El manicomio de Nervión ha dejado paso a la parálisis del Sevilla

No hay más. Disfruten lo fichado, lo gestionado y lo planificado. No le queda ni una sola carta más por mostrar a este Sevilla más nervioso que apático, más tembloroso que pasota, más impotente que chulesco. Se repitió mil veces en cada tertulia, opinión o 'quedada' de periodistas: a esta plantillale faltaba fútbol. No es casualidad, más bien causalidad, que a falta de seis jornadas para el final de liga, Nervión vuelva a temer una caída a los infiernos de Segunda División otra temporada más.
El momento social más bajo en el último siglo ha dejado paso a un muro de realidad empeñado en hacer chocar a aquellos que no dejan de intentarlo. Porque no, no es problema de 'testiculina'. Ese cántico de 'Sevilla, échale huevos' que volvió a resonar ayer en el Ramón Sánchez-Pizjuán no le hace falta a un equipo que quiere. Porque corre. Pero no puede. Porque no tiene.
El equipo a García Pimienta ya se le había caído. Es un hecho. Pero ayer firmó la peor segunda parte de la temporada, y eso que acabó fallando dos ocasiones clarísimas -esto se reduce a las áreas y la plantilla es paupérrima en la contraria y blandita en la propia-. Bienvenidos al Sevilla Fútbol Club actual. El Deportivo Alavés durmió en descenso, pero fue capaz, organizado por un Joan Jordán que sería titular indiscutible esta temporada en Nervión, de someter a los hispalenses durante todo el encuentro. Ni el efecto Joaquín Caparrós cambia lo inevitable: para jugar al fútbol hay que tener fútbol.
Tampoco fue capaz el técnico utrerano de ordenar a su equipo. Lo cierto es que el dibujo estuvo difuminado durante toda la segunda mitad. No me enteré demasiado de dónde estaba jugando Saúl, Lukebakio o Peque hasta que llegaron los últimos minutos, dando un paso al frente Sow y, sobre todo, Suso. Bienvenidos al Sevilla Fútbol Club actual, donde un jugador como el gaditano ha estado sucumbido al castigo del banquillo durante toda la temporada. No seré yo el mayor defensor de él, pero que el único jugador con fútbol en las botas vea todos los partidos sentado... será algo que se estudie. Lo personal por delante de lo profesional.
Vuelvo a decirlo: bienvenidos al Sevilla Fútbol Club actual. Para todos los de fuera, porque los 'locos' que se sientan cada fin de semana en las gradas del Sánchez-Pizjuán lo llevan avisando tiempo. No era año para mirar Europa. Se ha hablado tanto de 'mediocridad' que en estos momentos hasta se echa de menos revolotear por la zona media de la tabla, tan desértica como tranquila. Los mismos que volvieron a alzar la voz ante el palco, que, al menos, ha acertado con su objetivo para el banquillo: desviar la atención. Ese lo han clavado.
Osasuna, Leganés, Celta, Las Palmas, Real Madrid y Villarreal. Seis finales. En mayo. El mismo mes donde hace no tanto el sevillismo se ilusionaba con volver a ir a Puerta Jerez con una Europa League bajo el brazo. Hace justamente dos años y un día, Nervión le recordó al viejo continente y al gigante Manchester United de qué estaba hecho. 'El Manicomio de Nervión'. Hoy recuerda cómo está de roto. 'La Parálisis del Sevilla'.