Marcelino abre el melón de las normas del Pichichi y los penaltis: "Antes las victorias valían dos puntos..."
El técnico del Villarreal lamentó que Sorloth no se llevara el premio y recordó que Dovbyk ha marcado siete tantos desde los once metros.
![Sorloth, en un partido con el Villarreal./AFP](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/25/media/cortadas/sorloth-wdsou-R2NFwzqIkAaoS2FUnG5En9I-1200x648@Relevo.jpg)
Marcelino García Toral ha abierto, junto a la ayuda de los medios de comunicación presentes en El Sadar, el melón de las normas del Trofeo Pichichi. El técnico del Villarreal se mostró cabizbajo y triste por lo ocurrido con Sorloth, lesionado en la primera mitad y que finalmente ha quedado segundo en la tabla del pichichi por detrás de Dovbyk. Pese a que ya no hay vuelta atrás, el entrenador dejó caer en varias ocasiones a lo largo de su discurso que su jugador merecía más que el ucraniano el galardón por los penaltis lanzados por uno u otro.
Efectivamente, Dovbyk se ha hecho con el prestigioso trofeo gracias a siete tantos anotados desde el punto de penalti, dos de ellos en la jornada final ante el Granada. Una situación que decepcionó a Marcelino: "Estamos tristes porque teníamos mucha ilusión de que Sorloth fuera el pichichi. Se lo merece. Ha metido 23 goles, uno menos que el máximo goleador al que hay que darle la enhorabuena. No ha lanzado ni un penalti y Dovbyk siete. Es una diferencia considerable".
El técnico aprovecha para lamentar, de nuevo, que su jugador sintiera una molestia en el primer tiempo. Concretamente, desvela que sufre una rotura en el isquio derecho, producida en el sprint antes del golpeo: "Que no haya tenido hoy la oportunidad de jugar 90 minutos y en el primer disparo se haya lesionado… Es una pena y no se lo merece. Así es el fútbol de caprichoso y muchas situaciones de la vida. Tiene que estar muy satisfecho de su rendimiento. Estamos muy contentos con él y queríamos ayudarle. Debe estar orgulloso".
Y, de paso, expuso ante los presentes cómo se encontraba anímicamente su jugador: "Seguro que lo está pasando francamente mal. Las circunstancias del partido de ayer te dejan un poco más frío. Bueno, son lances del juego y hay que verlo así. Mete un penalti en el descuento… Si no hay ese penalti por lo menos tiene el empate. Hubieran sido co-pichichis".
Una vez Marcelino insistió de nuevo en esa categoría de penaltis, un periodista le preguntó sobre si cree que las normas deberían cambiar para premiar más los promedios o no contar los penaltis. No se quiso mojar en exceso, aunque sí dejó entrever de nuevo que, para él, Sorloth es digno merecedor del premio: "Los goles hay que meterlos, sean de penalti o de lo que sea. Si durante toda esta vida ha sido así tendrá que ser así. Empiezas con unas normas. Las victorias antes valían dos puntos y ahora tres. Antes se metían goles con la mano y ahora el VAR suele verlos… Es así. Felicitar a Dovbyk, la forma ha sido un poco cruel. Dos de penalti y el jugador que compite con él se lesiona en el minuto 15".
Cabe recordar que el Trofeo Pichichi lo entrega el Diario Marca, que es el que pone las reglas. Las bases del galardón establecen que cuentan los goles totales sin tener en consideración ningún otro capítulo. Es decir: si Sorloth hubiera marcado, Dovbyk y él lo hubieran compartido. Ni promedios goleadores, ni partidos jugados, ni asistencias, ni penaltis... Algo que es natural que dé rabia al que se queda a las puertas, si bien no hace más que recordar otra de las normas más básicas de este deporte: los penaltis solo los fallan (y, en este caso, los marcan) los que los lanzan.