La mutación del Betis, Isco-Antony y una pareja que ya emula a la historia: "Qué bueno que viniste"
La excelente sintonía entre el malagueño y el brasileño ha sido clave para el resurgir del equipo bético. La relevancia en el equipo recuerda a otros dúos míticos de la entidad.

El panorama del Betis ha dado un vuelco en poco más de un mes. Desde aquella derrota en Balaídos que encendió las luces de alarma hasta la victoria en Butarque, que ha desatado el estado de felicidad en Heliópolis. Cinco victorias seguidas en LaLiga y dos eliminatorias europeas superadas de la mano de Isco y Antony, una pareja bien avenida y que ha disparado al equipo verdiblanco. La excelente conexión entre el malagueño y el brasileño le ha dado un salto de calidad al Betis de Manuel Pellegrini.
"Qué bueno que viniste", ha escrito Isco en sus redes sociales, con una foto en la que se abraza con el ex del United. La puesta a punto del capitán bético, que reapareció a principios de diciembre pero que ha ido alcanzando su mejor estado de forma con la continuidad de los partidos, coincidió con la llegada de Antony, una apuesta invernal de los dirigentes béticos que se ha adaptado en tiempo récord. "Isco es un crack. Estoy muy feliz de jugar junto con él. Como dices, cuando tú entiendes a Isco jugando, las cosas salen más fáciles. Y claro, tener a Isco al lado, para mí es muy importante", reconoció el brasileño en su entrevista con Relevo.
De la mano de ese dúo mágico, el Betis no sólo ha avanzado en la Conference League, donde ya vislumbra en el horizonte esos cuartos de final ante el Jagiellonia polaco, sino también en la pelea por la Champions. Con esa plaza extra para el fútbol español casi sellada, los verdiblancos han recortado las distancias con el Villarreal hasta igualarlo en la tabla -llegó a ser de once puntos en la jornada vigésimo tercera-, aunque los castellonenses aún tengan que disputar su partido aplazado ante el Espanyol.
Isco acumula cuatro goles y dos asistencias en las cuatro últimas jornadas del equipo bético, además de esa exhibición que ofreció ante la Real Sociedad en el partido que inició la dinámica positiva del cuadro verdiblanco. A esto se añaden sus dos tantos en la eliminatoria ante el Vitória Guimaraes, además de ese sobresaliente partido en el Dom Afonso Henriques en el que participó en los cuatro tantos del equipo. Su socio Antony, más de lo mismo. A sus excelentes registros, con dos goles y dos asistencias tanto en la Liga como en la Conference, se une esa implicación que está demostrando con el equipo. La carrera del brasileño para el 2-3 en Butarque fue otro ejemplo de esas ganas de reivindicarse que ha encontrado en el Betis, el club que más apostó en enero para rehabilitarlo en la élite.
Otras parejas históricas
Precisamente, esa conjunción entre Isco y Antony ya empieza a recordar a otras parejas ilustres del club heliopolitano. Si la más reciente puede ser la formada por Canales y Fekir en el Betis de la temporada 21-22, y que acabó proclamándose campeón de la Copa del Rey en la mejor temporada con Pellegrini hasta el momento, los más nostálgicos también retroceden en el tiempo hasta 2005, 1997 o incluso a los '80.
En la temporada 2004-05, el Betis acabó como un tiro en LaLiga, donde finalizó cuarto y clasificándose para la Champions, y en la Copa del Rey, donde fue el vencedor final, gracias a esa conexión especial entre Joaquín Sánchez y Ricardo Oliveira. El portuense fue el máximo asistente de aquel campeonato, mientras que el delantero brasileño anotó 22 goles en Laliga, una sociedad que deslumbró en Heliópolis.
Ocho años antes, en otro Betis para la historia, destacó otro dúo en aquel equipo que finalizó cuarto en LaLiga -con los mismos puntos que el tercero- y subcampeón de la Copa del Rey, con aquella inolvidable final pérdida en el Santiago Bernabéu ante el Barcelona. Los 25 goles de Alfonso Pérez Muñoz y los 11 de Finidi George catapultaron al Betis a una de las mejores temporadas de su historia.
Los más antiguos incluso apuntan a aquella pareja formada por Julio Cardeñosa y Rafael Gordillo en el Betis de finales de los '70 y comienzos de los '80, años en los que el equipo bético se convirtió en un habitual de la zona alta de la clasificación. Dos iconos del club verdiblanco que brillaron con luz propia en aquel fútbol tan distinto al actual.