SEVILLA FC 1 - REAL MADRID 2

"Mendilibar, me lleva a Budapest"

Un Sevilla muy condicionado por la final ante la Roma casi se despide de la séptima plaza. La afición abronca a Ceballos y despide a lo grande al equipo.

José Luis Mendilibar, pensativo, durante el partido./Reuters
José Luis Mendilibar, pensativo, durante el partido. Reuters
Samuel Silva

Samuel Silva

El Sevilla casi se despide de Europa vía Laliga tras caer ante el Real Madrid, pero a nadie le importó. En Nervión la cabeza sólo estaba en la final. "Mendilibar, me lleva a Budapest", estalló la grada del Sánchez-Pizjuán nada más que Soto Grado señaló el final del encuentro. Ni las broncas con Dani Ceballos, que se llevó una durísima entrada de Acuña pero que también puso lo suyo, acapararon la atención de la grada, que sólo piensa en esa final europea.

Mendilibar, bromista sobre la posible alineación de la final.

El duelo ante la Roma condicionó la alineación de Mendilibar. Lleva haciendo malabares el técnico en las tres últimas jornadas de LaLiga, después de esa brillante clasificación para la final ante la Juventus. Dosificación de esfuerzos y reparto de minutos, a la vez que también presencia de menos habituales en el equipo inicial. Incluso ante el Real Madrid, Mendilibar dio la alternativa a Manu Bueno, un joven centrocampista del filial para jugar en esa posición donde se cuenta con menos efectivos. Y acabó con Joan Jordán y Tecatito Corona, dos jugadores que llegan muy justos de físico al final del campeonato, sobre el césped.

Pero Mendilibar ha conseguido que el Sevilla sea reconocible incluso con tantos cambios de futbolistas. Competitivo desde el minuto uno y enseñando ese fútbol vertical que le gusta a su entrenador, los sevillistas se adelantaron pronto con un gran remate de Rafa Mir, ese delantero en el que nadie cree del todo, pero que ya suma ocho dianas en la temporada como el que no quiere la cosa. Hasta que apareció Rodrygo, primero con una falta directa y después con una cabalgada plena de calidad. El doblete del brasileño fue demasiado para el Sevilla, que luego se quedaría en inferioridad tras la expulsión de Acuña.

Ahí se acabaron las opciones del Sevilla en el partido y se inició otro en la grada con Dani Ceballos como protagonista. El utrerano, silbado desde que tocó la primera pelota en el partido, centró las iras de la grada. Y también realizó algún gesto que tampoco gustó ni a los aficionados ni a jugadores como Joan Jordán. Había sido un partido tranquilo, después de que Vinicius se ausentara de la convocatoria, pero la grada encontró ese foco en un exbético.

Tampoco pasó el asunto a mayores. Con el final del partido, la grada se olvidó de LaLiga y apuntó a Budapest. Es la cita de la temporada para el Sevilla, que se jugará un título y también su futuro europeo para el próximo año. La grada, que se entregó a su entrenador, también se lo recordó a sus jugadores, que se quedaron sobre el césped escuchando ese último aliento de Nervión. En Budapest será otra historia y con otros miles de sevillistas en busca de la séptima.