El mestizaje de Rubén Vargas, los piques sanos con Ricardo y una admiración por Lamine: "Si cuida su cabeza llegará muy lejos"
El suizo se siente feliz en el fútbol español tras su fichaje por el Sevilla. "Siempre fue un sueño jugar aquí", cuenta a Relevo.
![El suizo Rubén Vargas./Relevo](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/08/media/cortadas/vargas-sevilla-ReGOQ7REIwqjTTZLj8v46HN-1200x648@Relevo.jpg)
Tanto el director deportivo, Víctor Orta, como el entrenador, Xavier García Pimienta tuvieron clara la elección para reforzar la banda izquierda en el mercado invernal. Todas las miradas apuntaron a Rubén Estephan Vargas Martínez (Adligenswil, 1998), el extremo suizo con ascendencia dominicana, un mestizaje que se refleja en su personalidad. "En mi fútbol se nota la influencia de mi padre. Fuera tengo un poco más de calma y eso viene de mi madre suiza. Es una buena mezcla", dice Vargas, que antes de probar con el fútbol también practicó béisbol, deporte nacional en la República Dominicana, o el golf, del que su padre ejerce de profesor. "Aquí juegan Saúl y Nyland, creo. Cuando el tiempo esté mejor y estemos fuera de la competición podremos jugar", dice sobre esa otra afición.
"Toda mi familia vive mucho el deporte. Lo llevo en la sangre", cuenta Vargas a Relevo durante una charla no demasiado extensa por las limitaciones de tiempo marcadas para una entrevista que se desarrolla en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros. Finalizado el entrenamiento, y tras una mañana soleada, Vargas acude con esa sonrisa con la que ha llegado a Nervión desde el primer día. "Djibril (Sow) me habló muy bien del Sevilla y de la ciudad. Desde que supe que el Sevilla me quería, yo no dudé mucho. Es un gran club de España y de Europa, y mi sueño siempre fue jugar aquí", asegura el extremo, que dialogó con su compañero en la selección Suiza para recabar información. "Sí, también hablé con Ricardo (Rodríguez, jugador del Betis). Cuando él escuchó que el Sevilla estaba interesado en mí, me escribió también. Me dijo que la ciudad y el clima eran muy buenos", dice Vargas, que también empieza a conocer la rivalidad. "También me dijo que no podíamos salir juntos de un restaurante, pero sólo fue una broma. Cuando estemos jugando contra el Betis, él querrá ganar para su equipo y yo para el Sevilla", añade el zurdo, que se expresa en un castellano más que correcto.
Criado en la cantera del Lucerna, Vargas fue un talento precoz. Con 19 años ya había debutado en el primer equipo y en su segunda temporada firmó diez goles y nueve asistencias, lo que despertó la atención de la Bundesliga, a la que llegó con 21 tras fichar por el Augsburgo. "Estaba muy feliz de llegar allí tan joven, no es algo sencillo. Fue un momento perfecto para dar ese siguiente paso", dice Vargas, que se declara admirador de Lamine Yamal, un talento mundial con sólo 17 años. "No puedo comparar lo que yo hice a lo suyo. En realidad, no me gusta compararme con nadie, es mi carrera", asegura el suizo, que sí vislumbra una trayectoria de éxito para el internacional español, con quien seguramente se cruce más de una vez este domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. "Él juega en uno de los mejores equipos de la mejor liga del mundo. Yo crecí en una liga pequeña. Todo el mundo ha seguido a Lamine y es increíble lo que está haciendo con su edad. Tiene mucha calidad y si cuida su cabeza llegará aún más lejos", afirma Vargas, que quedó deslumbrado con el azulgrana en la pasada Eurocopa.
A Vargas se le enciende la mirada cuando habla del Barcelona. Partidos así son los que soñó con disputar cuando veía LaLiga desde la distancia. "Siempre quiero jugar contra los mejores y el Barcelona lo es. Es un gran equipo que está jugando muy bien, pero en el fútbol todo es posible. Vamos a dar el máximo para intentar ganar", señala el suizo, que conoce muy bien a Hansi Flick, con quien coincidió en la Bundesliga. "Me enfrenté a él cuando dirigía al Bayern y ellos ganaron la liga. No me ha sorprendido lo que está haciendo con el Barcelona, en mi mente ya lo veía capaz de eso. Ahora tiene jugadores distintos, aunque su idea es similar", dice sobre el técnico alemán.
El presente inmediato, con el duelo ante el Barcelona, antes que poner las luces largas para hablar de otros objetivos. "Para nosotros es muy importante afrontar cada partido al 100%. Tenemos que ganar mucho y cuando la temporada acabe ya miraremos dónde estamos. Así está mi mente también. Estoy viviendo mi sueño ahora y sólo quiero disfrutar y dar el máximo por mi equipo. No pienso en uno o dos años, sólo en cada entrenamiento y en cada partido", señala Vargas, que no elude esa responsabilidad que significa jugar en este Sevilla tan reconocido en las dos últimas décadas. "Claro que eso está en la cabeza de todos. Pero ahora estamos en una situación distinta y sólo podemos pensar en ahora y mirar partido a partido", repite el helvético.
Triunfar en Laliga y en el Sevilla es el objetivo de Vargas. "Creo que este campeonato es bueno para mí, es un poco diferente a Alemania. En los últimos partidos siempre tenemos el balón más que el rival, y yo juego en mi posición, aunque también lo pueda hacer por otros sitios", dice el extremo, que elogia a compañeros como Dodi Lukebakio. "Tiene mucha calidad, pero también otros compañeros. Ves que juegan muy bien con el balón y sí, yo estoy aprendiendo mucho de ellos", dice con humildad Vargas, uno de los fichajes invernales del Sevilla y que estará hoy en el césped para medirse al Barcelona.