REAL MADRID

Mazazo para el vestuario del Madrid, que intentó volver a convencer a Kroos: "Toni también sería el mejor con 40"

Aunque varios pesos pesados casi le suplicaron para que continuara, los que mejor conocen al alemán en Valdebebas se lo olían. Ahora ya se aferran a Camavinga.

Kroos aplaude a la grada junto a sus compañeros. /EFE
Kroos aplaude a la grada junto a sus compañeros. EFE
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Hoy en Valdebebas, 21 de mayo de 2024 que pasará a la historia como un día doloroso para la magia, reinó el silencio. Era el presagio de una dura noticia entre tanto confeti en las últimas semanas. El Real Madrid gozaba de un día de descanso tras haberse entrenado ayer y volver a hacerlo mañana. Salvo algunos técnicos, Tchouameni y Rüdiger, por la Ciudad Deportiva sólo se vio a canteranos. Y aun así, el peso del bombazo de la despedida y posterior retirada de Toni Kroos (34 años) pesó como una losa en el ambiente. Su comunicado confirmando lo que nadie quería escuchar corrió como la pólvora por los grupos madridistas de Whatsapp. En la caseta, algunos compañeros lo sabían desde ayer.

Para el vestuario del Real Madrid el palo es bastante duro. Algunos jugadores aún albergaban la esperanza de que el centrocampista volviera a dar marcha atrás a sus planes de dedicarse a la familia y a viajar por el mundo entero después de la Eurocopa. Una cita que disputará con Alemania tras amagar con retirarse y regresar con el objetivo de despedirse por todo lo alto en casa. Y claro, sus socios más íntimos en la caseta cuentan que andan desolados. Se nota en los mensajes, que mezclan cierta incredulidad y pena con el recuerdo de unos años memorables. "Sabes que estoy molesto. ¡Te amo Anton, eres una leyenda!", le comenta Alaba en su post de despedida, usando la palabra más repetida entre compañeros y excompañeros como Rudiger o Marcelo.

Sabían que el año pasado Kroos estaba en la misma situación que ahora y que al final optó por continuar una temporada más vestido de blanco arropado por el cariño que sintió desde todos los rincones. Las charlas con Ancelotti habían sido determinantes. En esta ocasión se mantenía de nuevo la fe más viva que nunca, en general y con sus excepciones, porque a lo largo de este curso se habían visto gestos que invitaban al optimismo. Su cara y sonrisa le delataban. 

Varios de los líderes de la caseta, empujados por el optimismo, siempre repetían en privado lo mismo cuando se les preguntaba por Kroos: "Toni puede jugar con 40 años y también seguiría siendo el mejor". Si por algo destaca el internacional es por pensar más rápido que el resto. Y, además, físicamente está mejor de lo esperado. Hasta el punto de que ha disputado 39 partidos de titular de 46 (y el que queda), y 15 de ellos completos, y ha sido clave en la consecución de la 36ª Liga y para meter al Real Madrid en una nueva final de Champions.

Un encuentro que curiosamente, será su último partido de clubes. Carvajal, uno de los capitanes, remarca esa cita en su despedida en Instagram: "Siempre recordaré con orgullo que tuve la suerte de jugar junto a Toni Kroos, y algún día le contaré a mis hijos todo lo que conseguimos juntos en el terreno de juego. Gracias por todo lo que has aportado al equipo y por ser una inspiración constante para todos nosotros. Pero esto no acaba aquí, tenemos una última misión juntos para tener la mejor despedida posible… A POR LA 15".

Pero algo ha pasado por el camino. E igual que el Madrid ha encarrilado estos días el futuro de Modric, con Kroos parece que ha llegado algo tarde. Las buenas palabras no terminaron de plasmarse en unas condiciones concretas. Y Kroos, sin enfados, aprovechó para volver a ese estado de frialdad desde la casilla de salida. Siendo un hombre de fuertes convicciones, las carantoñas de los últimos días han servido de bien poco. Por eso, uno de los más veteranos fue tajante al cruzarse con uno de los médicos la semana pasada: "Se va". No le faltaba razón. Desde el pasado 11-12 de mayo Toni ya tenía la decisión clara. Y sólo se la transmitió a sus más allegados. No quería que se filtrase. Prefería comunicarla él en su Instagram. En el vestuario sólo Modric hablaba a las claras con él de esto porque estaba atravesando por una situación parecida y se daban apoyo. A Ancelotti le trasladó la sentencia en las últimas horas. Se marcha y deja en muchos una sensación concreta que explica Lucas Vázquez en su mensaje de adiós: "Uno de los mayores privilegios de mi carrera ha sido jugar a tu lado. Cuantos momentos juntos y cuanto conseguido".

El futuro

El madridismo, simplemente atendiendo a las reacciones de los aficionados en redes sociales, también anda devastado. Y como le sucede a los propios futbolistas, mientras digieren el luto ya están pensando en quién va a llenar este gran vacío. Así funciona una cabeza futbolera. El Madrid, Ancelotti y los propios jugadores lo tienen claro: paso definitivo a Eduardo Camavinga. Con la necesidad de reforzar el lateral izquierdo (a ver Davies...) y puede que el centro de la defensa (Rafa Marín u otro), con las llegadas de Mbappé y Endrick al caer y la renovación de Modric, el club entiende que hay mimbres de sobra para que esta plantilla corrija esta vacante sin necesidad, por ahora, de fichar. Pese a que, como sucede siempre, no se va a perder la atención en el mercado por si surgen buenas opciones.

Así, Camavinga, sin comerlo ni beberlo, se va a convertir en un jugador determinante. Si es que no lo era ya a sus 21 años y con contrato en el Bernabéu hasta 2029. La baja confirmada de Tchouaméni para la final del próximo 1 de junio le elevará al once titular ante el Borussia del que se había caído últimamente por el nivelazo en la sala de máquinas y por el dulce momento que atraviesa Mendy en una banda donde a veces, por su polivalencia, tenía hueco. Y ahora, con la despedida de Kroos, va a ser clave en ese medio campo junto al propio Tchouaméni, Valverde y Bellingham, que tendrá que corregir su posición y participar más en zonas de creación para dejar arriba a Vinicius, Rodrygo y Mbappé.

La dirección deportiva del Madrid cree que con Modric y Güler, más el ascenso de algún canterano como Mario Martín o Nico Paz (si es que no salen) es más que suficiente como recambios de máximo nivel para esa medular donde hoy todo el mundo ve un socavón. Además, Ancelotti va a tener que apostar muchas veces por tres en vez de cuatro centrocampistas ahí para dar alas a las estrellas en ataque en partidos de casa o de menos enjundia. Pero eso es cosa del mañana. Hoy, conviene afrontar el duelo y preparar, con más ganas que nunca, la final de Wembley para homenajear a Toni: alzar la Decimoquinta y poder despedirse con cinco Orejonas en su poder no es mala guinda.