LAS PALMAS 1 - REAL MADRID 2

Un manotazo de Rodrygo a Valles aviva la eterna polémica del Madrid con el VAR

Soto Grado resolvió su enganchón con amarilla para el brasileño y Prieto Iglesias decidió no corregirle desde Las Rozas.

El manotazo de Rodrygo a Valles./
El manotazo de Rodrygo a Valles.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

En plena tormenta arbitral, el Las Palmas-Real Madrid no podía estar exento de polémica. De hecho, llegó en los primeros compases del partido, cuando Rodrygo se libró de la expulsión tras darle un golpe en la cabeza a Álvaro Valles. El colegiado Soto Grado decidió sancionar la acción con cartulina amarilla, mientras los futbolistas locales pedían enérgicamente que el brasileño se marchara del campo.

En el 5', Rodrygo se encontró con una fantástica intervención de Valles, que le detuvo un mano a mano tras pase de Ceballos. Tras la acción, los jugadores quedaron medio enzarzados, el guardameta de Las Palmas trató de quitárselo de en medio y el extremo hizo lo propio dando una especie de manotazo a su adversario.

Este de primeras aguantó en pie, pero rápidamente se echó al suelo y el colegiado paró el juego para atenderlo. A la par, mostró la amarilla a Rodrygo Goes... ¡pese a que no había visto la acción! Soto Grado se encontraba de espaldas a lo ocurrido, pendiente del rechace, que peleaban Real Madrid y Las Palmas en zona de tres cuartos. Sin embargo, amonestó al brasileño y habrá que esperar al acta para conocer si es por el manotazo o por protestar.

Le pudieron avisar sus asistentes de que, efectivamente, Rodrygo había dado un manotazo a Valles y que era suficiente para penalizar. Aficionados y jugadores de Las Palmas, por el contrario, lo consideraron una agresión suficiente para expulsarlo. Pero Soto Grado no fue a ver la jugada a la pantalla.

Prieto Iglesias, árbitro de VAR, consideró que no era suficiente para expulsar al extremo del Real Madrid. O, quizás, confiaba en el criterio del colegiado de campo al tratarse de una jugada gris e interpretativa. De hecho, el protocolo del videoarbitraje que se expuso en su día marcaba que en aquellas jugadas que el árbitro pudiera decidir en el campo sin tratarse de un error claro o manifiesto no requerirían de intervención.

El paso del tiempo ha apagado esa filosofía hacia una tecnología más intervencionista, aunque siempre depende de los colegiados que estén en la sala VOR. Mismamente, Hernández Hernández entró a corregir a Hernández Maeso en jugadas difíciles de ver o interpretativas en el Real Madrid-Almería y este sábado Prieto Iglesias ha preferido no intervenir y respetar el criterio de su compañero de campo en el manotazo de Rodrygo a Valles.

Las Reglas del Juego marcan lo siguiente:

"Si un jugador se emplea o tiene la intención de emplearse con fuerza excesiva o con brutalidad contra un adversario cuando no le está disputando el balón, o contra un compañero de equipo, un miembro del cuerpo técnico, un miembro del equipo arbitral, un espectador o contra cualquier otra persona, independientemente de si se produce o no contacto, la acción será considerada conducta violenta.

Además, el jugador que, sin estar disputando el balón, golpee deliberadamente a un adversario o a cualquier otra persona en la cabeza o la cara con la mano o el brazo, la acción será considerada conducta violenta, a menos que la fuerza empleada sea insignificante".