Pacheco y la normalidad de la Real: "Somos un equipo de pueblo, vamos al Antiguo a merendar tostadas"

Bucarest (Rumanía). Jon Pacheco (21 años) es uno de los responsables de que España haya empezado tan bien en el Europeo sub-21. Fue titular en el centro de la defensa, curiosamente, con Paredes, que juega en el Athletic, el eterno rival de la Real Sociedad. En la Selección, en cambio, esa rivalidad se convierte en amistad: "Me llevo muy bien con él".

El defensa atiende a Relevo en el hotel de la concentración de la Rojita en Bucarest para repasar este inicio de campeonato (ganaron 0-3 a Rumanía en el debut) y también su temporada en la Real. Xabi Alonso le dio a conocer en el filial e Imanol ha hecho una fuerte apuesta por él en el primer equipo. En Donosti le ven como un central para liderar la zaga donostiarra durante mucho tiempo, pero antes le toca el objetivo de lograr el billete para los Juegos de París 2024 con España.

 

¿Qué sensaciones tienes después del estreno en el Europeo?

Es casi el debut soñado. Al principio nos costó un poco, pero en la segunda parte entraron los goles y con portería a cero. Un encuentro muy completo de todo el equipo.

Fue fácil, casi ni pisaron el área los rumanos…

¡No! Tuvimos que estar muy concentrados, los de arriba nos apretaban. No hay partido fácil.

El día previo al partido Santi Denia probó con Guillamón y Gila como teóricos titulares. ¿Esperabas jugar?

La verdad que viendo los equipos pensaba que no iba a jugar, pero nunca sabes. Siempre tienes que estar preparado. Muy contento por jugar.

Haces pareja con Paredes, del Athletic, y tú de la Real. ¿Hay pique?

¡No, qué va! (Risas). Si coincidimos en la Sub-18 de Euskadi y fuimos subcampeones de España. Me llevo muy bien con él, me han preguntado lo mismo otras veces.

Eres del 2001, puedes jugar por edad los Juegos, mientras que del 2000 sólo podrían ir tres. ¿Relaja eso?

¡Queda mucho trabajo! Pero es un privilegio poder estar ahí. Ojalá cumplamos el objetivo.

Vamos al plano personal. Aclara de qué pueblo eres… ¿Qué recuerdas de tu infancia?

Siempre digo que de dos, porque si digo de uno los otros se mosquean. Mi casa está justo en el momento, entre Elizondo y Elbete. Por eso digo que soy de los dos. En sí vivo en Elizondo pero el carnet me pone Elbete. Recuerdo… Pues no sé, pues pueblo. Soy un tío de pueblo normal, con mi cuadrilla y mis amigos de siempre. Tengo mucho contacto, son pocos habitantes. Nos conocemos todos.

¿Sigues compartiendo piso en Donosti?

¡Ya me he independizado! (Risas). Hasta mitad de año vivía con Urko González, del Sanse (filial de la Real). Tenía que esperar para irme, estaba de alquiler. Solo se está mejor.

¿Cómo es tu día a día en San Sebastián?

Como en la ciudad deportiva, echo la siesta y luego o vamos a merendar con Urko, Robert... También me llevo muy bien con Zubimendi. Tomamos algo, merendamos. Soy de ir al Antiguo, sitios de merienda y tostadas. Nos gusta ir ahí. El centro también está bien pero... ¡En el centro hay mucha gente de fuera!

¿El ambiente que tenéis en la Real ayuda a tener los pies en el suelo?

Eso va en cada uno. La Real es un equipo de pueblo, nos llevamos todos con todos. Hay muy buen ambiente. Es cierto que al venir todo de cara es más fácil. Hay tan buen ambiente que eso genera muy buena energía, es muy llevadero.

Más allá del fútbol, ¿sigues estudiando?

¡Se me ha olvidado decirlo antes! Me has dicho el día a día y tenía que haber dicho estudiar (risas). Estudio ADE. Las clases son por las mañanas pero al ser deportista de élite estoy exento. Voy a una academia por las tardes, Next se llama. Ahí me ponen al día y hago los exámenes cuando puedo. Estoy en tercero, ya paso a tercero.

¿Qué opinas de la nacionalización de Le Normand? Más competencia…

¡Dos, se nacionalizan dos! (Risas). Nada, hombre, apoyo a Robin (Le Normand) en todo lo que haga, ya he dicho que hay muy buen ambiente. El otro día dio un nivelazo, ahora lo que hay que hacer es ponerse a su nivel para estar ahí.

Me han dicho que eres de entrar mucho al trapo…

¡Sí, sí! En el día a día soy bastante conflictivo, todo el día de movidas. Pero el conflicto une, es una técnica.

Secaste a Cristiano contra el Manchester, con victoria en Old Trafford. ¿Cómo fue aquello?

Te cuento el día entero… Estaba Le Normand sancionado o lesionado y justo ese día se muere la reina de Inglaterra. Vaya casualidad. Dan la alineación, era titular y dicen que igual lo suspenden. Y yo… ¡Para una vez que soy titular! Luego era con buff… No te lo crees. Pero luego empiezas a jugar y se te olvida. Te diría que olía muy bien (risas). ¡Es verdad! Hay gente que huele a colonia fuerte, pero lo suyo era un olor corporal bueno, no de colonia, de bien… se cuidará mucho (risas). 

 ¿Cuál es el rival más duro al que te has enfrentado?

No sé si es que veníamos del subidón de ganar al United pero al siguiente partido me costó mucho marcar a Unal, del Getafe. Me ganó todas las disputas, estuve fatal. De mis peores partidos.

Uno de los entrenadores que más confianza te dio fue Xabi Alonso. ¿Qué recuerdas de él?

Es un tío muy tranquilo. Intenta jugar bien, es muy buen tío. En mi caso te diría que es cercano, pero cuando juegas es más fácil. Tengo muy buenos recuerdos, ahora se está viendo. Su juego es de tener el balón, de posesión, es un pedazo de entrenador.

¿Y cómo es Imanol?

Xabi y él son los dos entrenadores que más me han marcado. Si estoy donde estoy es por ellos dos. También por los anteriores, pero son los dos que más me han hecho mejorar. Xabi es más tranquilo e Imanol más pasional, más intenso. Los dos intentan desde la posesión generar ocasiones.

¿Es muy exigente Imanol?

Es exigente, no te sé decir porque no he estado con muchos entrenadores. Te hace sacar siempre lo mejor.

¿Qué más te gusta fuera del fútbol?

¡Me flipa el pádel! El pádel y el tenis, me gustan mucho. Durante la temporada casi no puedo jugar al pádel, pero ahora en verano en cuanto tengamos vacaciones, me encanta.

Y la Fórmula 1…

Es que me gustan todos los deportes: Fórmula 1, baloncesto… Sigo las carreras de Alonso y Sainz, son un incentivo para estar atento. Hace seis o siete la Formula 1 bajó un poco y ahora ha vuelto el interés