REAL MADRID - VALENCIA

El origen de la relación volcánica entre Real Madrid y Valencia: "Paco Roig era como el Cid, se enfrentó a ellos y los demonizó"

Paco Lloret, historiador y autor de un libro sobre la rivalidad, repasa en Relevo las claves de la tensión entre ambas entidades.

Mijatovic, en su presentación como jugador del Real Madrid. /EFE
Mijatovic, en su presentación como jugador del Real Madrid. EFE
Cristina Bea
Jonás Pérez

Cristina Bea y Jonás Pérez

Real Madrid y Valencia. Valencia y Real Madrid. Dos bandos contrarios en una historia repleta de tensiones que ahora está especialmente acentuada por el conflicto de Vinicius y Mestalla de la pasada temporada. Lo que muchos no saben es que los ahora enemigos fueron, en su día, inseparables. Fieles amigos que no dudaban en tenderse la mano en épocas oscuras y cuya relación institucional era fantástica. En 1996, un movimiento fue el detonante de la tormenta. Una tempestad que ha tenido épocas de amainar y otras de jarreos torrenciales que arrasan con todo a su paso. En esta ocasión, la segunda opción es la que cobra más fuerza. La prensa local ha dedicado varias portadas a Vini Jr. y este no se ha retractado de las palabras con las que afirmó que la gran mayoría del estadio valencianista le llamó "mono".

Pero para entender esta dificultad de reconciliación y entendimiento hay que remontarse 27 años atrás… Fue en febrero de 1996 cuando sonó el 'clic' que lo cambiaría todo… Y sí, lo cambiaría, porque hasta entonces existía un vínculo modélico. Paco Lloret, periodista, historiador y autor del libro 'Crónica de un desencuentro. Valencia vs. R. Madrid', relata en Relevo la fantástica relación entre las partes: "En los años 50, el Valencia tuvo que buscar fondos para ampliar Mestalla. Bernabéu les ayudó porque era hijo de padre valenciano, chapurreaba el valenciano y siempre había tenido un especial afecto". No siempre todo fue de color de rosas. Por ejemplo, el Valencia solo se ha retirado de un partido en toda su historia: fue en Chamartín, contra el Real Madrid y por dos goles legales que el colegiado no había concedido.

Hasta en días grises, incluso, había un vínculo especial: "El público aplaudió al Valencia porque consideró que los goles eran legales. La gente se puso de su lado en Madrid". Una escena que nadie imagina a día de hoy y que representó la hermandad entre ambos clubes. Fue Pasarin como capitán el que ordenó a sus jugadores que se retiraran. La reacción de la grada, eso sí, cautivó. Paco Lloret rememora otros capítulos no tan recordados: "En los años 50, el Valencia iba líder y visitó al Madrid. Le pitaron tres penaltis en contra, le anularon un gol y expulsaron a un jugador. La crónica de Las Provincias fue demoledora". O lo del 72: "Se estaban jugando la Liga. Arbitraba Sánchez Ibáñez y fue un escándalo. El partido se suspendió y hubo lanzamiento de almohadillas. Al final el Madrid fue campeón por dos puntos y el partido clave fue ese".

Idas y venidas se puede decir. En la 76-77, el Valencia volvió a ofrecer su hermandad al Madrid ante un castigo de otra época. Los blancos jugaron en el Estadio Luis Casanova gracias al ofrecimiento de José Ramos, presidente del Valencia, debido a una sanción de UEFA que les obligaba a disputar un encuentro a más de 300 kilómetros de su habitual campo. La ciudad no respondió a las expectativas y ni siquiera llenó el estadio, algo que respondió la afición blanca con una sonora pitada a su adversario cuando jugaron en el Santiago Bernabéu.

"En los años 50, el Valencia tuvo que buscar fondos para ampliar Mestalla. Bernabéu les ayudó"

Paco Lloret, Autor de "Crónica de un desencuentro. Valencia vs. R. Madrid"

Un año después, la situación se repitió y el Real Madrid volvió a elegir Valencia para ejercer de local. Cuánto cambió la cosa en cuestión de unos años. En 1987, miles de madridistas viajaron hasta el feudo che y los hinchas valencianos esta vez sí completaron el aforo y alentaron en masa al Madrid hasta la victoria contra el Oporto. Antes hubo más tensiones entre los clubes. Por ejemplo, en 1977, el Bernabéu no perdonó que su rival, jugara con la Senyera en mitad de los altercados en las calles por la conmemoración de los fusilamientos de Paracuellos.

El principio del fin

En 1996, el Real Madrid fichó a Pedja Mijatovic, el que a posteriori sería el héroe de la Séptima Copa de Europa. Fue a través de una negociación exprés y sin avisar al Valencia y el acuerdo se cerró con el pago de la cláusula de rescisión de 1.486 millones de pesetas, una cantidad cercana a los nueve millones de euros. Era decisión del atacante, por la condición del acuerdo. Si él quería, el Valencia no tenía nada que hacer: pago y firma. Paco Roig, presidente del club por aquel entonces, se lo tomó como una traición: "Era un poco como el líder espiritual que tiene un discurso que va más allá de lo que es el fútbol. Él montaba en cólera y agitaba mucho. Se convirtió en una especie de Cid Campeador, se enfrentó al Madrid y los demonizó. A partir de ahí se crea una rivalidad que siempre ha existido".

La marcha de Mijatovic fue tomada como un ataque personal en Valencia: "La palabra es traición. Tenemos un jugador, nos lo han arrebatado. Nunca he visto un mayor grado de animadversión hacia un futbolista como cuando venía Mijatovic con el Madrid, supongo que Vinicius si viene en marzo…". Tal era la crispación que Clemente escogió Mestalla para jugar un España-Yugoslavia de clasificación para el Mundial del 98. El objetivo era que la frustración del público condicionara el juego de la estrella. También fue con la Fiorentina y hubo unanimidad en el abucheo.

"¿Mijatovic? La palabra es traición. Tenemos un jugador, nos lo han arrebatado"

Paco Lloret Autor de "Crónica de un desencuentro. Valencia vs. R. Madrid"

El movimiento no fue lo único que enfureció al valencianismo. Mijatovic insistió una y otra vez en que se quedaría en el Valencia para después marcharse del equipo. Él mismo reconoció en SuperDeporte que se había equivocado: "Lo tengo claro. Era joven y no entendía ese enfado. (...) Si no hubiera dicho que iba a quedarme creo que la gente lo habría aceptado, pero como no fue así lo asumo sin ningún tipo de problemas. El tiempo lo cura todo, pero no todo del todo. Siempre hay algo, siempre queda algo. Yo recuerdo muchas cosas en el Valencia, he disfrutado mucho".

Efectivamente, la rivalidad ya estaba sobre la mesa, pero de antes. Como narra Paco Lloret, Miguel Muñoz y Velázquez transmitían que Mestalla era el campo en el que peor lo pasaban. La estadística revela que es el campo en el que el Madrid más veces ha perdido sin contar las visitas a Barcelona. "Esos partidos eran a cara de perro", recuerda. 88 partidos, con solo 27 triunfos madridistas, frente a los 38 del Valencia. Si solo fueran los puntos los que forjan adversarios en primera línea…

Una tensión ya instaurada

Resuenan las campanas de guerra y la rivalidad creciente ya nunca volvería a estabilizarse. Desde entonces, cualquier pequeño capítulo se transformaba en un huracán de emociones con dos contendientes adversos. El Valencia, de hecho, trató de impedir a toda costa que cualquiera de sus futbolistas volviera a decantarse por una oferta del Real Madrid. Con Mendieta, incluyeron en su contrato una cláusula especial.

"El Madrid un año antes le había quitado al Barcelona a Figo, pagándole la cláusula. El Valencia dijo que si querían a Mendieta la tendrían que pagar. No es más que eso. No se viene a negociar. Aquello es por un mínimo de dignidad, vamos a decirlo así. Los dos equipos estaban al mismo nivel. En verano de 2001, el Valencia venía de jugar dos finales de Champions y al año siguiente, en el centenario del Madrid, el Valencia le gana la Liga", recuerda.

Mendieta, sobre el Real Madrid.

El propio Mendieta, en Relevo, lo confirmó: "Le dije al club que, en ese momento, estaba dispuesto a escuchar ofertas si nos interesaban a los dos, lógicamente. Tenía claro que si algo así iba a ocurrir, era de la mano del Valencia. No iba a ser de ninguna otra manera. A pesar de que había un interés del Madrid, tenía clarísimo que el Valencia no me iba a vender por nada que no fuera la cláusula de rescisión después de lo que ocurrió con Mijatovic. Estuvo ahí, hubo un interés real, hubo conversaciones entre nosotros y entre clubes, pero nunca se llegó al máximo".

De hecho, no esconde cuál era su deseo: "No, no, frustración no. ¿Me hubiera gustado jugar? Sí. Como luego jugué con el Barça. Me hubiera gustado jugar para muchos de los equipos grandes que hay en Europa. Y salió la Lazio como podía haber salido otro, como podía haber salido la del Madrid si hubieran pagado al Valencia lo que tenía que pagar. Pero frustración no, porque no es algo que me hubiese marcado desde pequeño".

La insistencia del Valencia en no negociar con el Real Madrid pasó factura también en movimientos como el de David Villa, que acabó llegando al Barcelona, donde hizo historia. De hecho, los últimos movimientos en el mercado entre ambos clubes han sido prácticamente simbólicos y siempre en la misma dirección: Medrán en la 16-17 (1,5M€), Cheryshev en la 15-16 (cesión), Gago en la 13-14 (3,5M€) o Sergio Canales en la 12-13 (7,5M€).

Tras lo de Mijatovic, eso sí, Luis Milla hizo las maletas rumbo a Valencia la campaña siguiente y la posterior fue Iván Campo el que llegó a Madrid a cambio de unos cinco millones de euros. Desde entonces, bloqueo absoluto a los movimientos hasta el de Juan Mata, que no contaba para el primer equipo, o Iván Helguera. El más cuantioso implicó el traspaso de Raúl Albiol a la capital a cambio de 15 'kilos'. El Madrid pudo superarlo con Gayà, pero este rechazó: "Aún era joven y decidí seguir apostando por el Valencia porque es mi casa. Creo que hice bien".

Vinicius: ¿un punto de no retorno?

La tensión en los duelos entre Real Madrid y Valencia alcanzó una nueva dimensión el pasado 21 de mayo. Algunos hinchas radicales del club che recibieron a Vinicius a grito de "mono, mono". En el interior del estadio, se repitió el episodio y el brasileño estalló contra el agresor, señalándole públicamente y queriendo marcharse del campo. De Burgos Bengoetxea trató de tranquilizar al extremo y, finalmente, continuó jugando. La tensión le sobrepasó y acabó expulsado.

Las imágenes dieron la vuelta al mundo y la grada de animación desde donde salieron los lamentables insultos por parte de unos pocos fue clausurada. "España es un país de racistas", dijo Vinicius. El asunto ha acabado en sede judicial y no se ha olvidado tantos meses después. De hecho, el atacante recibió el Premio Sócrates en la gala del Balón de Oro por su compromiso en la lucha contra el racismo (además de por sus obras sociales en su país) y en la ceremonia se proyectaron imágenes de lo ocurrido en Mestalla. Algo que el Valencia condenó enérgicamente.

Paco Lloret opina de la situación: "A la afición del Valencia se le ha faltado el respeto de una manera injusta. Se ha condenado a todo el mundo por culpa del comportamiento de un grupo. Vinicius tuvo problemas en muchos campos, pero va y explota todo en Mestalla. Ancelotti hizo unas declaraciones inexactas, mintiendo y luego teniendo que rectificar. Al Valencia le han manchado su reputación de una manera, para mí, intolerable".

Todo llegó en mitad de un mal momento deportivo del Real Madrid, que venía de caer eliminado de la Champions ante el Manchester City. Añade: "Me parece una falta de respeto. El valencianismo está muy dolido. Se siente perseguido y maltratado". El sábado, por tanto, no será un partido más: "Estoy deseando ver cómo se comporta el árbitro. Es un partido difícil de salida. Hay que demostrar personalidad e independencia".

"El valencianismo está muy dolido. Se siente perseguido y maltratado"

Paco Lloret Autor de "Crónica de un desencuentro. Valencia vs. R. Madrid"

Más tenso será el del próximo 3 de marzo, cuando el Real Madrid visitará Mestalla: "Es un partido que se presenta como si ves venir una tormenta. La gente tiene ganas, se siente primero que le han maltratado y a nivel comité es inaudito que le quitaran la expulsión a Vinicius. Un agravio comparativo tremendo. Va a ser un partido de mucha tensión, se ve venir".

¿Hay vuelta atrás?

Paco Lloret considera que el asunto, de momento, no se puede estabilizar por la situación del club: "El Valencia a nivel institucional está vacío, hueco, desgraciadamente. No tiene presidentes como fue Paco Roig o incluso Manuel Llorente. Al Valencia lo está sosteniendo su afición y probablemente los medios de comunicación, pero hay una carencia de liderazgo y de representatividad alarmante. No sé qué espero porque es una relación inexistente. Supongo que las personas de Singapur no sienten ni sufren lo mismo que sus aficionados".

"Me equivoqué. Lo tengo claro. Era joven y no entendía ese enfado"

Mijatovic En SuperDeporte

Precisamente desde la grada fluye una relación de alto voltaje con el Madrid que vivirá un nuevo capítulo este sábado en el Santiago Bernabéu y con Vinicius de protagonista directo. Los que un día fueron íntimos acabaron bloqueándose tras el episodio Mijatovic. 27 años después, todo sigue igual. Espadas al aire y a vivir un partido que será mucho más que 22 jugadores dando patadas a un balón.