Pablo García, el bético con temperamento que no se achica ante nadie: "Le hubiera hecho lo mismo a Bellingham que a Samú Costa"
El canterano, que debutó en Mallorca, cierra su semana mágica con un póker ante el Madrid en la Copa del Rey de juveniles.

La semana está siendo mágica para Pablo García (Sevilla, 2006). El canterano del Betis, del Parque Alcosa de toda la vida, se convirtió el pasado sábado en el primer jugador en la historia de la entidad que llega a debutar con el primer equipo tras comenzar sus andaduras en la categoría Prebenjamín... y ha terminado endosándole un póker de goles perfecto al Real Madrid en la Copa del Rey de juveniles (6-1). Toda una infancia dedicada al club de su vida... que espera seguir manteniendo en el futuro. Porque su sueño es jugar en el Benito Villamarín y defender las trece barras.
Pero para conocer un poco más lo especial de este jugador y cómo ha llegado a donde está ahora, Relevo ha contactado con dos de las personas más importantes durante su etapa formativa. Pablo Del Pino fue, entre otros cargos, director del Área de Desarrollo Profesional, fútbol y Metodología en la cantera del Betis. "Le conozco, además, personalmente, porque soy muy amigo de su padre. Fuimos compañeros en el instituto, jugamos juntos...". Al pedirle que defina a esta joven perla, Pablo va directo al grano: "Es un futbolista que rompe un poco con los esquemas del futbolista que consideramos que va a llegar".
"Ha ido rompiendo etapas año a año y destacando muchísimo en todas sus edades, siempre. Muy protagonista desde el gol, con muchísima capacidad para competir, con poca vergüenza... El otro día hubo una jugada en la que se encara con Samú Costa y le mantiene la mirada como si llevara 150 partidos de la élite", recuerda entre risas. De hecho, sobre esa acción, Juanma León, exentrenador de la cantera del Betis, añade muy seguro que "se lo hizo a Samú Costa, pero le hubiera hecho lo mismo a Bellingham, a él le da igual. Yo en los 14 años que me he llevado allí siempre decíamos lo mismo: si tuvieran todos los futbolistas el desparpajo y la poca vergüenza que tiene este futbolista, tendríamos una garantía de éxito con muchos de ellos. Cuando en redes sociales se comentaba la imagen yo me reía porque este es el Pablo de siempre", cuenta a Relevo.
Pero la carrera de Pablo García no ha sido, para nada, sencilla. Precisamente su físico y sus hechuras, las cuales recuerdan a un futbolista de otra época, llegaron a causar ciertas dudas en el Betis: "Había debates abiertos continuamente en el club de si por la talla podíamos reconvertirlo al lateral. Y, sin embargo, todos los años, principalmente desde el gol, ha ido consolidándose y ya nadie cuestiona la necesidad de que juegue cerca del área", recuerda Pablo. Juanma, por su parte, lo tuvo siempre claro: "Pablo no es un futbolista especialmente veloz, no es un futbolista dotado técnicamente con una habilidad de élite, no es un futbolista con un juego de dominio aéreo que le haga destacar. Entonces, ¿en qué destaca Pablo? Pues destaca en que se le caen los goles de los bolsillos. Juan Ureña lo comparaba, salvando las distancias, con Raúl González del Madrid. No es rápido, no va bien el juego aéreo... pero se le caen los goles del bolsillo. Pues este es igual".
Pero la gran clave de su fútbol es, sin duda, su mentalidad. "Él ha sabido reconocer que no tiene una potencialidad innata en nada, pero tiene una cosa que no es poco, y es que compite como un animal. Pablo es un animal competitivo. Eso le ha hecho llegar a donde está, y apuesto que, si se le da la confianza que un futbolista canterano necesita, la va a romper", asegura Juanma. "Ha sido un futbolista que se lo ha ido ganando año a año. No tiene un talento natural. Simplemente, lo que tiene es muchísimo gol, una cercanía impresionante, y después un carácter competitivo y una forma de afrontar la competición, el entrenamiento y la mejora que lo hace ser un futbolista muy a tener en cuenta. Y se lo ha ganado con trabajo, con sacrificio y, sobre todo, con mucha valentía y con mucha determinación", completa Pablo.
A nivel personal, Pablo García es extrovertido al máximo. Ya en la pretemporada, donde estuvo un tiempo a las órdenes de Manuel Pellegrini, se comportó como uno más de la primera plantilla. No tiene reparo en hablar con quien sea. Y es algo que le viene desde pequeño, al igual que su amor por el Betis. Juanma recuerda una anécdota que le define a la perfección: "Recuerdo que una vez jugando un partido de infantiles metió un gol olímpico y se fue para la tele e hizo un corazón. Al ver eso le quité. ¿Qué hace? Y se puso a llorar en el banquillo. '¿Por qué estás llorando? ¿Tú no entiendes que tú no puedes hacer eso? ¿Qué es lo que has hecho tú en el fútbol para dedicarle un corazón a la cámara?', le dije. Pero él me mira y me contesta, muy serio, 'Se lo estoy dedicando a los béticos. ¿Te parece poco, míster? Se lo estoy dedicando a los béticos'. Y se quedó allí llorando. Cuando me dio esa respuesta, me di la vuelta y seguí dirigiendo el partido y digo. '¿Y ahora qué le digo yo?', pensé", comenta entre risas.
Y ese es Pablo García, la perla del Betis "que lleva destacando desde alevines", pero que "ha sabido adaptarse a todas las circunstancias", como recuerda Pablo Del Pino. Una historia que no acaba de comenzar, pero que tampoco está llamada a durar poco. "El fútbol es de listos, y él tiene esa dosis de mala leche que es necesaria para llegar", cierra Juanma. Seguirá defendiendo las trece barras.