EL VESTUARIO

Óscar Trejo confiesa todo lo que ocurrió en su expulsión más difícil del año: "Esto no pasa ni en Argentina"

El futbolista del Rayo recuerda con Quique Peinado en 'El Vestuario' uno de los momentos que definen su historia de amor con el club de su vida.

Trejo, justo en el momento de ser expulsado en el encuentro pasado de Vallecas frente al Granada/Getty Images
Trejo, justo en el momento de ser expulsado en el encuentro pasado de Vallecas frente al Granada Getty Images
Equipo Relevo

Equipo Relevo

La temporada de Trejo en el Rayo Vallecano no ha sido sencilla, ni mucho menos. Empezó renunciando a la capitanía por motivos extradeportivos y vivió varios meses de sufrimiento donde el equipo no carburó, vivió la destitución de Francisco y se asomó al abismo del descenso. Con este contexto llegó la que fue probablemente la cita más importante de la temporada para el equipo: una final contra el Granada en Vallecas en la antepenúltima jornada de LaLiga EA Sports. El Rayo se jugaba prácticamente la vida y justo al comenzar el partido llegó la peor de las noticias: Óscar Trejo, emblema y héroe para la afición, es expulsado y deja a su equipo con 10. El equipo madrileño terminó obrando el milagro con uno menos y ganó el partido, pero lo que ocurrió entre medias y después del encuentro es mejor leerlo de boca del protagonista, junto a Quique Peinado en un nuevo episodio de 'El Vestuario'.

Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Óscar Trejo en 'El Vestuario'

Oye, este año ha sido un año duro, complicado. ¿Cómo lo has vivido?

Sí, veníamos de tres años, contando el ascenso, muy buenos, y la gente veía que quedarse en primera era algo fácil. Pero este año con el cambio, con el comienzo, después lo de Francisco, creo que no éramos conscientes de la dificultad que estábamos teniendo y del peligro que podíamos coger. Pero lo importante es que al final hemos podido conseguir el objetivo que era estar en Primera en el centenario. Sabemos que el año ha sido difícil no solo para uno, sino para todos, porque no hemos estado tan afinados en todos los sentidos al final. Pero también vienen bien estos golpecitos de atención para que el año que viene se apriete desde el primer día y se valore mucho que obviamente es el cuarto año que vamos a afrontar de estar en primera.

A ti en el partido, uno de los más importantes del año, contra el Granada, minuto 5, levantas la pierna, te expulsan. ¿Qué pasó por tu cabeza ahí?

Quería morir, te juro, me quería morir. Quería desaparecer un montón. Veías que era un partido súper importante, que lo habíamos preparado, que sabíamos que teníamos muchas chances de ganar. Al principio del partido fue bueno, me acuerdo dos, tres minutos casi buscando el gol y en una jugada tonta, que bueno, es verdad que levanto mucho la pierna, pero es lo que yo pienso en el momento con el árbitro, que lo habla, que al no verlo, que es verdad que él viene, era un amarilla, pero bueno, cuando va al aparatito ahí al VAR digo… y miraba a Sandoval y él así como diciendo: "para mí no es expulsión". Para mí tampoco. Luego cuando vino ya le dije: "No hace falta, ya me voy". Pero bueno, ahí te demuestra también el grupo que hay, cómo ha mordido, cómo se ha sacrificado para ganar y la forma de ganar también. Y bueno, después lo de la gente ya termina de romperte, porque al final que te pidan salir al campo, después esa cagada, dejando al equipo con diez... es lo que te digo, que al final este club pasa ya de otro nivel, porque estas cosas no pasan ni en Argentina.

Este momento concreto define lo que es para mí la historia de amor de Óscar Trejo y Vallecas, porque igual la gente no lo entiende muy bien, pero en el Rayo no se canta a los jugadores, se canta al equipo, pero los jugadores no tienen cantito. Sin embargo, contigo hay un amor muy especial y en ese momento en el que te expulsan al minuto cinco, yo pensé, como hincha del Rayo viendo que mi equipo bajaba: «Qué mal estará él». O sea, yo pensaba en lo mal que estabas tú más que en el equipo.

Sí, estaba muy mal. Recibir un mensaje de mis hijos, que ahora están usando el teléfono, también te destroza y que la gente te recuerde al final... también haces el esfuerzo algunas veces hasta en tu peor momento porque al final es un mensaje para ellos, ellos cuando han visto todo eso se han quedado impactados. A día de hoy lo hablamos, uno de mis hijos que juega me dice: "Ojalá que cuando me expulsen a mí, aunque sea el míster me abrace y me diga que no pasa nada". ¿Pero ves lo que es? Hay que darlo todo porque al final habrá millones de jugadores mejores que papá, pero aquí al final lo que paga es ser buena gente, trabajar, darlo todo y hoy mira, he jugado 3 minutos y recibir lo que he recibido es mejor que ganar el Real Madrid. Al final a los chicos (sus hijos) les queda grabado eso.

La gente no lo sabe pero cuando acaba el partido el equipo gana 2-1 con diez prácticamente todo el partido y hacen un canto que se hacen los jugadores con la afición, 'la vida pirata', y tú estás en el vestuario y la gente pide que salgas. Sales y el equipo te mantea.

Al final los chicos cuando han terminado, que siempre suelen entrar, saludar y volver a salir me pedían que fuera, que cantara y la verdad es que no me sentía bien porque al final ellos eran el protagonistas, lo tenían que disfrutar ellos, tanto los que habían jugado como los que habían entrado después. Yo los quería disfrutar de otro lado y ellos lo aceptaron, pero aún así cuando empiezan a cantar no me queda otra que salir porque hasta Cobeño (director deportivo del club), e Íñigo (entrenador) me lo pedían.

Y luego hay mensajes en las redes sociales. Hay uno de Isi (Palazón) que dice: «Lo hicimos por ti». Eso es súper bonito.

Sí, sí, bueno, Isi ya sabe lo que siento, pero no solo es él, en la 'familia' (del Rayo) siempre somos así, tanto él como Álvaro, Dimi, Oscar... mucha gente que hemos pasado momentos jodidos, difíciles, y al final es eso lo que afianza y hace que tengamos el día a día tan llevadero y tan natural como lo tenemos. Veía el video que habían grabado el otro día, después el partido, y obviamente no lo hacemos diariamente porque al final parece que pierdes esa seriedad de profesionalismo, pero el día a día nuestro es entrar a las 9 y 10 de la mañana y salir a las 2 de la tarde doliendo entre la panza de tantas risas que hacemos, de tanta broma y tan buena energía.

Y también hay muchos mensajes de antiguos compañeros tuyos, por ejemplo Fran García, que está en el Real Madrid, u otros mensajes de antiguos compañeros y de gente que te ha tenido de capitán y a los que se ve que les has marcado. ¿Cómo lo vives?

Yo creo que al final, cuando ya no juegue, esto creo que es el mejor palmarés que puede tener una persona. Ya no va por los títulos ni por los partidos que hayas jugado aquí ni nada, pero que te vean y que te den un abrazo y que te digan esas cosas al final es un trofeo que me lo guardo para mí. En el fondo mi día a día es eso, naturalidad… y las cosas que hago las hago porque la quiero y porque me gusta, me gusta dar esa mano, me gusta ayudar, me gusta estar porque cuando yo era chico lo han hecho por mí y siempre he dicho que cuando me toque, al menos tengo que devolver la mitad de ese cariño.