VALENCIA CF - SEVILLA FC

La lucha contra la directiva que unió a dos aficiones rivales: "A ningún club le desearía lo que nos está pasando"

En apenas una década, las hinchadas de Sevilla y Valencia han pasado de tener una importante rivalidad a verse reflejadas en la otra: "Da mucha pena verlos así, cada temporada están más en la cuerda floja".

Aficiones de Sevilla y Valencia, contra sus directivas. /MONTAJE RELEVO
Aficiones de Sevilla y Valencia, contra sus directivas. MONTAJE RELEVO
José Manuel Rodríguez

José Manuel Rodríguez

No es sólo un deporte. Y mucho menos son únicamente once hombres corriendo detrás de un balón. Hay sentimiento. Al menos en las gradas. En aquellos que se dejan la garganta semana tras semana animando a su equipo, o que directamente invierten sus ahorros en seguirlo por toda España. Antes era por Europa, pero ahora las críticas situaciones en ambos palcos reducen el objetivo a mantenerse en Primera División. Es triste, sí, pero también la realidad de Valencia y Sevilla.

Fueron grandes de España. También enormes rivales. Aún se acuerdan en Nervión de aquella histórica noche en Mestalla. También en Valencia de las feroces luchas por clasificarse a Champions por delante del Sevilla. Una lucha deportiva que trascendió a las gradas y fabricó una de las rivalidades más feroces de toda España. Mestalla y el Sánchez-Pizjuán eran puntos calientes de una batalla envidiada por todos. Pero todo se ha acabado.

Los piques y la intensidad de los Valencia-Sevilla ha dejado paso a un ambiente próximo a la hermandad. A la vez que en Mestalla se fabrican pancartas amarillas con un claro "Lim Go home", en el Sánchez-Pizjuán se inspiran en sus 'compañeros de batalla' y las replican con "Junior vete ya". Dos aficiones cansadas. "La situación es lamentable. Ya no en lo deportivo, porque una, dos o tres malas temporadas pueden pasar, pero institucionalmente el club da la sensación que cada día que pasa va más a la deriva y todo lo que rodea al club cada vez está más podrido. Lo peor es que da la sensación de que va a ir a más", comenta a Relevo Juanma Barón, un aficionado nervionense.

Nacho Martínez, aficionado del Valencia, también cuenta a Relevo cómo está viviendo una situación "irreparable". "Si te engañan una vez, puedes equivocarte y volver a confiar. Si te engañan dos veces incluso puedes volver a hacerlo, el humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Pero más veces ya se convierte en vicio y síndrome de Estocolmo. La afición del Valencia es muy consciente que la única manera de recuperar la grandeza de su club pasa por la salida de alguien que tampoco tiene proyecto ni ambición de futuro para el Valencia. Peter Lim demuestra que cada movimiento que hace es única y exclusivamente por su propio interés. Lo mejor para todos es que se abra un proceso de venta".

Y es que los últimos tiempos han hecho unirse a dos aficiones que rivalizaban por Europa. Sí. Y, ahora, su lucha mira hacia abajo. "Yo puedo tener rivalidad deportiva, pero a ningún club, a ninguno, le desearía lo que nos está pasando a Valencia y Sevilla. Yo quiero que nuestros históricos sean grandes clubes", añade el valencianista. "Da mucha pena ver a clubes como Valencia y Sevilla así. Porque están castigados por lo mismo, por una mala gestión por gente externa o gente de la propia casa por así decirlo, pero lo que se ve es lo mismo. Son equipos que en este siglo han ganado ligas, copas y títulos europeos, y ahora se ven luchando por el descenso. Y es peligroso porque cada temporada están más en la cuerda floja y en alguna puedes caer", remata el nervionense.

Si a Nacho le da "mucha impotencia" ver que el partido de esta noche será por una pelea totalmente alejada de lo que la historia de ambos clubes acostumbra, Juanma se decanta por la mayor de las penas. "Ellos ya lo han vivido y siguen viviéndolo. Están en la misma situación: club a la deriva, peor plantilla... y tiene pinta que todo va a seguir así".

¿Pimienta y Barajas... culpables?

Además de en el sentimiento por sus equipos, tanto Nacho como Juanma coinciden en que la mayor responsabilidad no reside en aquellos que cogen el mando de un equipo incontrolable. "Barajas es el ejemplo perfecto que o estás el momento justo en un sitio tan tóxico para hacer las cosas bien e irte, o corres el riesgo de convertirte en parte de la toxicidad. A Barajas hay que agradecerle que salvase al equipo, la confianza en este grupo de chavales, que nos hiciera soñar con entrar en Europa. Pero creo que el contexto actual de nuestro club hace que antes o después hace que todo se convierta en parte del problema. Es un problema más de club que de personas".

Aunque este aficionado sevillista va un paso más respecto a García Pimienta: "No creo que sea el máximo culpable, pero sí pone mucho de su parte por tener la culpa. En gran parte de la temporada he defendido que con lo que tenía no podía hacer más, incluso en invierno le han empeorado la plantilla, pero hay cosas que son injustificables. No se le ve a este equipo mano de entrenador e incluso cuesta entender que entrenen todos los días".

En definitiva, un Valencia-Sevilla más de los últimos años... y totalmente alejado de su historia. La pena y la impotencia. La lástima y la añoranza de tiempos mejores. La hermandad ante la lucha por el sentimiento de pertenencia a unos colores manchados por sus directivas y las malas decisiones.