El meme de Whatsapp al que se aferra el Espanyol para salvarse: "El capitán me dijo que ahora ya no lo podía cambiar"
Los goles y el trabajo de Roberto Fernández están resurgiendo a los pericos.

Cuando Roberto Fernández (Puente Genil, Córdoba, 2002) fichó por el Espanyol, durante el pasado mercado de invierno, solo quedaban dos dorsales libres, el 21 y el 2. Y como el futbolista andaluz no es de la casa y respeta lo que representa el número de Dani Jarque en Cornellà-El Prat, no le quedó otra que quedarse con el 2, inusual para un delantero centro como él. En el vestuario hubo cachondeo y en el WhatsApp del equipo enseguida corrieron como la pólvora los memes de Roberto sin pelo, a lo Gaizka Toquero, que fue el atacante que popularizó este dorsal.
Tanta coña se hizo con el tema que Roberto, que es de esos que se presta a las bromas, prometió que si marcaba lo festejaría como celebraba los goles Toquero, pasándose la mano abierta por la cara. Y apenas tardó once minutos en hacer ese gesto, pues en su primer remate a puerta como perico rompió la red del RCDE Stadium. Con ese tanto, el Espanyol venció al Valladolid, reencontrándose con el triunfo un mes y medio después, y salió virtualmente del descenso tras muchas semanas en esa zona. No hay duda de que el delantero cedido por el Braga cayó de pie en Barcelona.
Antes de ese partido, los de Manolo González apenas tenían un punto más que el Pucela. A día de hoy, la distancia es de 12. Y cuatro sobre el Valencia, el primer equipo que descendería. A Roberto, por cierto, le 'obligaron' a seguir celebrando como Toquero. Ya es una cábala, una superstición entre bastidores, tal y como él mismo explicó en una entrevista en DAZN, donde lo juntaron con el icónico delantero pelado del Athletic Club: "Sergi Gómez, el capitán, me dijo que ahora yo no lo podía cambiar. Ya tienes que hacer siempre esta celebración me dijo".
Un delantero de barrio
Tras su primera victoria fuera de casa, el pasado fin de semana en el campo del Alavés, los pericos acumulan once puntos de 18. Y en gran medida ese resurgimiento es gracias a los goles de Roberto Fernández, que marcó contra el Valladolid y contra el Athletic Club, en una acción que recordó a Raúl Tamudo, ídolo absoluto blanquiazul y máximo goleador catalán de la historia. El 2 perico corrió en dirección a Unai Simón, despistado, y se lanzó al suelo para empujar el balón a la red ante la sorpresa del portero vasco y los espectadores de Cornellà-El Prat. Por inesperado, más de uno y de dos ni lo vieron porque estaban girados hablando con el de al lado. Solo él, que lleva varios años buscando ese gol de pillo, creyó en sus posibilidades.
Unai Simón se entretiene.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) February 16, 2025
Roberto Fernández va con prisa.#LALIGAEASPORTS #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/1R4kkFFtEY
Fue un tanto de delantero de barrio, como los de Tamudo a Toni, en la final de Copa del 2000, y a Bonano, en un derbi en Montjuïc. Una demostración de fe y rapidez del futbolista de Puente Genil, que en esa acción alcanzó una velocidad punta de 35,3 km/h. Casi nada.
Roberto acumula dos disparos a puerta y dos goles, y cuando no disparo ni marca, brega y se faja como pocos. Basta con ver la pelea que tuvo con los defensores del Alavés en Mendizorroza. "Era un partido en el que tenía que correr y matarme con los centrales. Y así lo he hecho", dijo tras la victoria de los blanquiazules.
Roberto Fernández, que se dejó convencer por Fran Garagarza y Manolo González con sendas llamadas para que firmara por un Espanyol que ya lo quiso en verano y que en invierno se adelantó a Getafe y Leganés en su fichaje, está viviendo el mejor momento de su carrera. Está marcando en Primera División como soñaba de pequeño, cuando dormía abrazado al balón Jabulani y rompía las plantas de sus vecinos de tan fuerte que le pegaba a esa pelota del Mundial 2010 imaginando que era Fernando Torres, su referente. En seis apariciones como perico ya lleva los mismos goles que los que gritó en la primera parte de la temporada en el Braga, donde no terminó de adaptarse y por eso pidió salir.
Formado en el Córdoba, el Sevilla y el Málaga, se hizo profesional en el club boquerón, con el que debutó en Segunda antes de hacer la mili en el filial del FC Barcelona, donde en el año que estuvo lo jugó casi todo y metió siete goles. Allí coincidió con Marc Casadó y vio debutar a Lamine Yamal con el Barça Atlètic cuando apenas tenía 15 años. Marcó siete dianas y fue respescado por un Málaga que si está de regreso al fútbol profesional, es fundamentalmente por las 20 dianas de Roberto durante el curso pasado que le valieron el traspaso al Braga, donde con casi toda seguridad deberá volver a final de curso, pues aunque esté muy a gusto en Barcelona, se hace muy difícil pensar que las maltrechas arcas del Espanyol puedan asumir un fichaje de 10 millones de euros, el precio de compra pactado entre ambas instituciones.
En todo caso, eso está muy lejos. Antes tratará de asegurar la permanencia del Espanyol en Primera División, que es para lo que se le firmó. Él, que se define como un "currante", pondrá todo lo que esté en su mano para lograrlo, incluso celebrar los goles a lo Toquero para que sus compañeros no le peguen la bronca.