Mirando detrás de los números de Oriol Romeu para entender la realidad del mediocentro azulgrana
El centrocampista de Ulldecona está siendo pieza importante en el Barça de Xavi.

El vacío que iba a dejar Sergio Busquets una vez se fuese del FC Barcelona era tan evidente -y doloroso- como analizado desde cierta calma. A lo largo de los últimos cursos, muchos de los fracasos europeos se asociaban a un Busquets que nunca llegaba a tapar el descorcho (¿acaso antes lo hacía?) y el agujero engullía al mediocentro. Busquets, al que nadie cuestionaba su excelencia al primer toque, había quedado como un soldadito de plomo embarullado en una batalla con tanques. Oriol Romeu, menos de dos meses después del debut, empieza a sufrir los mismos problemas.
El Barça está teniendo un inicio de temporada marcado por las lesiones de sus centrocampistas principalmente: Pedri se lesionó hace dos meses y De Jong cayó antes del segundo parón de selecciones, dejando al Barça con Gavi, Gündogan y Romeu como únicos cenctrocampistas disponibles, con el permiso de un Fermín que ha ido sumando minutos de calidad. No es el mejor escenario para consolidarse. Los de Xavi no han podido asentar roles ni jerarquías claras, porque sin tus mejores jugadores, todo tiene que ir orientado a tapar huecos y no a explorar nuevas posibilidades. ¿Qué papel ha jugado Romeu?
Las dos caras del Barça
El de Ulldecona ha sido pieza importante en este inicio de curso, yendo de más a menos principalmente porque el Barça ha pasado de jugar más junto a hacerlo cada vez más separado. Y en este contexto, Romeu ha sufrido. ¿Qué viene antes, el huevo o la gallina? En este eterno debate se inscribe la figura del mediocentro azulgrana los últimos años, sustituyendo al huevo por el contexto. ¿Qué viene antes, el mediocentro o el contexto? En el Barça parece no haber una respuesta clara.
Con Romeu en el campo, el Barça ha marcado 10 goles. Sin él, 18. En seis de los partidos en los que ha acabado sustituido, el Barça ha terminado remontando (Cádiz, Villarreal, Osasuna, Celta y Athletic Club). Datos que muestran una tendencia, aunque pueda apuntar distintas cosas. Con Romeu, el Barça es un equipo más rígido, menos fluido en primeros pases, y las distancias le duelen. Sin él, y pasando a Gavi a la base, el Barça era más dinámico y las distancias, algo que Xavi ha insistido en agrandar para ser un equipo más vertical, no se notaban tanto.

El mediocentro menos mediocentro
Relevo ha tenido acceso a los datos físicos de LaLiga, que los clubes y la competición protegen para que solo lo tengan los equipos, y Romeu tiene (con datos del curso 22-23) mejores datos físicos que Busquets a la hora de hacer acciones a alta intensidad. Sergio tenía los peores datos de todos los mediocentros de Primera División. Romeu, estando en la parte baja, los mejoraba, pero aquí nace otro debate. Mientras 'Busi' necesitaba correr menos porque pensaba antes, Romeu necesita un segundo extra para ejecutar, y el Barça lo está notando. Y aquí, en este punto, nace la respuesta de Xavi: alejar a su mediocentro... de la posición de mediocentro.
Romeu está dando 6,25 pases que rompen líneas de presión (tres menos que Busquets el pasado curso), una cifra alejada del top de los mediocentros en LaLiga. Es decir, en los primeros pases el centrocampista azulgrana no está mandando, sino más bien acompañando. Primero a De Jong y después a Gündogan, y ambos jugadores han ido expulsando poco a poco a Romeu de la ecuación.
Ante el Oporto, Xavi inició el encuentro con Romeu como mediocentro y Gündogan y Gavi como interiores, muy alejados del ex del Girona. A los diez minutos, el técnico de Terrasa decidió cambiar el rumbo de lo que venía haciendo y situar al teutón cerca de Romeu, alejándole de la zona de mediocentro. En el Girona, siempre contaba con la presencia de Aleix Garcia cerca, un jugador de mejor pie, más ágil en el control y el pase. Con Michel, las distancias eran más cortas. El jugador es el mismo, lo que cambia es su entorno.
Esta situación con Busquets apenas sucedía. Su nivel técnico en acciones bajo presión era tan alto que camuflaba deficiencias colectivas. Romeu, menos dotado, está sufriendo a la hora de dar agilidad a las posesiones porque necesita un toque extra para perfilarse, y eso genera que para el Barça sea menos útil en esa zona que Gündogan. El regreso de De Jong tendría que terminar ordenando el resto de piezas, dejando a Gavi más cerca suyo y a 'Gündo' arriba junto a Pedri.
Es curioso el dato que indica que Romeu es el tercer mediocentro que más pases que rompen líneas da en campo rival, solo por detrás de Kirian y Parejo, con 4,46. Es decir, en campo propio, Oriol Romeu apenas da este tipo de envíos porque su equipo le expulsa de la zona, le aleja de la construcción y eso genera que el Barça pierda a un futbolista, porque Romeu no rellena la zona del interior, y el equipo sea más largo y vertical. En cambio, una vez asentado en campo rival, la presencia de Romeu crece.
Tiempo para buscar la nueva fórmula
El de Ulldecona está dando más pases que Busquets (73 frente a 67), y sus datos defensivos son prácticamente calcados, con un Busquets que hacía más interecepciones que su predecesor. La diferencia, a nivel estadístico, no es tanta como las sensaciones dibujan. Lo que marca la diferencia son aquellos pequeños detalles cotidianos que Busquets llevaba a la excelencia, a niveles que no se pueden exigir al resto. Romeu no jugó mal ante el Sevilla con pelota, lo que sucede es que el Barça está entre dos mundos y Romeu no puede ayudar al equipo a elegir qué camino tomar. Esto será tarea de Pedri, De Jong y Gündogan, con un Gavi que dirá que sí a todo.
El Barça lleva tiempo constreñido entre dos tierras que inhabilitan un discurso predominante. El mediocentro azulgrana necesita un contexto concreto que el Barça, por A o por B, no ha podido ofrecer a su centrocampista, y este a la vez no ha podido ayudar a dibujar el que el equipo quiere. El corto plazo parece ser que pasa por un Barça más dinámico de dos mediocentros que se muevan, aparezcan y desaparezcan. Con De Jong haciendo más pases que nunca en el Barça (96 de media en LaLiga), se trata de ver quién le acompaña abajo, si un Romeu que equilibra pero también limita, o un Gavi que allí, en la base, puede encontrar su mejor nivel.