REAL MADRID

El Real Madrid tiene ocho partidos para intentar salvar la temporada... y aguar la fiesta del Barcelona

El equipo blanco tiene motivación doble: levantar uno o dos títulos más y evitar el triplete del máximo rival.

Bellingham abraza a Asencio antes del Real Madrid-Arsenal./Reuters
Bellingham abraza a Asencio antes del Real Madrid-Arsenal. Reuters
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

"Si queda una mínima esperanza, vamos a pelear hasta el final", comentaba una voz del vestuario del Real Madrid a Relevo el día después de la derrota contra el Arsenal. Se refería a la situación del equipo y a la posibilidad de levantar los dos títulos que quedan esta temporada, la Liga y la Copa del Rey, además del Mundial de Clubes. Porque nadie en Valdebebas es ajeno a que el Real Madrid ha llegado a este tramo de temporada en el peor estado de forma posible, pero hay un pequeño margen para salvar el curso y se va a intentar ganando los ocho partidos que quedan.

La motivación es doble. No sólo se trata de conquistar tres copas y completar el año con cinco más en las vitrinas -ya se ganaron la Supercopa de Europa y la Intercontinental-. También suma el poder aguar la fiesta a un FC Barcelona muy vivo en su lucha por el triplete. Si hay un equipo que puede sabotear el objetivo de los blaugranas ese es el Real Madrid.

Empezando por la Copa del Rey, competición que cobra una especial relevancia a estas alturas de curso. Suele ser el torneo menor de los grandes, aquel que si lo pierdes duele pero que si lo ganas no es para tanto. Vencer en La Cartuja al máximo rival maquillaría todo lo sucedido en las últimas semanas, sería un chute de optimismo para lo que queda y rompería el sueño del Barça de ganar tres títulos. El historial esta temporada no es halagüeño: 0-4 en el Clásico de Liga en el Bernabéu y 2-5 en la Supercopa de España. Los blancos no parten como favoritos, pero saben que sólo una victoria los salva de la quema generalizada en la que ya han entrado.

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En Liga, las esperanzas son menores, pues no dependen de sí mismos. Pero el vestuario sabe que cualquier opción de remontada pasa por ganar las siete jornadas que quedan. Entre ellas, otro Clásico en Montjuic con olor a final, pero que no servirá de nada si se tropieza antes contra Athletic, Getafe y Celta primero. Después del Barcelona, le quedarán Mallorca, Sevilla y Real Sociedad. De nuevo, el equipo merengue no ha dado visos de ser fiable como para pensar en un pleno, pero cualquier atisbo de victoria liguera pasa por contar de tres en tres.

Este año se ha mirado con especial atención al Barcelona. Más allá de los lazos que unen ambas entidades, nadie en Valdebebas niega que juegan un gran fútbol y que han conseguido encontrar el camino para volver a ser competitivos. La mano de Flick y la aparición de talentos como Lamine Yamal, Cubarsí o Raphinha han cambiado la dinámica de un equipo a la deriva los últimos años. En este no sólo han resurgido, sino que han superado al Madrid en los enfrentamientos directos y afrontan lo poco que queda de curso con más esperanza que en Chamartín.

El Madrid tampoco pierde de vista el Mundial de Clubes, competición a la que le da una especial importancia teniendo en cuenta que se trata de la que más dinero reparte esta temporada. Aunque pueda parecer un torneo menor, la directiva quiere ganarlo a toda costa. Así se lo ha trasladado a la plantilla, ofreciéndoles una prima récord. Comienza su andadura por Estados Unidos el 18 de junio contra el Al-Hilal saudí.

El equipo necesita una versión muy diferente a la mostrada recientemente para confiar en salvar el curso. Empezando por el partido contra el Athletic, que servirá para calibrar cómo están los blancos después del batacazo contra el Arsenal y a una semana de la final copera. Ancelotti y sus pupilos todavía pueden hacer de esta una buena temporada y, aunque no depende de ellos, se peleará para conseguirlo.