A Miguel Torres no le dio tiempo ni a llorar cuando se marchó del Real Madrid: "Fui a Valdebebas y ya no había nadie"
El ex defensa del Madrid repasa, entre muchos temas, cómo fue su paso por el club, cómo pudo dar el saltó al primer equipo de los galácticos, lo qué se encontró y cómo se marchó.
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Quién sabe qué hubiera pasado con Miguel Torres (Madrid, 28/01/1986) si aquel profesor no le hubiera metido en su mochila la solicitud para probar en el Real Madrid, pero sí debería creer en el destino. El resto fue gracias a su talento, su disciplina y a Míchel. Fue Capello el que le dio la oportunidad de formar parte del 'Madrid de los Galácticos', y volvió a aprovecharla. El que fuera lateral derecho blanco, también del Getafe y Olympiacos, decidió colgar las botas con apenas 34 años, sin lesiones de por medio, siendo protagonista en el Málaga. Prefirió abandonar el fútbol antes de que le abandonase a él, y entonces tampoco tener tiempo para despedirse, como no lo tuvo el día que dejó el Real Madrid.
Había preparado bien su futuro, y junto al al ex portero Roberto Jiménez acaba de estrenarse como director de un programa para artistas y deportistas de élite lanzado por el ISDE, y que pretende acompañar a estos profesionales en la planificación estratégica de sus carreras. Sobre el presente y el futuro seguirá hablando en Relevo, por ahora Torres recuerda cómo fue su época dorada en la élite del fútbol.
Tu oportunidad de entrar en la cantera del Real Madrid fue bastante particular.
Soy un chico del barrio de Chamartín, mi madre decidió que estudiara en su mismo colegio, que esta enfrente del Santiago Bernabéu, durante toda mi infancia el sky line del patio era el estadio, así que nuestro máximo deseo era jugar en el mejor equipo del mundo. Con 6-7 años nos llevaron de excursión al museo del Real Madrid, vimos las Copas de Europa, con las caras de los jugadores, y a mí me llamaba la atención Hierro por su jerarquía, Iván Zamorano, Chendo, Míchel.. Mi padre me hablaba siempre de Santillana. Muchos jugadores que luego tuve la suerte de conocer. Tras esa visita, el profe de gimnasia nos metió en la mochila una hoja de solicitud para hacer unas pruebas en el Madrid. Nos la llevamos a casa, la abrieron mis padres y la rellenaron. Me fui con varios compañeros a hacer la prueba y la sorpresa fue que yo era apto.
¿Conservas imágenes de aquellos días en tu cabeza?
Tengo algún pequeño recuerdo visual, en el terreno de juego con la tierra muy dura, si hacía mucho frio por la mañana era una lija, si te caías al suelo te rasgabas la pierna entera. Recuerdo sobre todo el frío de la mañana en la antigua ciudad deportiva, a muchos niños detrás de una pelota y a los padres subidos en una tapia viéndonos. Mi padre se ponía en una esquina, me dijeron que, si realmente mostraba compromiso, me llevarían. Yo jugaba de delantero, era de los mejores de la clase, y al ser de enero, estaba más evolucionado físicamente. El Madrid en aquel momento se fijaba mucho en ese factor. Cuando ya entré en benjamines, Antonio Mezquita decidió posicionarme de defensa. Yo era muy aplicado y lo que me dijeran iba a misa, tenía mucho respeto a la autoridad. El deporte me ha ayudado siempre a tener una vida ordenada.
¿Los chicos que han estado en la cantera eran más formales antes?
Las nuevas generaciones han cambiado, la vida, creo que ahora tienen menos capacidad para controlar la frustración, lo quieren todo al momento. Antes pasábamos una semana sin ver a un amigo y me adaptaba a eso, me comunicaba por el telefonillo y me esperaba al otro día. También esperabas cuando los padres te daban algo. Ahora cuesta más que los niños acepten eso.
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¿Tenías mucha competencia?
Fui pasando por todas las categorías, no tenía un perfil de potencial que te hacían pasar dos categorías de golpe. Cuando vas escalando y llegas al Juvenil A, pasé al Madrid C y la pirámide se va estrechando. En ese momento competía con Miguel Palencia, que lo tenían como el lateral derecho de futuro.
Una charla y dos lesiones lo cambiaron todo...
Terminé la temporada en el C, me habían metido de central, jugué todos los partidos, pero el director de la cantera le traslada a mi agente que el deseo es que repita en el C, no subir al Castilla, o salir cedido. A la semana hubo elecciones, entró Míchel de director de la cantera. Me conocía y tenía un buen concepto de mí. Empezó de entrenador en el Castilla, pidió una reunión con mi padre, que se pensaba que había hecho algo malo. La sorpresa fue que había una reunión con mi agente, que llevaba a otros jugadores, le preguntó por la situación del resto y no me mencionó a mí. Entonces Míchel le preguntó "¿y Miguel Torres? Porque es el que me gusta y quiero que haga la pretemporada en el Castilla". Luego Míchel nos dijo que ese agente no iba a asesorarnos como debía, cambié de agente, con mi padre me valía. Michel ha sido la persona que más se ha preocupado por mí en el mundo del fútbol, siempre me ha dado muy buenos consejos. Se lesionó el lateral izquierdo del Castilla, me puso en esa posición, empieza la Liga y fui titular, se lesionaron en el primer equipo Roberto Carlos y Raúl Bravo. Capello le pide un jugador para suplirles y Míchel le recomendó mi nombre.
¿Cómo fue aquel salto al primer equipo?
Estaba rodeado de Beckham, Ronaldo, me imponía mucho Raúl, Míchel Salgado era referente, Ramos tenía mi misma edad pero tenía una personalidad abrumadora, llegó Cannavaro… las figuras de Raúl y de Iker para mí eran súper importantes. Solo te acercabas a ellos si te abrían las puertas. Capello decidió que me quedara en el equipo, es decir que en tres o cuatro meses podía haber pasado de salir a estar en el primer equipo.
¿Capello se mostró alguna vez cercano contigo?
No, era duro, frío, preciso en sus indicaciones. De hecho, recuerdo cómo en las charlas que teníamos, era un hombre de una formación muy anterior a los entrenadores que he tenido. Metía la cinta y con el mismo mando de la televisión iba poniendo el pausa, rebobinando o adelantando el partido entero. Me daba mensajes muy claros y eso me encantaba.
¿Se parece en algo a otro italiano, Carlo Ancelotti?
No creo que tengan mucho que ver, me hubiese encantado conocerle como persona, son de la misma generación, pero Ancelotti ha sabido darle cabida al nuevo fútbol, nuevas maneras de entrenar, la importancia de rodearse de un staff que te haga mejor, antes no aceptaban sus debilidad, creían que sabían todo, su segundo podía ser un amigo suyo que le daba la razón, ahora demandan gente que les cuestione. En el caso de Ancelotti su hijo es el que dirige los entrenamientos, eso para jugadores de élite no es fácil, pero su hijo ha sabido ganarse la autoridad por sus conocimientos y formas de comportarse.
¿El futbolista del Real Madrid prefiere un Capello o un Ancelotti?
Han funcionado modelos de entrenadores diferentes, por encima está la institución. Ancelotti ha sabido adaptarse a las dificultades que ha podido tener en la plantilla, volver a enganchar al deportista a que tenga ilusión por ganar. Lo más apasionante que estoy viendo en el Madrid es que cada año saben resetearse y cada año ser mejores.
¿El futbolista del Madrid es el que más se diferencia del resto por su alto nivel competitivo y mental?
Lo hablo muchas veces con gente del fútbol, hay un perfil de jugador que su objetivo es jugar en el Madrid y cuando lo consiguen ahí se quedan. Hay otro grupo que cuando llegan al Madrid, quieren ser los mejores del mundo. Y no todos valen para ello.
¿En qué perfil están Mbappé y Vinicius?
Yo creo que están los dos en el segundo. En el primero está Hazard y en el segundo Vini, que cuando vino nadie apostaba por él, el Madrid no esta solo para recibir a grandes, sino que es una escuela de formación. Vinicius por cómo se ha rodeado y por sí mismo ha sabido ser mucho mejor, y eso es por el deseo que tiene. A nivel futbolístico ha mejorado por su insistencia de ser mejor.
Ahora que asesoras a futbolistas, ¿le recomendarías a Vinicius que no se fuera a Arabia?
Es una decisión muy complicada, me gustaría tener la propuesta en la mano para darte una opinión. Desde la distancia la carrera del futbolista es muy corta, jugar en el Real Madrid... Decía Ancelotti la cantidad de jugadores que me escriben para estar aquí. Vinicius lo valora, se considera afortunado, pero el mundo evoluciona muy rápido, con números que se nos escapan de las manos y todas las personas tenemos un precio.
Pero ganar la Champions o el Balón de Oro tampoco tienen precio, ¿no?
Sí, lo que estamos haciendo es saber del crecimiento que tiene la liga saudí, es un país con ilusión, dinero y un Mundial. Es un camino que ya lo ha abierto Cristiano o Benzema, si no es Vinicius, será otro, lo necesitan. Leo Messi ha estado en Estados Unidos y ha ganado el Balón de Oro, ¿por qué uno desde la liga saudí no podría ganarlo?
¿Cómo fue tu salida del Real Madrid?
Fue muy rápido, no tuve casi tiempo para poder sentarme en el suelo descalzo y mirar a mi alrededor. Estuve tres temporadas en el primer equipo y por la adrenalina del momento, hay muchos momentos que no recuerdo haber vivido. Dentro del Bernabéu mis ojos no veía más allá de las líneas laterales, nunca me fijaba en los aficionados. Estás tan focalizado que no ves más que el no perder la posición, que no te ganen la espalda, estar bien orientado… Ahora pienso aquí tendría que haberme tomado un tiempo, haberme dado la vuelta, mirar hacia arriba, dar las gracias a mi compañero, preocuparme por quién estaba viéndome en la grada. Me fui al Getafe en el último día de mercado y no me dio tiempo para despedirme de mis compañeros. Se cerró en una tarde, fui a Valdebebas y ya no había nadie en el vestuario, a los pocos días ya tenía partido. No me dio tiempo ni a llorar, no lo vi desde una visión madura de saber lo que me perdía o dejaba atrás, sino que quería demostrar que podía estar ahí.
¿Crees que podrías haber dado más para continuar en el Real Madrid?
Siempre uno puede dar más, yo también, por supuesto, pero en la élite compites contra los mejores. No todos estamos en el mismo proceso de maduración, quizás no me correspondía con el que debía para sacar el máximo. Había vuelto Florentino Pérez, Míchel me llamó desde el Getafe, y lo que me decía él era casi más importante que lo que me dijeran mis padres. Me dijo que no podía permitirme estar sin jugar.
¿Aquel equipo erais muy de la noche madrileña?
Yo salía cuando tenía mi tiempo libre, yo salía con mis amigos de toda la vida. En la élite tenías que prescindir de muchas cosas, ya de jovencito ni se me pasaba por la cabeza meterme un cigarrillo en la boca o tomar una gota de alcohol, mis padres nunca me tuvieron que decir nada.
Muy joven y futbolista del Madrid. ¿Nunca se te subió la tontería a la cabeza?
Puede ser normal que cuando te reconocen por la calle, se te acerca la gente, te crees más guapo, que tu coche es el más bonito de todos, tu casa también… Pero en mi caso siempre he tenido mi mismo grupo de amigos, quizás he podido cometer errores pero nunca me he creído más guapo por jugar en el Real Madrid. Me fui a vivir solo con 20 años, que pude comprarme mi casa, pero antes le pregunté a mi madre que me enseñara a coser un botón, planchar y cocinar. No he tenido grandes vicios en mi vida, no he sido de comprarme cosas caras.