Mestalla no falla ni con sanción: tuvo más público que hace un año pese a no tener la grada joven
El club cuenta además con más abonados que el curso pasado.
![Mestalla en el duelo ante Las Palmas. /EFE.](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202308/22/media/cortadas/mestalla-lleno-RPko2gL75SW7cM6ae0zbYwN-1200x648@Relevo.jpg)
Mestalla no falla, ni siquiera cuando está sancionado. El Valencia Club de Fútbol peleó de todas las maneras posibles que le levantaran la sanción de cinco partidos que le impusieron a su grada de animación por el incidente de Vinicius. Los che lograron que se la redujeran a tres, o lo que es lo mismo: que en las dos primeras jornadas, Mestalla no vaya a contar con su grada de animación.
Pero lejos de generar eso una peor entrada o un peor ambiente, no solo se han mantenido los mismos registros que el año pasado... ¡Han aumentado! A Mestalla acudieron 41.500 personas el pasado viernes a las 21:30 ante Las Palmas, 2.500 más que las, aproximadamente, 39.000 personas que fueron al Valencia-Girona de justo hace un año.
Todo eso, además, teniendo en cuenta que el Valencia no pudo contar con los 1.500 asientos que suelen ocupar en la grada de animación los aficionados de dicha ubicación, por la mencionada sanción. Es decir, en el mejor de los casos, el Valencia podría haberse plantado unos 43.000 aficionados en Mestalla un viernes de agosto.
Aumento de abonados
La mayor afluencia a Mestalla ante Las Palmas no fue un hecho aislado. El Valencia ha aumentado el número de abonados de la campaña pasada, que era de 36.000 personas. Los datos específicos de este curso todavía se están analizando en los despachos, pero no tardarán en darse a conocer. Lo que tienen claro ya, es que la cifra de abonados de este año será mayor a la del curso pasado.
El Valencia vivió el curso pasado el peor desde 1986 y pese a ello, la respuesta de la gente ha sido la de no abandonar al equipo. Desde la entidad han puesto el foco los últimos dos años en Mestalla; de hecho, la campaña de abonos de ambos años ha dado efusividad al templo che, donde parece haberse encontrado un refugio equipo-afición en el que durante 89 minutos (todos, salvo el minuto 19 cuando se canta 'Peter vete ya') la tensión social queda al margen.