FC BARCELONA

Los once días que han dejado a Xavi colgando de lo más difícil

El Barça ha dejado escapar los dos títulos más 'factibles' y el entrenador cambió su relato sobre su futuro por primera vez.

Xavi, reflexivo, antes de empezar el entrenamiento./AGENCIAS
Xavi, reflexivo, antes de empezar el entrenamiento. AGENCIAS
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"Hay que ser fieles al cruyffismo", apelaba Xavi horas antes de enfrentarse al Real Madrid en la final de la Supercopa. Los blancos terminaron desnudando unas carencias blaugranas que se habían ido evidenciando durante el curso. El Barcelona se rebeló con orgullo y fútbol ante el Betis, pero volvió a caer en Copa, donde el resultado siempre queda por encima de las sensaciones. Cruyffista fue salir a pelear con Lamine, Cubarsí y Fort. O apostar por Marc Guiu por delante de Vitor Roque.

Sin embargo, las dos caídas consecutivas en un margen de once días deja el proyecto de Xavi tocado. El argumento de estar vivo en todas las competiciones se ha quebrado. En la Supercopa, era cosa de dos partidos. En Copa, no había escenario más complicado que visitar San Mamés. Y los culers volvieron a sucumbir, esta vez ante un enorme Athletic. Será un cumpleaños amargo para el técnico, que este jueves cumple 44 años.

"Es un partido de cara o cruz. Nos jugamos un título. Estamos a tres partidos de la final de Copa", avisaba Xavi antes de viajar a Bilbao. Lo que en su época como futbolista habría maquillado una temporada, ahora se presentaba como oxígeno para su futuro en el banquillo. El barcelonismo se ha visto obligado a darle valor a los títulos que antes viajaban a sus vitrinas por pura rutina.

"Esto va de ganar"

De ahí el discurso de Xavi antes de viajar a Salamanca. El técnico dejó claro que "esto va de ganar". "A mí cuando me fichan me piden ser cuartos, y lo logramos. El año pasado el objetivo era ganar la Liga y la Supercopa, superando las expectativas. Este año el objetivo es ganar títulos importantes: Copa, Liga o Champions. Si no se cumplen los objetivos, yo seré el primero en decir que no los he cumplido y me iré. Esta es mi realidad", declaró.

Antes de la Copa y tras haber solventado la peligrosa visita a campo de Unionistas, el Barça tenía el siempre complicado desplazamiento al Benito Villamarín. "La distancia con Girona y Real Madrid es remontable. Creemos en la remontada. Depende de nosotros. Queda toda una segunda vuelta por delante", confesó el entrenador. El Barça salió a ganar con el fútbol como eje de su fe. El 0-2 inicial y la remontada tras el doblete de Isco daban a entender que podría haber habido el 'clic' al que Xavi hizo referencia en Arabia.

Todo lo sucedido con el VAR en el Real Madrid-Almería y los audios publicados alejaba el debate de la pelota. "Lo ha visto todo el mundo. Será difícil ganar LaLiga, habrá cosas que no me cuadran. Hay cosas que no controlamos", argumentó Xavi después de la victoria en Sevilla. El técnico hizo memoria del "penalti en Getafe, el clamoroso a Raphinha en Vallecas y el gol de Joao Félix anulado en Granada". "Ya llevaríamos seis puntos más. No son excusas, son realidades", sentenció.

Pensar en el legado

La caída en Copa hizo virar el discurso de Xavi. Si bien unos días antes reconocía que se iría cuando no se viera capaz de aportar más, en la sala de prensa de San Mamés se encaminó hacia un futuro legado. "Creo que es el inicio de algo importante, esté yo o no", comentaba haciendo referencia al protagonismo y el orgullo de los jóvenes.

"Quedan dos títulos importantes, los lucharemos como lo hemos hecho hoy", aseguró. Su comentario fue en la línea de lo mencionado antes de visitar San Mamés: "¿No viste la celebración del otro día ante el Betis? Está difícil. Tenemos que ser realistas pero yo soy realista positivo. Nos quedan 18 partidos. A por ello. ¿Cómo no habrá Liga? Queda mucho". Tan cierto es que queda mucho como que la puesta en escena de los futbolistas -y una problemática que va más allá de Xavi- cada vez debilita y le resta credibilidad a su discurso.

Quedan en juego los títulos más complicados. Una Liga de la que poco a poco el Barça se ha ido descolgando pero a la que todavía puede reengancharse y una Champions a la que puede agarrarse pensando que no Europa premia el largo plazo. Para ello, no obstante, el equipo debería elevar su fortaleza mental. El gol de Guruzeta antes del primer minuto de juego -y no es la primera vez esta temporada-, la desconexión defensiva de De Jong en el gol de Sancet o la pérdida de Sergi Roberto en el tercer gol son el termómetro de un equipo al que no le está dando ni por fútbol ni por cabeza.