BETIS - REAL MADRID

Así volvió el mejor Isco tras naufragar en el Madrid: dobles sesiones, pádel... y mucho trabajo mental

El centrocampista español ha logrado reencontrarse con su mejor versión en el Betis cuando, para muchos, ya estaba acabado.

Isco, durante un partido del Betis./EFE
Isco, durante un partido del Betis. EFE
Isabel Pacheco
June Lavín

Isabel Pacheco y June Lavín

La última vez que Isco se reencontró con el Real Madrid, a nadie se le pasaba por la cabeza que aquel encuentro sería el preludio de uno de los momentos más complicados en la carrera del futbolista malagueño. Nada salió como esperaba. El 3-1 que el conjunto blanco endosó al Sevilla en el Santiago Bernabéu no fue más que la punta del iceberg. Su magia se quedó a medio camino: tan sólo iba a poder frotar la lámpara en cinco duelos más. Y así se despidió de la temporada, con polémica, malas sensaciones y una situación insólita para un jugador que en 2012 fue galardonado con el Golden Boy.

Pellegrini, sobre el estado de forma de Isco.

 Una fuerte discusión con Monchi, en aquel entonces Director deportivo del Sevilla, la posterior rescisión de su contrato con la entidad hispalense y su no fichaje por el Unión Berlín cuando todas las partes parecían destinadas a entenderse arrojaron un escenario completamente desconocido para un jugador que, años antes, estaba llamado a liderar a la Selección. Poco o prácticamente nada quedaba de aquel mediapunta que deslumbró en el 4-4-2 de Ancelotti y que fue capaz de doblegar a Italia vistiendo la camiseta de La Roja en el Bernabéu. O, al menos, eso parecía.

Pero, claro, en el fútbol, como en la vida misma, nada es lo que parece. Las segundas oportunidades sí existen y sí pueden ser positivas. Isco lo ha demostrado. En el Betis, el malagueño ha recuperado la sonrisa y atraviesa uno de los momentos más dulces de su carrera. Este sábado volverá a reencontrarse con el Real Madrid (16:15, Movistar +). Lo hace, eso sí, con la camiseta del club verdiblanco. Es un futbolista diferente. Más maduro, más hecho. Pero no ha sido sencillo: meses de entrenamientos en soledad, ostracismo, dobles sesiones y partidos de pádel hasta acercarse a lo que se quería convertir. "Hemos conseguido meter dentro de su estilo de vida una suplementación específica para él. Hemos bajado un porcentaje de grasa corporal bastante alto y se le ve físicamente mucho más fuerte, se le nota", reconoció Rodrigo Carretero, su preparador físico, en una entrevista en la cadena SER después de fichar por el cuadro andaluz.

En sólo unos meses Isco ha enamorado al beticismo de la misma forma en que lo hizo con el madridismo. Sus datos lo corroboran. Con tres goles y tres asistencias, el de Arroyo de la Miel se ha convertido en todo un fijo para Manuel Pellegrini. Titular en todos los partidos de LaLiga, sólo German Pezzela (1.667) y Marc Roca (1.593) suman más minutos que él en todas las competiciones (1.506). "De alguien con su trayectoria te esperas que pueda venir con algo de divismo, pero nada más lejos de la realidad", comentaban fuentes del club verdiblanco a Relevo sobre cómo sentó su llegada al vestuario.

Preparación física... y también mental

Paradójicamente, en la misma ciudad en la que tocó el cielo, también vivió sus meses más oscuros. De formar parte de la exitosa hornada de jugadores que conquistaron cinco Champions con el Real Madrid, a verse sin equipo y a ejercitarse con un entrenador personal. Cuando muchos en su situación habrían arrojado la toalla, él se vino arriba. "Trabaja de forma más fuerte que en toda su vida. Ha llegado a hacer sentadillas con 150 kilos", expresó Carretero en El Mundo.

Además del trabajo físico, el aspecto mental también fue primordial a la hora de recuperar su mejor versión. El propio Isco lo reconoció en una entrevista en El Pelotazo de Canal Sur: "He pasado momentos malos, he tenido una ayuda maravillosa de mi mujer, mi familia, de un terapeuta. Me vino bien parar para poner orden en mi cabeza y aquí estamos. Hay profesionales que te ayudan a gestionar estos momentos". Además, añadió: "He madurado, he trabajado en mí mental y físicamente y todo suma. Es importante pedir ayuda cuando se necesita".

Además de eso, las partidas de pádel se convirtieron en otro de los pasatiempos preferidos por el jugador. Así lo demostró cuando, mientras el Sevilla estaba disputando la final de la Europa League ante la Roma de Mourinho, él se vistió de corto para jugar una pachanga con sus amigos en un polideportivo de Vicálvaro.

Dobles sesiones diarias, primero en el gimnasio y luego en su casa de Madrid, partidas de pádel y más deberes (trabajo específico) para el fin de semana. No ha sido sencillo y el propio Isco así lo ha reconocido, pero el malagueño entendió esa pausa como un punto de inflexión. En su carrera y también en su vida. Coger impulso para, luego, avanzar. "Siempre he confiado en mí, en que no estaba acabado y en que era el Isco de siempre. Sólo necesitaba un poco de confianza y ahora la tengo", dijo. Y esa, posiblemente, sea la clave.