El partido contra el Bayern confirmó la mayor preocupación del Real Madrid antes del Clásico: el peligroso es Raphinha

El Real Madrid ya trabaja en Valdebebas para preparar el Clásico. Tras ganar al Dortmund, el equipo acumula dos sesiones de trabajo de las tres con las que completará la semana antes de recibir al Barcelona. El cuerpo técnico, con poco margen para el trabajo por la carga del calendario, prepara un partido que puede ser clave para el devenir de la temporada. Y entre las amenazas del conjunto blaugrana, una se subraya en rojo.

No se trata de Lamine Yamal ni Lewandowski, sino de Raphinha. El brasileño despierta mucha preocupación en el cuerpo técnico, más aún después de lo visto en el partido contra el Bayern en el que se marchó con otro hat-trick, el segundo de la temporada. En un estado de forma como no se había visto antes, su capacidad de moverse entre líneas trae de cabeza a Ancelotti y los suyos, que barajan diferentes opciones para frenarlo sin desguarnecer otras zonas del campo. Esta temporada ya lleva nueve goles y ocho asistencias.

El ex del Leeds ha conformado una pareja muy peligrosa junto a Lewandowski. El polaco, en una segunda juventud, se encarga de liberar espacios para que Raphinha, casi siempre con acierto, los ocupe. Hay quien se pensaba que con la irrupción de Lamine en el extremo izquierdo él se había quedado sin sitio. Sin embargo, Flick le ha dado un rol protagonista en una zona en la que prácticamente le veía rindiendo, en la mediapunta por detrás del delantero. También se ha acoplado en la izquierda, un costado al que no estaba acostumbrado.

Para taparlo, un nombre debe dar el do de pecho a pesar de llevar una temporada con más dudas que certezas. Se trata de Aurelien Tchouameni, bajo la lupa en su primer año lejos del cobijo de Kroos. No acaba de darle equilibrio al equipo y falla en su mejor punto, la parcela defensiva. Sigue con crédito de Ancelotti, que siempre ha apostado por él, y tras su suplencia contra el Dortmund cuenta con opciones de comenzar contra el Barça.

Un partido para que el francés se resarza. El Barcelona va a apretar con su asfixiante presión adelantada y Tchouameni, aparte de darle fluidez al juego, deberá estar más atento que nadie para tapar huecos cuando el equipo pierda la pelota. Especialmente a un Raphinha que roba muchos de esos balones y que se mueve entre líneas como nadie. Su velocidad endiablada pondrá a prueba al ex del Mónaco.

Por el contrario, el Madrid buscará aprovechar su velocidad arriba para dañar el sistema de Flick, con la defensa adelantada. Lo que para muchos es un suicidio el alemán lo entiende como la única manera de sobrevivir con esta plantilla y sus pupilos no pueden desarrollarlo mejor, como se demostró contra el Bayern. Ahora bien, Vinicius ya penalizó los errores defensivos del Barça con una defensa similar en la Supercopa del año pasado en lo que fue uno de los partidos que dañó gravemente la reputación de Xavi. Ahora, además del carioca, también deberán frenar la velocidad de Mbappé.

En cualquier caso, en Valdebebas se esperan un partido competido. Mientras que a principio de temporada desde algunos sectores se ponía al Barcelona como un equipo debilitado, en la caseta nunca le han perdido el respeto. Al contrario: sigue siendo el gran rival por el título. Ganar la Liga pasa por el primer Clásico de la temporada.