Moleiro frena al Celta y mantiene vivo el sueño canario de la permanencia

Diego Martínez suspiraba en la previa del partido por ver cuánto iba a aguantar Moleiro sobre el césped y finalmente el extremo acabó el partido y mantuvo a flote a su equipo. También Cillessen y Horkas, cuando tuvo que suplir al neerlandés que se marchó en camilla. El Celta mereció más pero Las Palmas supo sufrir, algo que sin duda será la base de la salvación en las últimas jornadas.

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La ilusión que desborda el celtismo en esta temporada se vio plasmada en el inicio de los de Giráldez. Su equipo siempre es protagonista sobre el césped, sin importar cuántos cambios haga su entrenador en el once, y esta no fue la excepción. Sin Aspas, Alfon se echó el equipo a las espaldas para torturar a Viti. La primera la tuvo tras un balón largo de Damián a la espalda del lateral y un disparo al palo largo que desvió la defensa canaria.

El extremo marcaba las diferencias pero no afinaba en los últimos metros cuando Fábio Silva dibujó un paréntesis en el partido. El brasileño controló una pelota larga de McKenna y disparó desde más de treinta metros un balón que exigió a Guaita, aunque aquella ocasión, la única de los visitantes en el primer tiempo, no cambió el signo del partido. Pasados los veinte minutos Borja Iglesias golpeó en el abdomen a Cillessen intentando llegar a un balón que se fue largo y el portero no pudo continuar. Se retiró en camilla y dejó su lugar a Horkas.

El suplente tomó el testigo del neerlandés bajando la persiana a Alfon en otro disparo con rosca del extremo y creyó haber cumplido cuando el partido entraba en el añadido de la primera parte. Fue entonces cuando Ilaix robó el enésimo balón en campo rival y Borja volvió a habilitar a su extremo en banda izquierda. Esta vez su par de baile era Bajcetic y Alfon no lo perdonó. El de Albacete recortó hacia la diestra en el pico del área y se coronó escondiendo el balón en el palo largo.

Si la primera parte la cerró el Celta haciendo justicia a la superioridad que había mostrado sobre el césped, la segunda la abrió Las Palmas cuando McBurnie hizo bueno un balón largo para marcharse de Starfelt. El escocés puso un buen centro al corazón del área y Fábio Silva demostró su clase dejando pasar la pelota entre las piernas para que Moleiro silenciara Balaídos.

El equipo canario apenas había asomado en ataque cuando el talento de sus tres atacantes le permitía empatar el partido, pero no así nivelar el encuentro sobre el césped. Alfon seguía haciendo de las suyas y Fer López, que entró en el descanso, se hacía suyo el equipo confirmando que el relevo de Aspas también es de A Madroa. Viti salvaba bajo palos un disparo de Ilaix y todos los caminos conducían al gol vigués cuando Fábio Silva puso patas arriba todo Vigo. Diego Martínez pasó de la euforia a la incredulidad en minutos al ver que Martínez Munuera acudía al VAR y anulaba el tanto por fuera de juego posicional de McBurnie justo antes del remate del portugués.

Horkas volvió a ser héroe en el final con dos manotazos salvadores sobre Marcos Alonso que confirmaban que poco más podía hacer el equipo de Vigo para marcar, pero aún así la defensa olívica se paralizó ante un cabezazo de Essugo en los últimos segundos que se marchó pegado al palo de Guaita. El empate frena la carrera del Celta hacia puestos europeos, pero lo reafirma en su idea de juego. También lo firma Las Palmas, que tras cuatro derrotas seguidas en febrero ahora lleva tres sin perder y sabe que la permanencia pasa por Gran Canaria.