OPINIÓN

El 'historión' de Sorloth llegará en unos años: cuando le cuente a su hija por qué no estaba allí

Alexander Sørloth, delantero del Villarreal./EFE
Alexander Sørloth, delantero del Villarreal. EFE

Ayer por la mañana nació Emma, la hija primera de Sorloth, delantero del Villarreal, que no pudo conocerla hasta última hora de la tarde porque estaba en Almería disputando un partido de fútbol. Podía no haber viajado -su mujer ya había salido de cuentas y tenía el permiso del club para quedarse con ella-, pero decidió ir a Almería con la duda de cuándo nacería, si ese mismo día o el siguiente, y por el camino marcó un gol, pero se perdió el nacimiento de su primera hija, que llegó al mundo horas antes de que empezara el partido: no se hizo una foto bastante mejor que la de celebrar un gol haciendo un gesto de tener barriga.

Marcelino destacó la "profesionalidad" de Sorloth, que gracias a su gol en el descuento permitió a los amarillos sumar tres puntos. El CM del Villarreal lo definió como un "historión", presumiendo de que tenía permiso, pero que había "preferido viajar".

Aquí cada uno hace lo que quiere con su vida -y esto es una buena muestra de ello- pero llegados a este punto me parece bastante más grave elogiar el relato de la historia que la propia historia en sí. Incluso aunque lo tuviera hablado con su pareja, incluso aunque Sorloth hubiera salido corriendo del estadio para llegar lo antes posible al hospital, o al paritorio, o imagínate que hay complicaciones y también se lo estaba perdiendo, sintiéndose culpable, allá él. Allá él. Si tiene más hijos, seguro, notará la diferencia cuando esté.

Pero que se haya intentado edulcorar y elogiar la decisión de no estar con la madre de tu futura hija -y verla a ella nada más llegar al mundo: el mejor gol que va a celebrar en su vida- por haber contribuido en un partido de liga es lo peor de toda esta historia.

Menos de un día después del mensaje, el tuit del Villarreal lleva más de 4 millones de visualizaciones con miles de respuestas negativas. Lo que pretendían vender como una heroicidad y un gesto de compromiso máximo va a acabar con otro "historión" que quizás nunca conoceremos, del que no habrá tuits, del que quizás se arrepiente: el de Sorloth explicándole a su niña, dentro de unos años, por qué no estaba allí cuando nació. O peor aún: preguntándose a sí mismo, sin poder volver a atrás, si lo volvería a hacer.