El movimiento que dinamita al Real Madrid expone el milagro de Flick: "Parece que nos crean peligro, pero no es así"
El alemán dio entrada a Frenkie De Jong, el equipo ganó control y cuando los blancos se partieron, con Dani Olmo los blaugrana acabaron haciendo sangre, siempre manteniendo el tono físico.

El Barça llegó al descanso dando por bueno el empate. Lunin intervino en un par de ocasiones y los blaugrana bailaban en el borde del abismo tirando la línea del fuera de juego. La amenaza de Vinicius y Mbappé era omnipresente, a pesar de caer una y otra vez en posición antirreglamentaria. Con el paso de los minutos, los blancos se fueron bloqueando y de un movimiento ganador en el descanso nació la mejor versión del Barça.
Flick fue valiente en el entretiempo. Mandó a De Jong a calentar y a pesar de que las quinielas ponían a Marc Casadó como candidato a sustituto por la amarilla, el entrenador dejó en el banquillo a Fermín. "Buscábamos tener más control con el balón, defender con la pelota", explicó el técnico en sala de prensa. El neerlandés, desde un segundo plano, dio un golpe sobre la mesa.
De Jong se acercó a Casadó, que una vez más estuvo inconmensurable, y Pedri ganó algunos metros. A pesar de que los blaugrana dieron solo cuatro pases más (228) que en la primera parte (224), el Madrid se fue partiendo y el Barça mató el partido desde la calma. Al final, acabó haciendo sangre. "Todos saben qué hacer en defensa y en ataque", señaló Flick.
Contener la amenaza al espacio del Madrid
Al descanso, el técnico insistió en reafirmar el plan. Sobre todo, el defensivo. A pesar de que a más de un culer se le congeló el corazón cuando vio a Mbappé y Vinicius correr hacia Iñaki Peña, Flick relativizó mucho el peligro de los blancos. "En la primera parte lo hicimos bien. Jugamos con los cuatro de atrás muy altos. Los árbitros tardan en pitar y parece que nos crean peligro, pero no es así. Todos tiene que acabar corriendo atrás, es lo que no me gusta", puntualizó el alemán.
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— Relevo (@relevo) October 26, 2024
El Madrid acabó con 12 fueras de juego, ocho de ellos de Mbappé. "El míster nos pidió el primer día que llegó que la línea no se podría tirar para atrás. Y esto demuestra que la línea del míster encaja con nosotros", comentó Iñaki Peña, otro de los nombres del partido. "Llevamos desde la pretemporada trabajando esta defensa, nos comprometemos muy bien. Se ve que si te metes atrás, con el Madrid, te generan problemas", expuso Iñigo Martínez.
"Hemos presionado durante 60 minutos", valoró Ancelotti. En este punto, con el 0-2 en el marcador, entró Dani Olmo y el Madrid separó sus líneas. El Barça empezó a fluir y a oler la sangre. De Jong era el acordeón del Barça, el elemento vertebrador del equipo. En este punto se sumó otra de las mejoras diferenciales con el sello de Flick: el físico. Mientras el Madrid se apagaba de piernas y cabeza, el Barça mantuvo el mismo ritmo alto.
Los fueras de juego, el colmillo del tridente y el ritmo de juego son las señas de identidad del Barça de Flick, que presentó en el Bernabéu hasta ocho jugadores formados en La Masia. La gestión del alemán está siendo impecable. Tiene a todos los jugadores conectados y motivados. Y todavía no es este un equipo redondo: Gavi acaba de volver, como Dani Olmo, y todavía faltan Araujo, Christensen, Ferran o Bernal. "Acaba de empezar este viaje", avisó Flick.