El método Claudio Giráldez cautiva a la plantilla del Celta: riqueza táctica, cercanía y más análisis antes y durante los partidos
El técnico ha sumado siete puntos en sus cuatro primeros partidos.

"Con la charla del míster, vimos que en las pérdidas ellos sufrían mucho a la espalda cuando saltaban a la presión". "En el descanso, entendimos mejor lo que teníamos que hacer. Nos han puesto vídeos en la media parte y hemos visto que era muy claro". La primera frase es del capitán Iago Aspas, la segunda de Óscar Mingueza, dos de los jugadores más destacados del Celta esta temporada. Ambos destacaron minutos después del encuentro ante Las Palmas, el mejor de los vigueses este curso, a Claudio Giráldez.
El entrenador de O Porriño apenas lleva cinco semanas en el banquillo celeste en las que ha disputado cuatro partidos de Liga y, sobre todo, en las que ha acumulado numerosos entrenamientos. Por el medio ha tenido dos parones (uno por compromisos internacionales y otro por la final de Copa) que le han ayudado a que su idea cale en un vestuario que venía ejecutando otra propuesta totalmente distinta con Rafa Benítez.
El Celta necesitaba enlazar buenos resultados para salir de una posición clasificatoria complicada. Cuando Giráldez dirigió su primer entrenamiento, el conjunto vigués estaba dos puntos por encima del descenso que marcaba el Cádiz. Hoy, esa renta ya se ha ido hasta los seis puntos. Pero la mejoría del equipo no solo se traduce en números, sino también en sensaciones en el día a día en los partidos.
Quien hubiese seguido al filial celeste el último año y medio ya sabría que las propuestas de Benítez y Giráldez poco tenían que ver más allá de alinear a once jugadores en cada encuentro. A partir de ahí, las diferencias eran abismales. Claudio quiso romper con lo anterior porque, tal y como desvelan desde el vestuario y como él mismo reconoció en su presentación, "morirá con sus ideas hasta el final".
🙌⚽️ Así foi a primeira sesión de Claudio Giráldez como adestrador do #RCCelta! pic.twitter.com/evK5SBakEP
— RC Celta (@RCCelta) March 13, 2024
El actual entrenador del Celta, confirmado ya para la próxima temporada independientemente de lo que ocurra en el tramo final de la presente, ha demostrado tener una gran riqueza táctica. No ha repetido once en ningún partido hasta la fecha y ha movido a los jugadores de posición, aunque siempre partiendo desde un esquema móvil que podría asemejarse a un 3-4-3 donde los carrileros, muchas veces, son extremos reconvertidos. Frente a cada rival ha introducido algún matiz.
El equipo vigués ha pasado de esperar a su oponente para salir a la contra a querer el balón e ir a morder en campo contrario. Y los jugadores disfrutan con el cambio. Cuando se les sugiere si han pasado de Mourinho a Guardiola, reconocen entre risas cierta similitud en esa transición. Pero donde Giráldez se ha ganado al vestuario es en el día a día, en los entrenamientos.
En el de O Porriño han encontrado a un entrenador muy cercano, que trata de hablar con todos, tanto los que acumulan más minutos como los que han estado menos tiempo sobre el césped, aunque en estos primeros cuatro partidos ya ha utilizado a 23 futbolistas. A diferencia de su predecesor, ha agotado los cinco cambios siempre, algo que recompensa el trabajo semanal de sus jugadores, que se siente relevantes.
A retranca do míster 🤣😁 #DíaDoPai pic.twitter.com/ZTm1PQra2T
— RC Celta (@RCCelta) March 19, 2024
A mayores de la riqueza táctica que ha demostrado y del buen trato con los suyos que exhibe a diario, otro aspecto que ha llamado la atención de los jugadores es su minucioso trabajo antes y durante los partidos. Son muchas las sesiones de vídeo que hay en Mos para analizar errores propios y también para ver por dónde se le puede hacer daño a los rivales. Con Benítez, estos vídeos eran más individualizados y no tenían un componente tan grupal como ahora. Y como reconoció Mingueza después del duelo frente a Las Palmas, incluso hay sesión de vídeo en el descanso de los partidos. La plantilla siente que tienen toda la información posible con el actual cuerpo técnico.
Giráldez ha caído de pie en el club. La afición está encantada con él, los dirigentes sienten que han acertado de lleno con su nombramiento y los futbolistas están más que contentos con su presencia. Ya lo dijo Manquillo la semana pasada: "Desde que vino Claudio, estamos todos felices".