REAL SOCIEDAD - REAL VALLADOLID | ALBERTO LÓPEZ

Con 20 años era profesor, a los 37 sumaba 400 partidos en Primera y le sentenció un fichaje millonario: "Mi salida de la Real Sociedad fue... Ni una camiseta, ni un vamos a cenar…"

Alberto López recuerda en Relevo la frialdad que sintió en su adiós al equipo blanquiazul y la felicidad que encontró en el Valladolid de Mendilibar.

Alberto López realiza una indicación durante un partido con la Real Sociedad. /Diario Vasco
Alberto López realiza una indicación durante un partido con la Real Sociedad. Diario Vasco
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

John Benjamin Toshack fue el que le dio la oportunidad, pero también el que le arrebató una titularidad que se la había ganado con creces. "Fue claro conmigo. Me dijo: 'Hemos pagado este dinero por Sander Westerveld y él va a ser titular'". A Alberto López (Irún, 1969) no le quedó más remedio que aceptar su nueva situación. Sus últimos años en la Real Sociedad los pasó más en el banquillo que sobre el verde, pero cuando requerían de sus servicios, cumplía. Vivió la consecución del subcampeonato liguero en la 02/03 en un segundo plano y solo tres años más tarde se vio obligado a hacer las maletas. "El adiós fue muy frío", recuerda sobre su salida del conjunto blanquiazul después de 377 partidos con el primer equipo.

Encontró acomodo en el Valladolid de José Luis Mendilibar con el que vivió tres temporadas de ensueño, demostrando que tenía cuerda para rato. De hecho, fue Zamora en Segunda División en una temporada histórica para la entidad pucelana. Colgó los guantes a los 40 y decidió cruzar la línea para ser entrenador. Se convirtió en una especie de técnico milagro, salvando a equipos de situaciones extremadamente complicadas, pero se cansó de esa carga. Llegó el COVID y, como él dice, salió de una rueda a la que es "muy difícil" regresar.

¿Por qué alguien que había jugado 377 partidos con el primer equipo de la Real Sociedad y habiendo cumplidos los 37 años no se retira en el club de su vida?

Con 37 años, después de muchos partidos aquí jugados, de muchas temporadas, el club decidió que ya estaba, que se había terminado, pero yo, físicamente, me encontraba bien y con ganas de seguir. No tenía ninguna intención de parar. Era la primera vez que te planteabas salir de casa. Es cierto que, más o menos, en la Real, pasados los 30 años, todos los contratos que iba haciendo eran de año en año, por lo cual cualquier año podía darse la circunstancia de que eso se terminara, pero todos los entrenadores con los que estuve trabajando hasta entonces, evidentemente, me pedían renovar. Deportivamente, el equipo cada vez estaba un poquito peor y hubo un momento que se decidió hacer un cambio de muchos jugadores. Entonces, con 37 años sales al mercado y la realidad te pone en su sitio. ¿Qué es ponerte en su sitio? Pues que realmente no había muchos equipos interesados en un jugador de 37 años y que, en sus últimos años, había jugado pero no era el titular. Las dos posibilidades que tuve de ir a Primera División eran dos equipos recién ascendidos y, como ya tienes experiencia, sabía que lo iba a pasar muy mal y, siendo portero, no iba demasiado agradable. Surgió la posibilidad, en este caso, de ir a Valladolid, donde estaba Mendilibar de entrenador. y también Joseba Llorente, que había estado conmigo aquí en la Real.

¿Te sentó mal el adiós de la Real Sociedad?

Fue todo muy frío. Después de tantas temporadas aquí, no sé cómo tiene que ser, tampoco me lo había planteado, pero fue realmente... El club, en ningún momento, tuvo ningún detalle de, no sé, una camiseta o vamos a cenar o… No hubo nada de eso. Fue todo muy frío. De alguna forma, nos metieron a todos en el mismo paquete de adiós, gracias y ya está. Fue frío. Y a partir de ahí, claro, yo ya entro en otra dimensión, te vuelves a sentir jugador. En Valladolid estuve tres temporadas que fueron maravillosas. El primer año fue en Segunda, pero fue buenísimo porque hicimos el récord de Segunda para subir a Primera División. Nunca había nadie ha hecho tantos puntos tenemos. Estuvimos 29 jornadas seguidas sin perder y yo fui Zamora. Jugué mucho y todo eso, claro, a mí me hizo crecer de nuevo y pensar en los que me dijeron que mi ciclo en la Real ya había terminado. Yo me seguía sintiendo fiable para jugar. Eso algo te dice. Estuve dos años más allí, siempre en Primera, y una situación muy bonita porque en ese grupo hubo gente que a día de hoy todavía tenemos una relación personal muy cercana.

Alberto recuerda cómo fue su adiós a la Real Sociedad. Relevo

¿Le diste muchas vueltas a esa decisión del club?

A ver, entendía que el club, cada vez, estaba un poquito peor y, posiblemente, algo había que hacer. No sé si eso es lo que había que hacer o no, pero, por otro lado, yo fui a Segunda y ese año la Real desciende. Eso hubiera sido peor. Nunca me tuve que enfrentar a la Real porque los años que yo estuve luego en Primera con el Valladolid, la Real estuvo en Segunda. Para mí también hubiera sido duro enfrentarme a la Real. En el tiempo dices: 'No me he comido yo eso'. Era una época en la que todos estaban buscando culpables. Cuando las cosas no van bien, se carga mucho con la gente que lleva tiempo en el club. En esa época era el que más tiempo llevaba y puede que estuvieran un poco aburridos de ver mi cara. Desde luego no me pilló esa desgracia de vivir ese descenso con la Real.

"Cuando las cosas no van bien, se carga mucho con la gente que lleva tiempo en el club. Era el que más tiempo llevaba y puede que estuvieran aburridos de ver mi cara. No me pilló esa desgracia de vivir el descenso con la Real. Hubiera sido muy duro"

Alberto López

¿Cómo lo viviste desde la distancia?

Con pena porque realmente un club como este no lo merece, pero sí que es verdad que llevábamos un par de temporadas, vamos a decir, llamando a la puerta, librando en la jornada 37 o 38 y un año te puede pasar, pero cuando ya llevas varias temporadas que vas así y que cada año es un poquito más abajo, parece inevitable que haya un momento que esa desgracia pueda suceder y para mí lo que sí fue, vamos a decir, chocante es que luego estuviera tanto tiempo en Segunda. Para mí eso sí que fue sorprendente porque había jugadores que en principio tenían mucho nivel para revertir la situación.

¿Tienes la sensación de que no se te valoró como merecías?

No lo sé. Puede ser, pero, al final, tu línea de trabajo es la que es y las cifras están ahí. No puedo decir que estuviera mal, al contrario. Yo6 tengo casi 380 partidos en la Real, muchas temporadas, pero es que también tengo 120 partidos en Tercera División. Estuve jugando en Tercera con 20 años. Yo trabajaba de profesor, estuve dos años y medio trabajando como tal. No es un camino habitual. Hoy en día eso sería impensable. El hecho ese de que yo, con 20 años trabajara de profesor, entrenara en Molinao, en Pasajes, me hacía pensar que mi vida iba encaminada hacia otra situación. De pronto se da una circunstancia, tienes la posibilidad de entrar en el Sanse y las cosas van cambiando. De hecho se da un año que yo estoy en el Sanse y trabajando. Me adaptaron los horarios para dar clase por la mañana y entrenaba con el Sanse por la tarde. Que con 37 años digas que tienes casi 400 partidos en Primera y has estado 14 temporadas en la Real, yo estoy muy satisfecho con lo mío, evidentemente, y tampoco es cuestión de tener que alardear ni sacar currículum, pero estoy superorgulloso de haber jugado Champions con este equipo, haber hecho un año segundo, otro tercero. Es verdad que lo que está consiguiendo este equipo con Imanol no tiene parangón, estar tan de seguido entrando en Europa tantas veces, pero quedar segundo o tercero es muy difícil en esta liga, muy difícil y yo he estado en dos equipos que lo han conseguido más todo lo demás. Entonces, muy orgulloso de lo que he hecho y si no te lo valoran o no te lo aprecian, eso depende de algo externo.

"Habíamos perdido 4-0 en el Bernabéu en la ida y a la vuelta, Toshack me preguntó si me veía para jugar. Me salió decir: 'Bueno es un marrón' Visto desde fuera, si salía bien, era una maravilla, pero si no, era mi tumba. Y salió muy bien. Fue mi debut"

Alberto López Exportero de la Real Sociedad y del Valladolid

La Real Sociedad, en la portería venía de donde venía, de tener una leyenda como Arconada y, en este momento, apostó por ti, de la cantera. Ha pasado el tiempo y eso no ha vuelto a suceder...

Pues mira, circunstancias también. Siempre hay un principio en algo. Yo ya estaba entrenando con el primer equipo con ficha del Sanse, evidentemente. Me cambiaba en el vestuario del Sanse. Antes esto estaba muy marcado. Eres del primer equipo, te cambias aquí. No eres del primer equipo, te cambias aquí. No había ningún problema psicológico entonces al respecto. Y además el jugador lo entendía perfectamente. Entonces, hubo un día que jugamos Copa contra el Real Madrid. Habíamos perdido el partido de día 4-0. Por lo cual el Madrid estaba más que clasificado. Esa mañana, antes del partido, entra Toshack al vestuario del Sanse y me pregunta a ver cómo estoy, si me veo para jugar. Me salió decir: 'Bueno es un marrón'. Y él no entendió la palabra esa y se lo expliqué. '¿No quieres jugar entonces?' Le digo sí, por supuesto que sí, pero claro hay que pensar que es jugar un partido contra la Real Madrid en Atotxa. Es una maravilla visto desde fuera si sale bien, pero si no sale bien, es tu tumba. Y salió muy bien porque ganamos 4-1. A la mañana siguiente me felicitó y me dijo; 'He visto algo que me ha gustado'. Y también me dijo: 'No vas a jugar el partido siguiente, vamos a ir viendo'. Tenía frases de estas y me dijo algo así como que 'no por ver un pájaro volando vamos a pensar que ha llegado el verano'. Él medía mucho eso de dar opciones. Estaba llamando a la puerta. Si ese partido lo perdemos, esto no se da. Ganamos 4-1, estuvimos a punto de pasar y luego, jugué los últimos partidos de Liga y salió todo bien. Y de ahí, asentado en la portería durante muchas temporadas.

Te tocó vivir la época de los porteros extranjeros. Primero con la llegada de Asper y luego, con la de Sander Westerveld. ¿Se te hizo raro?

Fueron dos circunstancias diferentes. Con la llegada de Asper sí pude pensar que había alguna duda sobre mí, pero, como también venían jugadores extranjeros para cubrir el resto de posiciones, ¿por qué no iba a venir un portero? Con el tema de Sander ya fue diferente. ¿Por qué? Porque ya había una inversión muy fuerte del club. Estaba de nuevo Toshack, que era la tercera etapa suya en el club, y él, en ese sentido, fue muy claro. Me dijo: 'Mira, hemos pagado tanto dinero por este jugador y va a ser titular'. Ahí te dan una nueva perspectiva de lo que es el mundo del fútbol, algo que hoy en día está muy extendido, en el sentido de decir que hay un valor de capital que tiene el club en determinados jugadores y si dejan de jugar por una decisión de que un día lo hacen mal, el club pierde dinero. Entonces, ahí sí que no fue fácil de asumir. Hasta entonces, después de ver los entrenamientos, el entrenador podía decidir quién estaba mejor o quién no. Ahora no. Ahí te haces una pregunta: '¿Qué es pasando?'. Porque hagas lo que hagas es una sensación de indefensión, pero hay que asumirlo también. La ética de trabajo que he tenido siempre ha sido muy potente. Y en ese sentido, pues no había mucha queja en cuanto al trabajo del día a día.

Alberto dialoga con un jovencísimo Barkero en un entrenamiento en Zubieta.  Diario Vasco
Alberto dialoga con un jovencísimo Barkero en un entrenamiento en Zubieta. Diario Vasco

¿Qué opinión tienes de Toshack?

Es que sin él no estaríamos hablando aquí. Hay una parte que corresponde al jugador, en el sentido de que si tú no lo haces bien, no hay nada. Él te puede poner, pero si no lo haces bien... Pero sin él, yo no estaría aquí. Es así. Un tipo muy especial, con un carácter muy fuerte. Es cierto que desde la primera fase a la tercera hay un cambio. Es una persona que en la Real es un mito, una leyenda. Y siempre estaré muy agradecido. Después, podemos hablar si en el día a día tenía momentos de amargor. Bueno, pero eso es una relación. Y en el mundo del fútbol hay que entenderlo como normal.

"Toshack era un tipo muy especial, con un carácter muy fuerte. Si cometías un error gordo, también te lo hacía ver. Marcaba mucho al jugador en este sentido. Había gente que lo soportaba y gente que no, pero el que aguantaba eso, podía tener trayectoria"

Alberto López

¿Era muy especial?

Sí. Él también tenía días, como todos. Y había días que para él eran especiales, muy marcados. Si por lo que fuera, ese día tú no lo tenías bueno, él te lo iba a hacer ver y te lo hacía ver. Esos días lo que había que hacer era no hablar mucho y desaparecer. Si tú, por decir, no sé, jugabas contra el Real Madrid y le ganabas, había fiesta. Y si al contrario cometías un error gordo, también te lo hacía ver. Marcaba mucho al jugador en este sentido. Había gente que lo soportaba y gente que no, pero el que aguantaba eso, veías que podía tener trayectoria. El que no era capaz de aguantar un chaparrón... En el fondo, te hacía más duro. La Real, vamos a decirlo, hoy en día está en época de vacas gordas en el sentido de que necesitas algo, lo compras. Te podrás equivocar o no, pero entonces para competir con equipos mucho mejores que tú, con un potencial mucho más grande, era a base de hacerte duro y solo así llegabas a competir.

Alberto habla con amargura de LaLiga perdida ante el Real Madrid. Relevo

Con Westerveld como portero indiscutible, ¿cómo viviste el casi título de la Real Sociedad de la temporada 02/03?

Estás un poco fuera. Estás dentro del equipo, pero no te toca tan cercano. Ese año solamente me tocó jugar un partido, en Sevilla y ganamos 0-1. Fue maravilloso. Y recuerdo que los periodistas, al final del partido decían que, en una situación normal, yo debería de seguir jugando el siguiente partido después de la exhibición hecha. Es un poco lo que hemos hablado antes. Ya sabías a lo que estabas y entonces el objetivo era muy claro, intentar no molestar, intentar molestar lo menos posible e intentar ayudar en lo que puedas, porque, claro, luego hay relaciones personales ahí muy fuertes después de mucho tiempo. Tú estabas deseando que el club, joder, ganara LaLiga, pero sí es verdad que te pilla un poquito de lado. En ese sentido de decir, qué lástima, y luego cuando se perdió... Todo el mundo recuerda Vigo, pero lo perdimos antes. Lo ibas viendo. Decías: 'No vamos a llegar'. Veías el tren de alta velocidad, que era el Madrid, y te lamentabas: 'Es que nos va a coger'. Fue una pena. No se ha podido repetir, pero es verdad que fue una lástima que no estuviera yo en el día a día en la portería. Igual, si hubiera estado, no hubiéramos quedado segundos.

Cuando recuerdas ese campeonato, ¿cómo lo haces? ¿Con la alegría del subcampeonato o con la tristeza de la oportunidad perdida?

Que se nos escapó. Esa es la sensación. También hay que ser claro y decir que ese equipo, seguramente, no estaba hecho, pensado para ganar una liga. Si uno es honesto, si hubiéramos quedado entre los cinco primeros, ya hubiera sido fenomenal. Pero es que hicimos una primera vuelta espectacular. Cada día era un meneo. En ese sentido, yo tenía muchísima relación con toda esa gente y aunque no estaba jugando, decía: 'Vamos a por ello', pero no llegamos. Cuando digo que lo perdimos antes, lo digo porque, por ejemplo, un partido aquí en casa contra el Villarreal, íbamos ganando 2-0 y en el descuento nos empataron a dos y el segundo gol nos lo metió el portero en un córner. El partido anterior contra el Valencia, ellos con un jugador menos una hora entera, terminamos empatando ese partido en casa. Esos cuatro puntos fueron cruciales. Lo de Vigo, el Celta se estaba jugando Champions. Tenía un equipazo. Esos dos partidos fueron los que nos hicieron daño a nosotros a la hora de no ganar. Es como es.

Alberto, junto a Hakan Sukur en un partido de Champions entre la Real y el Galatasaray.  AFP
Alberto, junto a Hakan Sukur en un partido de Champions entre la Real y el Galatasaray. AFP

¿Ha sido la mejor Real que has visto?

Aquello fue espectacular. Sobre todo, si me apuras, hasta desde la sorpresa. Por lo que estamos hablando, porque seguramente no éramos un equipo formado para eso. Pero lo que está haciendo aquí Imanol... Con nosotros, era una Real más de picos. Hacía un año muy bueno, desaparecíamos cuatro o cinco temporadas y llegaba otro pico bueno. Eran un poco los ciclos que solía hacer la Real. Lo que están haciendo ahora, de tantos años seguidos, igual es más difícil. Ser campeón de algo hoy en día es muy difícil, es dificilísimo y tiene un mérito increíble y serlo es la leche. De hecho, todo el mundo lo que quiere es ser campeón, pero ese equilibrio de estar ahí entrando en Europa tantos años seguidos, eso es muy difícil de conseguir y lo están haciendo. Y encima, bueno, que cada año el equipo está un poquito más débil en cuanto al tema deportivo. ¿Cuántos internacionales están saliendo que antes no lo eran y ahora están a un nivel increíble? Son un montón de cosas. Es verdad que a este grupo no le he visto tan potente para poder ganar una Liga, pero nosotros no éramos capaces de clasificarnos todos los años para Europa.

¿Qué relación tienes con Imanol?

Fuimos compañeros, primero, en el Sanse y, luego, en el primer equipo. Más o menos somos de la misma generación. Él debutó antes que yo en el primer equipo. Él era lateral derecho, de esos carrileros ofensivos porque físicamente era un toro. Hubo un partido en Madrid en el que Toshack se le ocurrió ponerle de delantero. Lo hizo fantástico y luego firmó por el Villarreal.

¿Te sorprende lo que está haciendo como entrenador?

Estuvimos juntos en el curso de entrenadores de Madrid. Es muy bueno. Luego, afirmar que iba a tener todo el recorrido que lleva... Él, cuando cogió el equipo, la primera vez, ya lo hizo fantástico y es él el que decidió volver al Sanse, cuando ya había demostrado que estaba superpreparado. Y le vuelve a pasar lo mismo y vuelve a demostrar porque casi mete al equipo en Europa, cogiéndolo en una situación de precario. Es fantástico lo que está haciendo. Esta temporada está recibiendo críticas. Entiendo todo, pero para mí es incomprensible porque si estamos aquí hoy, la figura de él es clave en todo esto. Con la pérdida de jugadores que estamos teniendo, que sigue sacando jugadores del filial para ponerlos a jugar partidos importantes, va adaptando, va cambiando sistemas... Creo que este año es el equipo más flojo que ha tenido. No sé lo que quedará al final, porque sigue haciendo magia y seguramente sacará rendimiento pero, para mí, este año yo creo que es el equipo más flojo de todos los que ha tenido. Para mí, y eso que la Selección está en un momento espectacular, pero a nada que le vaya un poco bien, tiene todas las papeletas para poder ser un día seleccionador por su forma de entender el fútbol, por cómo está, por cómo lo ve. Ha sacado el curso en Madrid, entonces es de la casa. Yo lo veo como un futuro seleccionador. Para mí, en la liga de entrenadores a ese nivel, están Ancelotti, Valverde, Simeone y ya viene él. Me parece de lo mejorcito que hay.

Alberto se deshace en elogios hacia Imanol Alguacil. Relevo

¿Tenía tanto carácter como jugador?

No era, vamos a decir, muy extrovertido, pero sí que era muy currante. Él viene de una familia muy amplia. Y sí que tenía ese punto de lo que hay que tener para ir a por las cosas. Es verdad que el hecho de entrenar es distinto. Entrenar en Primera es distinto, te exige una serie de cosas del día a día. Bueno, él mismo también ha cambiado. Me acuerdo cuando cogió el primer equipo la primera vez, era muy efusivo con los jugadores. Ahora ha cambiado. Sigue siendo muy cercano a ellos, pero ya no es ese abrazo tan de padre. Es muy exigente, pero lo está haciendo para mí es de matrícula y sobre todo está siendo capaz de adaptarse porque hay muchos entrenadores que no son capaces de adaptarse y es lo que les tumba y él está siendo muy inteligente.

Alberto también ha hecho sus pinitos como entrenador. ¿Lo ves muy lejano?

Sí, la verdad que el entrenar es una rueda. Yo lo llevaba muy bien. Vamos a decir que estaba cumpliendo los procesos. Estuve dos temporadas en el Alavés muy bien en Segunda División. Y luego me tocó ir a Valladolid en una situación muy desagradable, pero lo sacamos adelante. A mí me ocurrió que, de alguna forma, todas las llamadas que iba recibiendo eran de equipos que están en situaciones muy límites. En Vitoria, por ejemplo, lo solucionamos muy bien con dos temporadas fantásticas en un equipo recién ascendido de Segunda B y estando en Ley Concursal. Luego me llamó el Valladolid en una situación muy desagradable. Lo salvamos para no bajar con una deuda del club terrible. Entonces qué ocurre, que las llamadas que recibía eran a falta de pocas jornadas para salvar una situación muy desagradable. A los directores deportivos con los que hablaba les pedía un año más en caso de salvar al equipo. Nadie me lo daba. Todos me decían lo mismo: 'Lo normal es, si lo salvas, que te quedes, pero no queremos atarnos'. Pensaba que igual en algún año no se iba a conseguir el objetivo y me caía con todo. Así las cosas, decidí esperar, parar el carro y ahí vino el COVID y estuvimos un año y pico sin trabajar. Y ahí se paró. Me llegaron cosas muy particulares de equipos de RFEF, pero no me veía volviendo a empezar. Igual mi error fue ese, no haber aceptado alguna de esas propuestas, pero no me queda la sensación de haberme equivocado.

¿Ves difícil volver?

A ver, a mí me encantaría entrenar, está claro. Pero está también claro que es muy difícil. Hay que ser realista. Es un mundo muy raro y hoy en día, vamos a decir que cada vez es más claro, sobre todo para el mundo del entrenador, que los clubes trabajan con una serie de agentes y son estos los que te van colocando. Así funciona. Y lo hecho de menos. Mucho. Las relaciones personales. Incluso en un momento determinado, el cabreo que te genera un jugador que le pones y no te da el rendimiento, el día a día, los viajes, analizar el rival, ganar, perder... Es que me gusta mucho competir.