Los dos minutos que demuestran que el Real Valladolid (o al menos su afición) no ha tirado la toalla

Colista, a ocho puntos de la salvación, con solo cuatro victorias en 23 partidos y una diferencia de goles negativa que casi triplica la de cualquier otro equipo de LaLiga. Sin sus mejores jugadores y sumido en una crisis deportiva, económica e institucional… pero con una afición que no se rinde ni deja que su equipo lo haga. Aunque muchos dan al Real Valladolid por descendido desde hace meses, sus abonados han demostrado lo contrario: en apenas dos minutos han agotado las 575 entradas visitantes de San Mamés para viajar a Bilbao y alentar al equipo.

La situación del Real Valladolid es crítica, al borde de consumar su tercer descenso consecutivo en sus tres últimas temporadas en la élite. Las causas son muchas y variadas, pero la esperanza de permanencia aún no está descartada, y su afición lo tiene claro. Este curso, los seguidores blanquivioletas han batido el récord histórico de abonados del club, alcanzando el límite de 24.000 y dejando a miles en lista de espera. Y si algo pesa más que las palabras, son los hechos: al clásico cántico de "Pucela somos nosotros", como crítica a la directiva y jugadores, se suma una nueva muestra de lealtad y amor a unos colores.

Después de una derrota más, esta vez ante el Rayo Vallecano, la salvación se aleja: el penúltimo clasificado ya está seis puntos por delante y el Leganés, que marca la permanencia, a ocho. Con el duelo ante el Sevilla aún pendiente el próximo fin de semana, el Real Valladolid puso este miércoles a la venta las entradas visitantes para su siguiente salida, a San Mamés frente al Athletic Club. A las 10:00 horas, 575 entradas disponibles. Dos minutos después, a las 10:02 horas, estaban agotadas. Una vez más, Diego Cocca y sus jugadores sentirán el aliento de su afición, crítica y exigente, sí, pero que en 120 segundos ha vuelto a demostrar que no deja solo a su equipo.

Y no es algo nuevo. En el último partido en casa, ante el Real Madrid, las taquillas del José Zorrilla colgaron el cartel de "sold out" y el estadio se tiñó de violeta para buscar la sorpresa del colista frente al líder. Las gradas, repletas con 26.057 espectadores, marcaron un récord histórico de asistencia desde 1996, año en el que la normativa obligó a que todas las gradas tuvieran asientos y se pusiera fin al fútbol de pie.

La salvación parece lejana, el futuro es incierto y el equipo está contra las cuerdas, pero hay algo que permanece inquebrantable: su gente, la que en solo dos minutos demostró que siempre será la base sobre la que se sostenga un club. Queda por ver si este apoyo incondicional, sumado a los refuerzos del mercado invernal, sirven para cambiar el rumbo de la temporada. A falta de 15 jornadas, el presente mes de febrero se antoja decisivo, pudiendo decantar definitivamente la balanza a Segunda División, o mantener viva la esperanza de que, al final del túnel, aún quede luz.