Merino, Brais y Silva, los intocables de Imanol

Cuando la Real Sociedad confirmó el fichaje de Brais Méndez, muchos dudaron de su adaptación. O, al menos, de la conveniencia de la llegada de un futbolista estético y brillante, pero intermitente. Tres meses después, el gallego es un fijo, ha convencido y se ha convertido en un todoterreno capaz de rendir habitualmente. Un hombre de Imanol. Un intocable.

En Moldavia volvió a sacar su zurda a pasear. Le brindó el gol a Aritz Elustondo y aprobó con nota como uno de los más destacados. Ese podría ser el Brais Méndez que se esperaba. El de los latigazos de buen fútbol. Pero el triunfo en Moldavia es su décimo partido, jugados todos de forma consecutiva y siendo titular en nueve de ellos. En el que no jugó, ante el Getafe, el equipo perdió y tuvo que saltar al césped en el descanso en busca de la remontada.

"Se ha adaptado a las mil maravillas", dijo Imanol sobre él recientemente. Él le ha respondido con cinco goles y tres asistencias. Normal que el técnico esté encantado con su rendimiento, sobre todo por su estado físico y su capacidad de trabajo, y que le ha encontrado un lugar ideal en el rombo que utiliza en el centro del campo junto a Zubimendi, Merino y Silva.

Precisamente esa formación en la medular ha sido la zona del campo más fija y en la que el club txuri-urdin está cimentando su buen inicio de temporada. La mejor prueba de la fidelidad hacia estos hombres es que en un momento de la temporada en el que el calendario está tan cargado sigue apostando por ellos. Los donostiarras deben afrontar aún once partidos hasta el próximo 13 de noviembre o, lo que es lo mismo, un partido cada tres días durante seis semanas.

Mikel Merino es la máxima expresión de esa idea firme de Alguacil por este bloque. Es el único futbolista de campo que ha sido titular en los diez partidos disputados hasta la fecha, con 830 minutos en sus piernas. "Es el mejor jugador de LaLiga", llegó a considerarlo su entrenador la temporada pasada, algo que parece seguir pensando porque nadie lo mueve del once.

El único que ha podido descansar ha sido Silva, aunque solo lo hizo en el duelo ante el Omonia Nicosia y en el resto de partidos ha jugado un mínimo de 45 minutos. El canario, a sus 36 años, está viviendo una segunda juventud en esta temporada. Precisamente en el curso que muchos pensaban que podía ser su último en la élite. Viéndole en Moldavia ante el Sheriff, con la varita mágica y su zurda dibujando un golazo, cualquiera diría que está en su 18º temporada en la élite.

Esta apuesta por un mismo bloque está dando frutos a la Real, que por primera vez en los últimos años está sabiendo competir en Europa. Los tres triunfos le ponen líder del Grupo E, pero además rompen con una dinámica en la que los txuri-urdin venían defraudando en competición europea. De hecho, con Imanol sentado en el banquillo únicamente habían conseguido vencer dos duelos como visitante en competición europea de ocho posibles. Este año ya han igualado ese registro.