El punto de inflexión del Barça que nace en Christensen y agradece Gündogan: "Es una de las claves"
El danés suma cinco partidos como mediocentro y el Barça ha sumado tres victorias y dos empates.

La temporada del FC Barcelona tiene tantos interrogantes como partidos ha habido. En parte por las lesiones de Gavi o Balde, que han imposibilitado dar forma al equipo de la pasada temporada, y también por rendimientos que no han llegado y que tenían que servir para compensar al resto, como el de un Oriol Romeu que desde agosto ha ido en una bajada imparable. Entre todos estos asteriscos, Xavi ha acudido a Andreas Christensen para solventar parte del problema transformando al danés en un elemento de continuidad. A cambio de pasar desapercibido, permitirá brillar a los mejores.
Xavi parte de una premisa que es crucial para entender el análisis: Christensen es la mejor de las opciones sin ser aquella a la que el equipo debería aspirar en un futuro cercano, sobre todo pensando en la próxima temporada. Tras el encuentro ante el Getafe, el danés suma cinco partidos como mediocentro (3 victorias y 2 empates), acompañando a De Jong en la base de la jugada. Una muestra pequeña pero suficiente como para analizar su rendimiento y el impacto que ha tenido esta decisión en el colectivo.
Los problemas estructurales del equipo siguen estando ahí. El Barça no es un equipo que defensivamente sea estable, sigue hundiéndose demasiado y pierde la cara al partido en muchas fases del juego, pero Christensen le ha dado un mayor empaque en situaciones de segundas jugadas, por su dominio del juego aéreo y buena lectura defensiva, y un plus para corregir situaciones de presión gracias a una mayor velocidad y presencia que la de Gündogan en esa zona. El Barça es un paciente que recién empieza a andar, por lo que no se le puede exigir que corra con solo un parche. Pero sí anda mejor. Más autónomo.
Christensen como primer paso defensivo
Desde este cambio, el Barça está siendo un equipo más agresivo. Ha pasado del 23 a que el 25% de pases del rival tengan una acción defensiva inmediata, además de realizar una acción defensiva cada 6,9 pases del contrario y no los 7,6 de antes del partido del Alavés, donde fue el debut de Christensen en esa posición. El equipo gana más acciones defensivas (55 a 50 de antes del cambio) y realiza más contrapresiones (35 a 30), que son todas las presiones que se realizan en menos de cinco segundos de una pérdida de balón. Es un equipo más activo. ¿Qué hace Christensen para ayudar en esto?



Esa intuición y buen posicionamiento está evitando que los rivales corran con más comodidad (el equipo está recibiendo menos tiros tras un contragolpe, con 0,75) y aleja a Gündogan o Pedri de tareas defensivas para las que no tienen ni el rigor ni la capacidad para realizar de forma continuada. El gran nivel de Cubarsí y la recuperación de Íñigo Martínez para la causa, facilitan que Christensen pueda jugar en esa zona sin perder a un efectivo en la primera línea.

Como se aprecia en el mapa, la mayoría de las acciones de Christensen a nivel defensivo se dan en su propio campo. El momento futbolístico del Barça, que es incapaz de dominar en campo rival de forma continuada, empuja a Christensen a realizar muchas acciones en su área, a ratos siendo ese puntal para ganar segundas jugadas o evitar que el contrario remate en área propia.
Gündogan, el gran beneficiado
El principal beneficiado del cambio de posición es Ilkay Gündogan. El alemán está siendo menos participativo (77,5 toques antes del día del Alavés, 49 después), pero mucho más decisivo. En Liga, suma 0,50 xA por cada 90 minutos, la cifra más alta del campeonato en este lapso de tiempo, lo que muestra el tremendo impacto que tiene Gündo en el último tercio del campo. Para que pueda brillar, Christensen se está limitando a moverse muy poco para que el resto sí pueda hacerlo allí donde son más decisivos.

En el mapa se aprecia que el 40% de los toques de Gündogan se daban en zonas centrales, y el 32% en campo propio. El alemán ejercía como gestor del juego, y a pesar de que estaba sumando muy buenas cifras eso repercutía en el equipo porque quien empezaba muy abajo terminaba muy arriba, sin que le diese tiempo a rellenar el espacio que vaciaba. Con De Jong al lado, también tendiente a la conducción larga, el Barça era un equipo muy largo y desordenado.

Con este cambio, Ilkay está sumando el 9% de sus toques en la frontal del área rival. O lo que es lo mismo, un 27% del total de sus toques en el último tercio. El Barça agradece que Gündogan esté ahí porque dinamiza el juego, añade amenaza y alimenta a Lewandowski, que está jugando mucho mejor desde ese cambio de posición al estar más y mejor alimentado en la frontal.
Xavi explicó en rueda de prensa lo siguiente: "Andreas está pendiente de tareas defensivas, es una de las claves de la mejora del equipo. Se va encontrando mejor, mira antes de recibir, es una posición muy difícil. Lo está haciendo muy bien. Da continuidad, pierde pocos balones, nos da mucho equilibrio defensivo". De hecho, desde el cambio de posición, Christensen suma en Liga un 154 de 161 en pases, y apenas está perdiendo duelos. No arriesga y le cuesta perfilarse para girar el juego, pero esos limitantes salen a cuenta si el resto de piezas se ven beneficiadas con su juego y su nuevo rol.
La temporada del Barça todavía tiene dos títulos en juego y el equipo tiene tiempo de revertir la situación a nivel defensivo para paliar la sangría de goles y errores que están lastrando al equipo a nivel competitivo. Si bien es cierto que un solo movimiento no es suficiente para ordenarlo todo, sí está ayudando a que las carencias del resto se noten menos y las virtudes pesen más. Y esto es un paso de gigante para el actual Barça.