REAL SOCIEDAD - REAL MADRID

Lluvia de cariño para una leyenda como David Silva

El canario recibió el cariño de su última afición y de todo el fútbol, personificado en un pasillo de titulares y suplentes de Real y Madrid.

David Silva saluda a los aficionados del Reale Arena durante su homenaje./LALIGA
David Silva saluda a los aficionados del Reale Arena durante su homenaje. LALIGA
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

David Silva se merecía un gran adiós. El fútbol, tan cruel en muchas ocasiones, no le permitió disfrutar de esta temporada de regreso en la Champions League con la Real Sociedad, pero el club donostiarra quiso acordarse de él cuando los focos apuntaban más que nunca al césped. El canario recibió en un Reale Arena a reventar la insignia de diamantes de la entidad donostiarra en un duelo en todo lo alto, ante el Real Madrid, nueve meses después de que se confirmase se retirada por una dolorosa lesión de rodilla que precipitó su adiós del fútbol.

Su adiós estuvo adornado con un concierto previo de la La Oreja de Van Gogh y una previa en la que los nervios por un gran partido como locales y con la obligación de ganar para pelear por Europa eclipsaban la festividad. Pero un jugador tan querido como el canario merecía un momento de recuerdo. Se fue por la puerta de atrás, sin poder recibir el último adiós de una afición que le quiere y que le respeta por lo que hizo en tres temporadas con la camiseta txuri-urdin, en la que levantó la ansiada Copa ante el Athletic, y deleitó a todos con su juego. Y era el día de agradecérselo.

Llovía en San Sebastián. Con el Reale lleno a rebosar, entonando el himno a capela y las bufandas en alto, cuando los jugadores del Real Madrid y la Real Sociedad se colocaron para hacer un pasillo. Incluso los suplentes de ambos equipos, incluidos los cuerpos técnicos, quisieron reconocer su carrera. Saltó al césped con su hija en brazos, aclamado por los aficionados, junto al presidente Jokin Aperribay y saludando a sus excompañeros en el conjunto donostiarra.

Emotivo momento en el que se le colocó la insignia, pero sobre todo cuando realizó el saque de honor. Podría haber golpeado a cualquier zona del campo, pero decidió hacerlo a sus compañeros como un gesto de continuidad con su camiseta. David Silva vistió muchas camisetas, tocó la gloria en el Manchester City y se le quiere en Vigo, Eibar y Valencia, pero su despedida fue en San Sebastián y para siempre sus últimos compañeros serán los que esta noche luchaban contra el Madrid.

Por si fuera poco, el Reale Arena vivió una noche de lleno absoluto, con un ambiente de día grande y ni siquiera la tormenta que inició con el pitido inicial pudo restar un ápice al excelente ambiente. En esos días en los que Silva se crecía. Adiós oficial para una leyenda de nuestro fútbol, sobre todo por las Eurocopas y el Mundial con la Selección, además de ser campeón con Valencia y Real, así como los múltiples títulos logrados en Manchester. Agur, Mago.