El segundo gol más importante de Kirian emociona a Las Palmas

Este 1-0 de Las Palmas y Granada no pasará a la posteridad para el espectador neutral, pero sí para Kirian Rodríguez, autor del gol decisivo, su primero desde que anunció que sufría un linfoma de Hodgkin. Es tan solo la sexta jornada del campeonato, pero este derbi de recién ascendidos tenía más peligro del natural a estas alturas de la película. Con ambos en descenso y como candidatos a pelear hasta el último día por salvarse de la quema, una victoria para cualquiera de los dos bandos empezaba a desequilibrar esa balanza en favor de uno u otro. Y el 'goal average', claro, que puede ser u vida o muerte. No es que se renunciara a ganar, pero el miedo a perder estuvo presente. Así transcurrieron 90 minutos de lo que pudo ser y no fue, hasta que Kirian apareció con un disparo teledirigido a la escuadra. Un reencuentro con el gol de un jugador que ya metió el gol más importante de su vida fuera del terreno de juego.

Su travesía es un camino vital que le ha vuelto a colocar entre los mejores tan solo un año después. El 2 de agosto de 2022 puso pausa a su carrera deportiva para luchar contra el cáncer, sin saber siquiera si le permitiría volver a dar su máximo nivel en un terreno de juego. En febrero terminó su recuperación y regresó con el primer equipo. Lejos de bajar los brazos, fue entrando con constancia en las cinco últimas jornadas y volvió a ser, de nuevo, un jugador diferencial. Hasta este domingo, donde, por fin, ha logrado ese foco que no hace más que recordar todo por lo que ha pasado.

Este Las Palmas tiene un severo problema con el gol. Munir, Sandro o Sory Kaba no han logrado aún marcar. Bueno, sí, pero no ha valido. El ex del Getafe, por ejemplo, anotó dos en posición antirreglamentaria. La del partido que pudo ser y no fue. Al menos, se libró el equipo de un penalti señalado por De Burgos Bengoetxea, que se aquejó por unos instantes del síndrome del futbolista que va perdiendo: ver en cualquier tipo de acción una mano. El VAR le corrigió. Ya en el 58', el Granada se frotó las manos con la expulsión de Mika Mármol. Algo debe alarmarse Paco López: su equipo generó poco fútbol incluso en superioridad numérica.

Cuando todo caminaba sin discusión rumbo al 0-0, apareció Kirian. Su fútbol ya brilla desde hace tiempo, pero la emoción del gol es algo que trasciende, que reconcilia. Agarró el balón y prácticamente cayéndose puso el balón en la escuadra, imparable para Ferreira. El Estadio de Gran Canaria se rompió. Como el jugador, visiblemente emocionado en la celebración. Con lágrimas en los ojos. Consciente de que ese gol era el triunfo de toda una isla, que tanto lo deseaba en Primera División y que solo había festejado un gol, en la primera jornada del campeonato.

"Me he acordado del año pasado, de la gente, de todo. Ha sido muy bonito. Volver a Primera, lo del año pasado, otra vez desde fuera del área, los tres primeros puntos...", expuso en el micrófono de DAZN. Entonces, Irene Molina, la entrevistadora, se sumó a su emoción: "Me vas a hacer llorar a mí también". Mientras, el jugador respondía con la voz quebrada, conteniendo al máximo sus lágrimas. García Pimienta se mostró feliz por lo logrado por su jugador: "Muy contento por él. Se lo merece, en todos los sentidos. Lo dije cuando ascendimos, muchísima gente era feliz tras el ascenso, pero el éxito más rotundo es que Kirian sea futbolista".

La afición respondía con cánticos y aplausos al resto de la plantilla, a la par que el héroe atendía a la televisión. "Soy de Tenerife y mira, es mi gente. Qué voy a decir", cuenta. Unos segundos de entrevista antes de regresar con su público, el que nunca le dejó solo y también le alentó en su batalla más difícil. Ahora, superada, libra otra contra el descenso y ya le ha metido un golazo por la escuadra. La emoción de Kirian fue la de Las Palmas, tras el segundo gol más importante de su vida.