RAYO VALLECANO

Pedro Díaz ya ha aprendido por qué el Rayo es una cosa muy distinta: "A los nuevos nos llevaron a recorrer Vallecas y una pasada, hay que saber dónde estás"

El jugador del Rayo Vallecano atiende a Relevo para dibujar las peculiaridades del vestuario: "Juego con Camello al Señor de los Anillos en la Play 2".

Pedro Díaz, en la entrevista en Relevo./RELEVO
Pedro Díaz, en la entrevista en Relevo. RELEVO
Jonás Pérez
Hugo Cerezo
Álex Corral

Jonás Pérez, Hugo Cerezo y Álex Corral

Pedro Díaz (Siero, 1998) es uno más en el vestuario del Rayo Vallecano. Uno más, que no es poco. Se ha adaptado a las mil maravillas a LaLiga y a Vallecas, hablamos de fútbol y de barrio. Le costó entrar y ha revolucionado al equipo con un nivel extraordinario en la medular y una capacidad de golpeo admirable. Pero quien conoce las peculiaridades de ese club bien sabe que allí no vale solo con ser un futbolista fantástico, que se lo digan a James Rodríguez. Es más formar parte de un ecosistema único en Primera División, de un proyecto que se mantiene firme temporada a temporada. De hacer grupo con algunos de los jugadores más ilustres e icónicos del panorama nacional. Estrellas del rock que quedan en el centro de Madrid, pasean por el Retiro y no se miran al espejo como nada más allá de chicos corrientes.

Personas antes que futbolistas, llegar a Vallecas es amoldarse a la cultura de un barrio repleto de gente normal, de la clase trabajadora. No hay más que ver que todos los nuevos disfrutan de un tour por sus calles, organizado por las peñas. "Nos explicaron muchas cosas de la historia, es importante saber dónde estás. Una pasada. Es muy recomendable para cualquier persona que le guste el fútbol, para que vea el sentimiento que hay", cuenta Pedro Díaz en una entrevista a este medio.

Desde fuera, no es tan sencillo. Conocer las profundidades de Vallecas lleva a cualquiera a un grado de hermanamiento propio de su vecindario, imposible de interiorizar viendo los partidos desde un televisor. Solo desde dentro se llega a empatizar con el famoso tema del estadio, cada vez más cerca de alejarse de la ubicación actual: "Al final creo que es un sentimiento. Es algo muy especial para ellos que esté allí, donde está ubicado. Si yo tuviera voz, voto, mucho poder y pudiera escoger, lo dejaría ahí".

Pedro Díaz habla del tour por Vallecas.RELEVO-ÁLEX CORRAL

Habla él y probablemente podría representar la voz de cada uno de los chicos normales que defienden la franja semana a semana. Un vestuario donde se visitan 'escape room', se desayuna en el bar de al lado del estadio o se siente curiosidad por ir a la ópera. "Se habla de todo, ¿de qué no se habla? Al final cada día es un mundo, un día estás ahí, juegas al futbolín, otro es muy competitivo, te pinchan ahí con el ping pong, yo qué sé. Tenemos hasta la costumbre de llevar una Play 2 y jugar al Señor de los Anillos, Camello y yo. Imagínate, cualquier día es una aventura", revela. A la luz algunos detalles de un grupo de amigos también conocidos como el vestuario del Rayo Vallecano. Y fútbol, con Pedro Díaz, una de las revelaciones de LaLiga.

¿Cómo te estás viendo esta temporada? Te costó entrar, pero ahora ya eres indiscutible y una de las sensaciones de la liga.

Disfrutando mucho. Son procesos, tanto jugar como no jugar, aprendes mucho y lo importante es que estoy disfrutando, los compañeros una pasada, el ambiente, todo, el fútbol que hay... Qué voy a decir, disfrutando mucho.

¿Por qué dirías que te costó adaptarte?

Yo ya de por sí soy una persona que la adaptación le cuesta, pero cuando se adapta se adapta bien. Creo que es importante dar pasos, pero siempre darlos aunque sean cortos. Me costó, no sé, no sería por lo externo porque tanto los compañeros como el cuerpo técnico, la afición y todo estaba todo a mi favor.

Llamaba la atención: Iñigo Pérez siempre hablaba genial de ti, pero luego no jugabas. No parecía que fuera en serio.

Eso es un poco lo que es el Rayo al final. Los compañeros que tienes al lado tienen mucho nivel y a pesar de que tú entres al máximo y des el nivel, pues tienes que esperar tu oportunidad. Yo soy muy partidario de decir que a veces las cosas no llegan cuando uno quiere, pero que hay que esperar siempre y aprovechar el momento que llega.

¿Cómo te imaginabas que iba a ser el Rayo antes de que llegaras?

Es que creo que nunca te lo imaginas como es. Al final, bueno, más que imaginar, ves el equipo, los jugadores, dices: 'Voy a estar con este jugador y con este, que yo lo veo por la tele, veo los golazos que mete...'. Al final lo ves un poco como una película, un sueño, pero luego una vez estás ahí, ya ves las personas que son... Son gente normal, muy normal, muy buena gente, entonces te hace todo mucho más fácil.

El vestuario del Rayo da la impresión de ser muy distinto. Quizás las personas 'más normales' de Primera.

Sí, bueno, da la sensación, pero yo te lo confirmo, no la da, es lo que es. Son jugadores que, por encima de jugadores, son personas y es muy importante eso para mí y para todos porque te hace el día a día mucho más fácil. Puedes tener un plan por la tarde con cualquiera de tus compañeros, y eso para mí va en lo extraprofesional mejor dicho. En el Rayo vas todos los días a entrenar sabiendo que es como si fueras al colegio y fueras un niño.

Pedro Díaz y la situación del Estadio de Vallecas.RELEVO-ÁLEX CORRAL

¿De qué se habla en el vestuario del Rayo?

De todo, ¿de qué no se habla? Al final cada día es un mundo, un día estás ahí, juegas al futbolín, otro es muy competitivo, te pinchan ahí con el ping pong, yo qué sé. Tenemos hasta la costumbre de llevar una Play 2 y jugar al Señor de los Anillos, Camello y yo. Imagínate, cualquier día es una aventura. Lo bueno que tiene este equipo es que es una aventura cuando llegas, pasa cualquier cosa, y lo peculiar y lo espectacular es que cuando empieza el entrenamiento, cambian el chip todos y entrenan como máquinas. Se valora mucho porque al final si estoy contando esto y luego salimos al entrenamiento y Camello y yo entre ejercicio hablamos del Señor de los Anillos pues no sería positivo para el equipo. Pero no no, eso una vez entras al campo, a funcionar... Tampoco puedo comparar mucho porque no me moví por muchos equipos, estuve en dos profesionales y bueno, por mi poca experiencia, creo que madurez hay mucha, es lo especial del Rayo.

Ahora eres uno de los jugadores de LaLiga que más tira desde fuera y has conseguido marcar varios goles. ¿Sientes que la gente ya está con el runrún del 'tira, tira'?

Hombre, claro que lo siento. Lo vi en el partido del Madrid (ante el Athletic) cuando coge el balón Valverde y va a tirar. Es como todo el mundo un silencio, de no sabes qué va a pasar. Yo siento lo mismo, salvando las distancias, pero si este fin de semana se me quedaba algún balón así para tirar, siento como que todo el mundo dice: 'Tira'. Y si no tiro, luego me caen de todos lados entonces, sí, sí lo siento. Son las expectativas que generas, si en vez de tirar de fuera del área fuera buenísimo rematando de cabeza pues se me exigiría que rematase más. Es entendible.

Iñigo siempre te lo ha pedido y no le hacías caso. Alguna bronca te ha caído por no tirar.

Sí, también me lo piden en los entrenamientos, me lo piden siempre. La verdad que es una presión que me meten ahí, me están pinchando todo el día. Con 'tira, tira, tienes que tirar, si tienes medio balón, tira, yo con tu golpeo...'. La que más tengo es la de 'yo con tu golpeo estaría tirando todo el día'. Al final esto me gusta mucho, es lo que más me gusta del fútbol: tirar, tirar faltas, disparar... Estoy todo el día disparando y es como: 'Para de tirar'. Siempre que veo un balón le pego. Siempre lo disfruté, nunca pensé en un tiro en que tenga que dejarla así para dejarla en un lado. Siempre tiro con toda mi fuerza y me hacen la broma de que si no me llamasen la atención estaría tirando hasta que se me desgarrase la pierna. En el mundo profesional se analiza todo y es importante mejorar. Poco a poco me voy abriendo los oídos a la gente que me da consejos de golpeo, de cómo tirar.

Sabes que tienes una responsabilidad. La grada viene de venerar a Bebé. Eran un clamor con el 'tira, tira' cada vez que recibía.

Conocía a Bebé y sé el golpeo que tiene y es diferente. Él puede tirar desde el banquillo, desde el vestuario, desde la grada o desde donde quiera. El balón no sé cómo... Tiene goles desde unos metros que dices: 'Cómo es posible'. Pero si es algo que me gusta y me siento orgulloso de tener esa presión o exigencia desde pequeño. Tiraba contra la pared de casa de mis abuelos. Me reñían y me decían que dejara de tirar, que iba a romperles el muro.

¿Cómo explicarías esa comunión que hay entre el Rayo Vallecano y Vallecas?

Pf, qué te voy a contar. Viene un poco en la línea de lo que es también el Rayo Vallecano, todo el grupo. Es un conjunto de muchas cosas que se parecen, que son de la misma manera. Te hacen convertirte en el tipo de jugador, persona y aficionado del Rayo Vallecano. Es una conexión muy especial la que sientes con ellos. Tienen algo muy natural, desde dentro. Son muy personas. Nosotros antes del partido dejamos el coche y vas con ellos. Son súper respetuosos, educados. Estoy disfrutando mucho y agradezco que todo sea tan bueno y bonito.

¿Es verdad que cuando llegáis a los nuevos os cogen un día las peñas y os dan una vuelta por Vallecas?

Sí, es verdad. Antes estuve a punto de decirlo, pero dije mejor no lo cuento (ríe). Yo lo tuve hace poco y muy bien, fue espectacular. Nos pilló un día soleado, fuimos a dar una vuelta. Nos explicaron muchas cosas de la historia, es importante saber dónde estás. Una pasada. Es muy recomendable para cualquier persona que le guste el fútbol, para que vea el sentimiento que hay.

Pedro Díaz y jugar al Señor de los Anillos en el vestuario.RELEVO-ÁLEX CORRAL

¿Quiénes fuisteis?

Van los nuevos. Este año nos tocó a Gumbau, Pela (Pelayo), Batalla. Hay que meterle acento de argentino (ríe). Y Pacha.

¿Y cómo fue, qué os enseñaron?

De todo. Te empiezan contando un poco la historia del estadio. Todo lo que se vivió en el estadio, por todo lo que pasó. Luego te llevan donde se creó el equipo, te cuentan cómo se crearon las camisetas. Es una pasada. También te llevan al punto más alto, donde se ve todo Madrid. Y muy bien. Ese día hacía calor, subimos andando y madre mía los gemelos.

¿Te cambió la percepción que tenías de Vallecas después del tour?

No me cambió porque ya la tenía muy buena. Pero son cosas que alimentan un poco más ese buen pensamiento que tienes del Rayo.

¿Cuál es tu lugar de culto de Vallecas?

Uf, no sé. A mí me gusta mucho todo. Siempre desayunamos en un bar al que le voy a coger cariño. Los días antes de partido entrenamos en el estadio y cada uno tiene libertad para ir a desayunar, con cabeza, pero puede ir. Y hay un bar ahí que ya le coges cariño de las veces que vas y lo que hablas. Cada día es una aventura aquí.

¿Cómo es el trato de los vallecanos a los jugadores del Rayo? Por ejemplo, en esa cafetería. ¿Sois estrellas del rock o gente normal?

Te sientes como en casa. Muchas veces puedes tener la sensación de que te están mirando y que le puede dar vergüenza ir a decirte algo y qué va, hay naturalidad. Es como si estuviéramos en casa, es una pasada.

Tras hacer el tour y escuchar a los vallecanos, ¿qué opinión tenéis sobre el tema del estadio?

Después de escuchar la historia, el tour... Al final creo que es un sentimiento. Es algo muy especial para ellos que esté allí, donde está ubicado. Si yo tuviera voz, voto, mucho poder y pudiera escoger, lo dejaría ahí porque creo que es algo muy especial y va más allá de mirar como arquitecto, la ubicación y muchas cosas secundarias o terciarias. Para mí lo primordial es que la afición, que es una gran parte de lo que es el Rayo Vallecano, se sienta a gusto y la sensación que me transmitieron es que para ellos es muy importante que esté ahí el estadio porque se sienten en casa. Es un sitio donde hay mucha vida y muchas cosas que se vivieron.

Uno de tus principales valedores es Iñigo Pérez. ¿Cómo es tu relación con él? Imagino que para ti habrá sido un alegrón que haya renovado esta semana.

Sí y lo he dicho muchas veces que no es porque ahora esté jugando, digo que es buen entrenador o mejor entrenador de lo que podría decir si no jugase nada. Creo que la opinión que tengo de él es la que tengo desde el principio, cuando lo conocí. Es persona, muy persona antes de entrenador. Es como con los jugadores, para mí eso es muy importante, cero egos, muy natural en todo. Con eso ya me gana.

Pedro Díaz y la anécdota del coche y el Bernabéu.RELEVO-ÁLEX CORRAL

Al Iñigo entrenador ya le empezamos a conocer un poco todos. Cuéntanos quién es Iñigo persona.

Es una persona peculiar en cuanto a que es muy culto, lee mucho, deja un poco de lado las redes sociales... Bueno, un poco no, directamente no tiene redes sociales. Es alguien que se centra más en vivir y sentir la naturaleza. Es un poco parecido a lo que vi toda mi vida, que es mi padre. Para mí es persona por eso.

¿De qué puedes hablar con Iñigo Pérez?

De todo, eso es lo importante. Al final es la diferencia. No juzgo a otros, porque lo desconozco. Pero se puede hablar de todo. Igual hablas con un entrenador que es entrenador más que persona y muy bien, pero por mi experiencia con Iñigo, en primera persona, puedes hablar de lo que quieras.

Es un tipo peculiar: no se queda a las celebraciones, lleva su camiseta negra de manga corta aunque haga tres grados bajo cero...

Sí, es una persona peculiar, pero creo que sus peculiaridades no dañan a nadie, son cosas suyas. Mientras no moleste a nadie, que las tenga. Que no tenga frío nunca, no lo entenderé. Tenemos más frío nosotros viéndole que él.

Una frase que dijo Iñigo sobre ti, pero que incluso podría estar hablando de sí mismo: “Pedro Díaz tiene paz en escenarios donde todos se ponen nerviosos”. ¿Sientes que eres su extensión en el campo y en la vida?

Al final es lo que dije. Se parece mucho a lo que es mi padre y mi padre es un referente para mí. Y verlo y vivir toda, crecer viendo a mi padre... El 95% de los niños aprenden de sus padres. En mi caso, ver toda la vida a alguien y que a día de hoy mi entrenador tenga muchas similitudes, pues te hace sentirte más parecido a él. Pero al final es mi entrenador y en la relación jugador-entrenador hay que saber lo que es profesional y ya está.

¿Has hablado de tu padre a Iñigo?

No, Iñigo conocía a mi padre ya, yo creo que lo conocía a él antes que a mí. Seguramente que sí. Mi padre es muy montañero, de no tener redes, de estar un poco apartado del mundo, remar a contracorriente en todas esas cosas. Y creo que Iñigo es bastante parecido.

¿Se han conocido personalmente?

Sí. Porque yo al poco de llegar al Rayo, con la ilusión de la familia, de todo lo nuevo, el primer día que entrenamos en el estadio pregunté si podían venir a ver el entrenamiento. En estas cosas hay que preguntar al cuerpo técnico más que nada porque hay mucho control de todo, no se van a ver tácticas ni nada así. Pregunté si podía y dijo: '¿Tu padre? Sí, sí, claro, claro'. Y ahí se saludaron y conocieron.

Cuéntanos la del coche y el Bernabéu.

Madre mía. Pues la del coche es el claro ejemplo de que hay que pensar antes que hablar (ríe). Nada, pues fue un día que toda mi familia vinieron a ver el partido porque al final era en el Bernabéu, que es como un sueño. Fuimos a dar un paseo y no se me ocurrió otra cosa que cuando pasamos por un concesionario... Mis padres están en un momento que si el coche tiene problemas, que ya tiene sus años el coche y estaban mirando ahí. Qué guapo el coche este. Y yo iluminado, estaba así y dije: 'Pues mira, si marco hoy en el Bernabéu, os regalo un coche'. Y me miraron así como vale, vale.

Seguimos la caminata, tan normal y nunca volví a pensarlo más. No pienses que me fui al partido pensando, que si marco les tengo que regalar un coche... Eso ni lo piensas. Pero claro, luego marqué el gol, no me acordaba... Derrota, al final hubiera salido mejor si hubiera sido victoria. Pero acaba el partido y con toda la ilusión del mundo pues veo a mis padres, que les tenía localizados y les hago así (gesto de alegría) y empiezan a hacerme así (gesto de estar conduciendo un volante). Tengo una foto muy graciosa riéndome con Trejo porque le digo: 'Mira a mis padres cómo me están saludando'. Y claro, ahí me di cuenta del embolado en el que me había metido, pero bueno, ahí está. Tampoco dije si iba a ser de juguete o de verdad, así que todavía me lo estoy pensando. Igual les doy la sorpresa o no.

¿No te lo están recordando?

No, no. Porque saben que si me lo recuerdan me enfado y ya tengo una excusa para no hacerlo. Entonces están dejándome espacio y ahí, tranquilo. Ya veremos.

Ya has podido recuperar la normalidad vital, aquí en España, estando más cerca de los tuyos tras un año en Francia. ¿Qué tal la experiencia allí?

Me encantó, fue muy bien, me nutrió de miles de cosas, la cultura que tienen, lo respetuosos que son, el idioma me encanta... Yo siempre fui muy malo para los idiomas. Llegué allí no sabiendo nada de francés, pero me puse con un profesor y bueno, a día de hoy ahora sí que lo tengo un poco más chamuscado, pero entiendo lo que hablan. También entreno un poco porque están aquí Florean (Lejeune), Pathé Ciss y Randy (Nteka) hablando francés. Hablan muy rápido y es difícil, pero bien. Me llevo muchas cosas y muy buenas de allí. Hablo con los del cuerpo técnico de vez en cuando con mucho cariño. Los fisios, una pasado, profesionales... Y jugadores a día de hoy sigo teniendo relación con alguno y esa es la pena. Al final cuando cambias de rumbo o de equipos pierdes relación con gente que nunca te imaginarías que fueras a perderla. Son cosas del fútbol, las buenas y las malas.

¿Te dio un poco de vértigo irte allí pensando que igual perdías un poco de foco y te costaría volver?

No, cero, no soy muy de pensar esas cosas. Los hilos sueltos que hay. Era una experiencia nueva para mí, sentía que tenía que hacerla y fui con toda la ilusión del mundo. No me costó mucho adaptarme allí.

Volviste pronto, ¿sentías que tu sitio estaba aquí o simplemente se dio?

Cuando te vas de casa, te vas con el pecho inflado de 'buah, me voy de casa', pero al poco que estás fuera ya dices: 'Madre mía, mi casa'. Es lo triste también, que valoras mucho lo que tienes en casa cuando te vas. Mismamente Asturias, cuando veo vídeos, fotos, mis amigos allí, los planes que hacen... Da pena. Son fases del fútbol, cosas que tocan y ya. Ahora estoy en España, disfruto mucho y estoy encantado.

¿Cómo ha sido tu adaptación a LaLiga?

Bueno, es una adaptación complicada porque hay mucho nivel, uf, muchísimo. Di los pasos, cada paso con tiempo, analizándolo mucho, nunca quise dar pasos agigantados y pegarme un golpe, simplemente poco a poco, tomando nota de todo, aprendiendo mucho y es lo que trato de hacer a día de hoy. Creo que no conseguí nada todavía, me queda mucho por aprender, mucho por mejorar y es lo que hago día a día. Teniendo los compañeros que tengo, cada día me sorprenden con cosas, tanto técnicas como tácticas, que apunto y aprendo.

"Iñigo es alguien que se centra más en vivir y sentir la naturaleza. Es un poco parecido a lo que vi toda mi vida, que es mi padre"

Pedro Díaz jugador del Rayo Vallecano

Por lo que comentas, más nivel del que esperabas.

Sí, sí, sí. Pero mucho nivel, no te digo ya en cada partido con los rivales, ver rivales que viste en la tele o que ves en la tele, sino ya dentro de mi club, o sea, mis compañeros. Yo salgo a entrenar y veo un rondo y y muchas cosas me sorprenden. Y luego, las intento imitar y me salen y no me creo que las haga. O sea, imagínate el nivel, pero eso es un poco lo especial y yo creo que hay que tener la humildad de sentir que hay mucho nivel y que quieres aprender y que eres uno más allí y que puedes dar el nivel, que por algo estás también.

Trejo, por ejemplo, ¿te sorprende?

Uno de los que siempre me acuerdo cuando me hacen estas preguntas. Hay una cosa que intento aprender de él, pero creo que es imposible, es los amagos que hace entrenando. A mí me vuelve loco. Cuando juega contra él no sé por qué lado va a salir. Da igual. Y él puede ir andando, que yo voy a sprint y no, me torea, como si fuera un toro. Y amago y amago. Entonces digo, esto tengo que aprender a hacer, pero es que es muy difícil. Le digo que es muy difícil lo que hace y dice: 'No, no, tú tal...'. Intenta explicarlo y espero algún día aprenderlo.

Encima es el alma del vestuario y de Vallecas.

Trejo es un capitán, capitán, capitán. Muchas veces un capitán puede serlo porque le nombren, pero otras veces... Personalmente, Trejo es un capitán de los que sientes que es un capitán en todo. Te sientes orgulloso de que sea un capitán. Yo estoy disfrutando mucho de él y aprendiendo mucho.

"Es una conexión muy especial la que sientes con los aficionados del Rayo. Tienen algo muy natural, desde dentro. Son muy personas"

Pedro Díaz jugador del Rayo Vallecano

¿Sientes que puedes llegar a ser ese capitán?, ¿te gustaría llegar a serlo?

Como Trejo no llego ni de coña, pero vamos. Con toda la humildad del mundo, me parece muy difícil llegar a ser un capitán como Trejo. Creo que es un ejemplo para la gente que sí le guste sentirse líder. Esa sensación de transmitir, que cada palabra que digas llegue a los jugadores, no que llegue a unos sí y otros no. Yo personalmente no soy un jugador que me guste ser capitán y liderar. Me gusta más mi forma de liderar, que sea en el campo, intentar ayudar a mis compañeros en momentos difíciles, que sea como una vía de escape, ayudar de esa forma. Además, no sé que tienen (los argentinos) que el acento hace que te lo creas más.

Isi, Trejo, Álvaro... El Rayo lleva muchísimos años con una base sólida y una plantilla que se mantiene. ¿Qué crees que es lo que aferra tanto a Vallecas?

Eso habla un poco también para la gente que no vive las cosas desde dentro. Al final que los jugadores se queden y sigan y sigan y sigan y sigan, pues te dice un poco que en el día a día disfrutan mucho. Si preguntas a Trejo por su día a día es muy feliz y le gusta mucho. Es que no hace falta preguntarle. Es una persona que tiene las cosas muy claras y de repente un día te dice: 'Hay que disfrutar que esto es una auténtica pasada, el grupo que hay es una pasada y todo es una pasada'. Que lo diga él que vivió tantas cosas, pues te da que pensar. Creo que habla un poco por sí solo de lo que es el Rayo.

*Esta es la primera parte de una entrevista a Pedro Díaz. En unos días, su lado más personal, su vínculo con el Sporting de Gijón...