha respetado los colores".
Convivencia y respeto
Los miembros de la Peña Txanberiko se conocieron originalmente en Mánchester, en aquella Copa de la UEFA cuya dolorosa final el Athletic acabaría perdiendo 3-0 en Bucarest frente al Atlético. Ahora su punto de encuentro es el Bar-Restaurante Campiello: "No tenemos un local propio: solíamos juntarnos en Elcano Tavern, cuyo dueño era del Athletic. Pero con el COVID traspasó el local, hemos ido por varios bares y ahora nos han acogido en El Campiello: no deja de ser un bar al que puede entrar todo el público, pero tiene tres televisiones, ves bien los partidos desde cualquier lugar", explica Fran González.
Esa situación propicia la coincidencia con hinchas de otros equipos, que pueden acudir también al bar a ver los partidos. Pero no se ha producido nunca ningún tipo de situación ajena a la cordialidad o la convivencia: "El dueño es un señor de Luarca y aficionado del Oviedo, nos trata muy bien y estamos muy cómodos", subraya Fran. Abriendo el foco y cuestionado sobre si los hinchas del Athletic han advertido algún tipo de recelo a su alrededor, es categórico: "La gente en general nos valora: no somos un club que va presumiendo de títulos, pero caemos bien. Se reconoce nuestra idiosincrasia", valora Fran.
"Todos llevamos años viviendo en Madrid y lo que percibimos es que todo lo que tiene que ver con el mundo vasco y con el Athletic es admirado y respetado: la gente no deja de alquilarnos el 'txoko' para comidas y eventos de empresa"
Peña Somos DiferentesEse tipo de situaciones tensas sólo las han vivido, cuenta, algunos seguidores en bares con un ambiente más radical, en torno al Bernabéu. Situaciones incómodas que no empañan una impresión general positiva. Lo confirma Sergio Arana, presidente de la Peña Somos Diferentes: "Todos llevamos ya bastantes años viviendo en Madrid y lo que percibimos es que todo lo que tiene que ver con el mundo vasco y con el Athletic es admirado y respetado", considera al respecto.
Hay incluso puntos de encuentro que facilitan esa labor, como se ha dicho ya del bar-restaurante El Campiello. Los bares y txokos aparecen como reductos rojiblancos por antonomasia. Una forma de convertir cualquier lugar en tu propia casa. La Peña Madrileña gestiona un local propio en Doctor Vallejo, con el emblema del león en la persiana metálica: "Es un antiguo bar y lo cogimos nosotros para montar el txoko: pero no es un bar abierto al público, sólo abrimos para los partidos, echamos un mus, tomamos algo y vemos al Athletic", cuenta Sebas Obra, su presidenta.
En el caso de la Peña Somos Diferentes, el local en el que se encuentran ha acabado por convertirse en un activo nada desdeñable: "No somos los típicos que se juntan todos los partidos, porque hay gente que no está el fin de semana. Después de un año en que íbamos de prestado a ver los partidos, nos liamos la manta a la cabeza y montamos un txoko. Al principio estaba enfrente del frontón Beti Jai, después nos trasladamos cerca del Auditorio Nacional, en el distrito de Chamartín".
La singularidad de estos espacios de encuentro gastronómico y socialización les ha abierto un nicho de autofinanciación. "Cuando lo montamos era una cosa de cuatro chalados y ahora... estamos en obras para hacer un segundo txoko. Y es increíble la cantidad de gente que nos pide alquilarlo para grupos de empresa: allí hacen comidas y eventos corporativos", explica Arana. "Incluso amigos que no son del Athletic se han hecho socios. Han pasado por allí Julen Guerrero, Óscar de Marcos, Javier Clemente, entre otros... Se respira fútbol y amistad".
Ese tipo de visitas de ex jugadores o personas relacionadas con el mundo Athletic animan las actividades culturales, deportivas o de celebración que insuflan vida a las peñas a lo largo del año. "Hace poco tuvimos a Manolo Delgado Meco, han pasado Eli Ibarra y Goikoetxea, que es socio de honor. Y queremos traer este año a Javi Clemente, presentar el libro de Iñigo Crespo sobre la gabarra y a Julen Axpe", detalla Fran, de la Txanberiko. También organizan un campeonato de futbolín: "Nosotros somos más de futbolín que de mus", confiesa.
San Mamés, centro del mundo
La lejanía no impide la fuerza centrífuga. Cuando uno reside en el borde exterior de la galaxia rojiblanca, a menudo el impulso natural no sólo no se mitiga, sino que crece: estés donde estés, si eres del Athletic tienes a San Mamés por el centro del mundo. Sebas Obra es socia del club y asiste a la gran mayoría de partidos a lo largo del año en el estadio bilbaíno: "Mi caso es algo especial: toda mi familia sigue en Bilbao y, gracias al teletrabajo, paso cuatro días por semana allí y eso me permite ir".
Precisamente este pasado jueves no estuvo en el decisivo choque con el Rangers, porque bajaba a Úbeda a pasar el largo fin de Semana Santa en su tierra. Su caso es una afortunada anomalía entre los athleticzales en Madrid, pero quien más quien menos organiza de vez en cuando el fin de semana para ir a San Mamés. "La mayoría de los socios van alguna vez a lo largo del año —detalla Sebas—, cuando vuelven a casa".
Sergio Arana, por ejemplo, condujo en la mañana del jueves desde Madrid hasta Bilbao para ver al Athletic eliminar a los escoceses: "Este jueves estuvimos todos los de la peña juntos. El año pasado fuimos a Sevilla a la final de Copa. Siempre que podemos y coincide bien, es frecuente que vayamos a Bilbao y aprovechemos el fin de semana".
Algo que también resulta común en la Txanberiko, como explica Fran González: "Para el Rangers, como peña, no logramos entradas, había una demanda masiva: sí estuvimos contra la Roma, pidiéndolas a través del club. Cuando tenemos ocasión hacemos el fin de semana allí, nos juntamos en un txoko, vamos a San Mamés... y el domingo a comer y después ya, vuelta para Madrid".
El asunto de conseguir localidades supone una dificultad habitual para todos, como cuando el Athletic juega en alguno de los campos de la Comunidad de Madrid: "Depende de que sobren porque las que tiene el Athletic se someten a sorteo con prioridad para los socios", explica Sebas Obra, de la Peña Madrileña. "Para Vallecas las compramos en las taquillas. Leganés y Getafe normalmente no se llenan y es más fácil. El Metropolitano y el Bernabéu resultan lógicamente más difíciles". Es habitual que encuentren formas alternativas de llegada: "A veces algún amigo del Atlético o del Madrid te dejan la suya si ellos no van a ir, y tú haces lo mismo si quieren ellos ir a San Mamés", explica Fran González.
La relación entre las propias peñas es habitual, además de estar reunidas por agrupación geográfica con las de Castilla La Mancha, Castilla y León y Canarias, también incluida en la Agrupación Centro. La relación con el propio Athletic es "fluida y cordial", aunque eso no evita algunas demandas del lado de los seguidores: "El club es de los socios y es lógico que tengan prioridad, pero como peñas somos un activo social importante —define Fran González—. Siempre que nos llaman del club para colaborar, lo hacemos y con gusto: nos pidieron apoyar al equipo femenino en un partido y fuimos ahí. Siempre que nos solicitan algo, estamos: la relación es cordial, estuvimos en el palco de San Mamés no hace mucho. No tenemos queja".
"Al Bernabéu siempre vas a hacer el mejor partido posible. A lo mejor el Madrid llega a esta noche un poco herido por lo del Arsenal, pero se juegan la Liga... Bueno, este año nosotros creo que vamos a lograr la Champions"
Peña Txanberiko LehoiakEl Athletic ha impulsado en el último año un reglamento de Peñas, Peñistas y Membresía para regular derechos, obligaciones y articular mejor la relación con sus aficionados: "Es una buena iniciativa —valora Fran González—. A veces para muchas cosas se nos tiene en cuenta y otras no: querríamos poder disfrutar de nuestro equipo y creo que una mayor presencia de las peñas en partidos que el Athletic juegue fuera sería positivo", expone.
Esta noche, por ejemplo, el conjunto de Ernesto Valverde visita al Real Madrid. Algunos estarán en el Santiago Bernabéu. Otros no, bien porque han aprovechado los días de Semana Santa para salir de Madrid y pasar unos días en casa o para ver al Athletic en la Europa League: "El partido importante era el del Rangers. En el Bernabéu casi siempre palmamos", considera Sergio Arana, quien de cualquier modo valora la solidez defensiva del equipo. Como curiosidad, el miércoles fue invitado por unos amigos a ver el choque del Madrid contra el Arsenal.
Precisamente el resultado en la Champions lleva a Fran González, de la Peña Txanberiko Lehoiak, a matizar la evidente dificultad de asaltar el Bernabéu para cualquier visitante: "El Madrid a lo mejor llega algo herido por lo del Arsenal, pero tienen que pelear la Liga así que... a un campo como éste siempre llegas con la intención de hacer un buen partido y a ver qué pasa".
En cualquier caso, estos días todos han tenido la vista puesta en Europa. Por un lado, la tensa eliminatoria con los escoceses: "Hasta el penalti, uf, lo pasamos mal, hubo ocasiones pero no se movía el 0-0", respiraba aliviada en la mañana del viernes Sebas Obra. Por otro, y una vez culminado el pase a semifinales, la vía europea se ve más abierta y reforzada con la quinta plaza española para la Liga de Campeones: "Estamos en la pelea con Villarreal y Betis. Además, si ganas la Europa League vas a Champions —analiza Fran González—. Creo que este año lo vamos a lograr".