ENTREVISTA

Los peores días de Herrerín en Bilbao: "Se juntaron una serie de circunstancias que a veces es mejor no saberlas"

El exportero del Athletic repasa su carrera en el club bilbaíno, sus mejores momentos y también las críticas de un duro tramo final.

Iago celebra una clasificación copera ante el Elche cuando más criticas recibía./Athletic Club
Iago celebra una clasificación copera ante el Elche cuando más criticas recibía. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Iago Herrerín disputó más de un centenar de partidos con el Athletic Club (119) en las ocho temporadas que vistió la camiseta del primer equipo rojiblanco. Años de competición europea, una final de Copa del Rey como titular, dos títulos de Supercopa de España y un sueño de infancia cumplido. Sin embargo, y pese a un rendimiento siempre óptimo cuando jugó, se fue por la puerta de atrás tras unos años de muchas críticas, muy duros para él y en los que no sintió el apoyo necesario en muchos momentos.

En esta segunda parte de una extensa charla con Relevo, tras una primera publicación sobre su etapa en Valencia, el portero repasa sus mejores días y dos de los partidos más importantes de su vida: la final de Copa del Rey del 2015 en la que dice que por primera vez sintió unos nervios que le paralizaron durante el calentamiento y también aquellos inolvidables penaltis en el Sánchez Pizjuán en unos cuartos de final de la Europa League. Estudiaron mucho a los futbolistas del Sevilla, pero no hubo suerte: "Konoplyanka había tirado de 15 o 16 penaltis, 14 a la derecha. Pues lo tiró a la izquierda. Hay veces que igual es mejor tirar de intuición", desvela años después, aún con esa espina. Anécdotas de una vida en el club de su vida.

Lo es pese a las críticas y ese final amargo. Deja claro que será siempre un aficionado más, sueña con una final de Copa para disfrutarla como aficionado y echa de menos Bilbao. Se escapa siempre que sus compromisos en Chipre, como futbolista del AEK Larnaca se lo permiten, y mira atrás con cierta nostalgia de lo que vivió en el conjunto de su vida. Pocos jugadores de la casa tuvieron que aguantar lo que soportó él en sus últimos años en Bilbao. 

Llegaste a Lezama en juveniles, tras pasar por el Danok Bat, y coincidiste en tu quinta con Raúl Fernández, otro portero de la cantera que ha hecho carrera profesional. Me da la sensación de que has convivido siempre con una competencia durísima. ¿Tienes la misma sensación?

Sí, sí, pero ha sido una competencia siempre buena y yo creo que si he llegado donde he llegado y he conseguido jugar tantos partidos en el Athletic, creo que ha sido por esos compañeros que he tenido, que me han metido caña. Yo creo que siempre es bueno para el equipo. Sí es cierto que en mi llegada al Athletic, el primer compañero que tuve fue a Raúl. Los dos hicimos una gran temporada en Juvenil División de Honor, que creo que nos marcaron cinco goles en toda la temporada. Luego ya en el primer año del primer equipo estuve con Gorka, sus mejores años justo cuando llegué yo. Luego tuve la suerte, entre comillas, de tener a Kepa. Después, cuando se va Kepa, yo me lesiono y está Unai Simón. E incluso en Valencia está Mamardashvili. He tenido que ir peleando a contracorriente. Creo que es una cosa que me ha servido para ser el portero que soy a día de hoy. Me ha hecho tener tantos momentos buenos y, lógicamente, también tantos momentos, no malos, pero sí duros y difíciles. Pero estoy contento, sobre todo, de poder encontrarme con Kepa, con Unai, con Raúl, con todos y tener ese cariño que cuando dejemos el fútbol es lo que nos va a quedar.

Iago, junto a Kepa, en un entrenamiento en Lezama. Archivo
Iago, junto a Kepa, en un entrenamiento en Lezama. Archivo

Antes de debutar en el primer equipo tuviste una experiencia en el Atlético de Madrid. ¿Cómo se dio aquello? Creo que Amorrortu fue el responsable, ¿no?

En el último año en el Athletic, que estaba Joaquín Caparros en el primer equipo, me prometen subir y luego hay una serie de circunstancias y no se da. Me dicen si quiero renovar, aunque no iba a subir, con la promesa de que dar ese salto al primer equipo al año siguiente. Pero en ese momento estaba ya no sé si acomodado o que ya veía todo un poco negro y decidí no renovar e irme al Atlético de Madrid. Allí estaba José Mari Amorrortu, aunque no había coincidido con él más que un par de veces en Lezama. Creo que fue un gran acierto, un gran paso porque desde la primera temporada ya directamente llegué al primer equipo de tercer portero, hice la pretemporada con Quique Sánchez Flores, con compañeros como De Gea, Asenjo, Joel… Yo estaba con el filial, entrenaba con ellos todos los días y al año siguiente también hice toda la pretemporada. Empecé con Gregorio Manzano y luego llegó el Cholo (Simeone).

También con mucha competencia, por cierto.

Sí, para suerte mía (se ríe) se fue De Gea y vino Courtois, fácil no lo tenía. Jugué todo con el B, fui convocado a varios partidos con el primer equipo y, luego, pues, bueno, hay una medio historia en Navidades. Tuve una oferta del Valencia para ir al primer equipo. Yo sabía que el Atlético de Madrid no contaba conmigo en el primer equipo y, en ese momento, era una oportunidad de pasar de jugar ese fin de semana en Galicia contra Montañeros a jugar contra el Barça en el Camp Nou, en Primera División. Pero el Atlético de Madrid no me dejó salir, pidió un dinero al Valencia cuando me faltaban seis meses para acabar contrato y desde ahí ya mi cabeza estaba un poco bloqueada porque sabía que no contaban conmigo en el primer equipo y tampoco me dejaban salir. Por suerte apareció el Athletic otra vez, firmé en verano y ya empezó, por decirlo de alguna manera, la vida en el club que siempre he querido estar.

¿Cómo era el Cholo en sus inicios? ¿Qué recuerdos tienes de su llegada? Fue muy revolucionaria, ¿no?

La verdad es que para mí fue también todo muy rápido, de la noche a la mañana cambió todo. Apareció el Cholo, el presidente le presentó en el vestuario, él se presentó e hizo un cambio de dinámica. Hizo, entre comillas, como una mini pretemporada para poder coger un poco la forma todos. Los entrenamientos con mucha caña, muy intensos, recuerdo sesiones al principio muy largas. También me acuerdo que a veces igual me decían que no iba a entrenar con el primer equipo, me bajaban con el B y, de repente, necesitaban otro portero en el primer equipo y hacía doble sesión. Llegaba al Cerro del Espino a las 9:00 y me iba a las 14:30 sin parar de entrenar. Pero tengo ese recuerdo, de ser muy intenso pero una historia y una anécdota bonita porque al final es el comienzo del Cholo y tuve la suerte de estar allí.

"En la final de la Europa League 2012 yo estaba de tercer portero con el Atlético y ya había firmado con el Athletic. Allí celebrando, entre comillas, con el Atlético... Fue un poco extraño"

Ese primer año acaba con la final de Europa League entre Atlético y Athletic, tus dos equipos en ese momento.

Sí, sí, yo estaba como tercer portero del Atlético Madrid y lo curioso es que ya había firmado con el Athletic cuando se juega la final. Y, claro, yo llego a la final de la Europa League, ya firmado y sabiendo que voy a volver a Bilbao, y yo allí celebrando, entre comillas, con el Atlético Madrid... Fue un poco extraño todo eso.

Vuelves al Athletic, sales cedido a Soria y cuando llega Ernesto Valverde confía en ti para ser la competencia de Gorka Iraizoz. Desde fuera la sensación es que Valverde te valoraba mucho, ¿lo sentías así?

Sí. Ernesto ya no solamente porque es el que me hizo debutar, sino porque creo que es uno de los mejores entrenadores que he tenido y que puede tener Athletic en estos momentos, es un hombre que da lo que tú te ganas, y eso es fundamental. Aunque es cierto que cuando llegué Gorka estuvo lesionado toda la pretemporada y me la tragé yo entera. Jugué todos los amistosos, seis o siete partidos, y no encajé ningún gol pero en el primer partido de Liga llega Gorka y juega. Y fue como decir, 'bueno, vale, sé dónde estoy'. Fue un primer año de transición, nos metimos en Champions y Gorka hizo una temporada espectacular. Siempre que le veo a Ernesto le agradezco todo, le tengo un cariño terrible, pero sí es cierto que yo pienso que en ese momento podía haber jugado muchos partidos más de Liga de los que jugué, aunque por suerte jugué Copa, jugué Europa League, llegué a una final de Copa del Rey...

Esa final de Copa en el Camp Nou en 2015. Me imagino que para un canterano no hay nada más ilusionante y bonito que luchar por un título.

Sí, me quedo con ese partido y con el debut, que curiosamente lo hice como local en Anoeta (San Mamés estaba en obras). Sobre todo me quedo con esa final porque había hecho una gran Copa, había jugado grandes partidos y me sentía muy bien. Y, es más, la final creo que me salió un buen partido. Lástima que al final nos toca jugar contra el Barça, contra ese Barça que era, vamos, lo mejor.

¿Se tiene nervios un día así?

Siempre lo hablo con mis amigos. El momento en el que salgo a calentar, salgo del túnel y de repente empiezo a mirar para arriba y no se acaba el estadio. Y ver todo gente del Athletic o prácticamente todo, más del 60% del campo… Creo que fue la única vez que me he puesto nervioso. En plan de necesitar mis cinco minutos de respirar, de decirme: 'mira, estoy aquí, relájate'. Me acuerdo de los primeros dos balones en el calentamiento con Iru (preparador de porteros), que le decía, 'no puedo ni golpear'; yo que siempre he estado tranquilo con los pies, pues no podía. Eso me vino bien y es un recuerdo que tengo y que a día de hoy lo hablo. Fue una pena el resultado pero también una alegría inmensa de haber jugado una final con el club que siempre he querido jugar.

"La final de Copa fue la única vez que me he puesto nervioso. Los dos primeros balones en el calentamiento con Iru no podía ni golpear"

¿Y cómo se viven esos días previos? Si a la afición se le hace largo, a vosotros imagino que mucho más.

Es que yo además en la semifinal contra el Espanyol me lesioné. Y, claro, yo tenía el temor de no poder llegar a la final. Ernesto es una persona muy justa y me dijo desde el día que me lesioné: 'tranquilo, recupérate bien que la final la vas a jugar tú'. Y además me dio cuatro partidos de liga antes de la final de Copa, y no partidos sin importancia porque nos estábamos jugando entrar en Europa. Yo vivía en Castro, que el 80% es de Bilbao, e ibas por la calle y la gente sin querer te mete presión. Sí es cierto que ya una semana antes empiezas a pensar, estás dándole vueltas a la cabeza, en el viaje empiezas a ponerte un poco… no sé si nervioso pero ya estás con la incertidumbre. Aunque no te voy a mentir, dormí los dos días como si fuese un oso. 

Te tengo que preguntar por la jugada de Messi. La cogió en el centro del campo, se fue de todos y marcó un golazo. ¿Cómo lo viviste tú desde la portería?

Es que es una jugada muy lejana, sí es cierto que siempre he dicho que lo mejor que tiene Leo es que al final podría jugar hasta de portero. Tienes miedo de que en cualquier momento te haga el último pase, te marque o lo que sea y tienes que tener todos los sentidos puestos en un solo jugador y es muy complicado. Y bueno, a raíz de que empieza a venir, a venir, a venir, tengo la imagen de Mikel Rico que intenta soltar una patada para hacer una falta, no le consigue tirar y luego tengo la imagen de cuando él entra dentro del área. Tengo dos jugadores justo en medio, chuta y pasa saltando justo Suárez por encima del balón. Yo reacciono al ver el balón y la toco con el dedo. Es cierto que me la mete por el palo corto, pero la sensación es de que no hubiera llegado. Se dice que con Messi tienes que tapar un poco tu palo, pero si me llega a meter la mítica de Messi, la suavecita al palo largo, también dices que tampoco llego. Tengo un recuerdo de esa jugada muy rápido hasta el momento que llega dentro del área. Como diciendo: 'viene, viene, viene', pero luego pasa todo muy rápido y la imagen que tengo justo es ese salto de Luis Suárez por encima del balón. Creo que la reacción mía es rápida y hablando con porteros me dicen que la reacción es buena, así que no considero que fuese un error ni nada. Es verdad que te quedas con esa espinita de ese gol. Y lo peor es que ahora te ves en todos los resúmenes.

Herrerín cuenta cómo vivió el jugadón de Messi en la final.RELEVO

Unos meses después os sacáis la espinita ganando la Supercopa, con un 4-0 en San Mamés y un 1-1 en el Camp Nou. Y una celebración apoteósica en Bilbao.

Sí, yo tengo el recuerdo de la primera final de la Copa del Rey que fui convocado con Caparrós (2009), que fue la anterior derrota que perdimos también en Mestalla. Y recuerdo venir a Bilbao y estar en el ayuntamiento habiendo perdido la final y había un millón de personas y dije, 'joder, ¿cómo tiene que ser esto si ganamos?'. Pues cuando ganamos la Supercopa… Además me acuerdo que aunque el primer partido ganamos 4-0, fíjate cómo era el Barça ese que nosotros pensábamos que el único equipo capaz de que nos metan cinco eran ellos. Y vas con la sensación esa, no con mentalidad derrotista, pero sí vas alerta porque ya lo han hecho. Hasta el minuto 80, que ya vemos que es complicado que te vayan a remontar, pues todavía estábamos así un poco con las uñas largas. Para nosotros, para todo Bilbao, para todo el Athletic, creo que un título es lo más importante que puede haber. Fue espectacular.

Hay otro partido, u otro momento, que me parece clave en tu carrera y no sé si lo compartes. La Europa League 2015-16, en la que elimináis al Valencia en octavos con un gran partido tuyo y luego caéis en el Sánchez Pizjuán a penaltis.

Sí, es cierto que yo recuerdo que ese partido con el Valencia coincidió en Fallas y fue un partido complicado, nos clasificamos sufriendo mucho. Y luego fuimos contra el Sevilla y sí es cierto que el partido en San Mamés perdimos 1-2 tras un error tonto, aunque fuimos superiores. Era la sensación de que jugábamos contra un equipazo pero que como mínimo podíamos competir. Y cuando empezamos el partido de vuelta creo que todo el equipo estaba concienciado y nos salió un partidazo. Nos merecimos pasar, tengo en la mente la mítica jugada de Susa (Markel Susaeta) contra el portero que la pica y se va por poco. Y luego recuerdo los penaltis… A mí los penaltis siempre se me habían dado medianamente bien, creo que acierto dos o tres y dos me la meten por la escuadra, otro me la mete ajustado... Yo siempre me estudiaba mucho los penaltis y fíjate que hay uno, el de Konoplyanka, que lo habíamos estudiado y creo que era que de 16 o 15 penaltis había tirado 14 a la derecha y uno a la izquierda. Y piensas: 'partido importante, voy a aguantar y voy a intentar irme a la derecha, sea como sea'. Y me lo tira a la izquierda. Te quedas con esa sensación de que igual prefiero no saber dónde me lo tira e ir con la intuición.

Una acción de la eliminatoria de cuartos de final de Europa League 15-15 ante el Sevilla. Archivo
Una acción de la eliminatoria de cuartos de final de Europa League 15-15 ante el Sevilla. Archivo

Más allá de partidos o momentos, antes decías lo de la suerte de haber coincidido con Kepa entre comillas. Hubo un momento en el que estabais Iraizoz, Kepa y tú y que incluso Valverde os utilizaba a los tres. ¿Cómo se vive eso? ¿Qué os dijo Ernesto?

Cuando íbamos a la pretemporada yo veo un poco cómo va a ser todo. Sabía que Ernesto quería también probar a Kepa y me acuerdo de tener una reunión con él. Me viene y me dice que ha decidido que van a jugar Gorka y Kepa LaLiga y yo Copa y Europa. Claro, para mí era muy extraño porque era pasar de no estar convocado en la grada en los partidos de liga a de repente jugar Europa. Y venía de hacer una temporada buena también y en ese momento tenía opciones de salir a equipos de Primera. Lo hablé con Ernesto, le expliqué que yo quería jugar LaLiga y no tener siempre la presión de jugar eliminatorias en las que sabes que si te eliminan ya no juegas. Pero me dijo que no, que lo tenía decidido y que prefería que me quedase por si pasaba algo. Empezamos así, fue complicado, pero como siempre hemos tenido muy buena relación todos los porteros nunca hubo mal rollo ni una mala cara. Luego salió la posibilidad de ir al Leganés cuando hubo la lesión de Serantes, volví a hablar con Valverde y lo vio un poco mejor. Yo llego creo que llego un jueves a Leganés y el sábado juego.

Herrerín recuerda la lesión que sufrió justo cuando se fue Kepa.RELEVO

¿El momento más duro es la lesión que sufres justo cuando Kepa se va al Chelsea y partías como titular?

Sí, a ver, a mí ahí se me cayó el mundo, por decirlo de alguna manera. Venía de la temporada anterior con Kepa, creo que juego 24 partidos, con una gran Europa League en la que jugué todo. Ese verano tuve opciones de salir, pero el club no me dejó. Yo creo que igual es porque igual se intuían que podía pasar algo con Kepa. Pues si lo de Kepa pasa el 8 de agosto, yo me lesiono el 9 o el 10. A los dos días; y empezábamos la liga el día 12 o algo así. Unai (Simón) se había ido al Elche, en principio iba a jugar yo, porque al final Remiro venía también de Huesca y el rol era ese. Me lesiono y se me cae todo porque encima me lesiono el tendón del bíceps. Pensé, será un mes o así, pero en la primera observación me dicen que alrededor de seis meses. '¿Cómo seis meses? ¿Qué me he roto, la rodilla?' Me dicen que es el tendón, que ha desaparecido, aunque luego por suerte fuimos a un especialista, me dijeron que iba a ser tres meses y medio y a los dos meses estaba para competir. Estaba Berizzo de entrenador y me dijo que mi puesto lo iba a tener, que me lo había ganado. Pero Unai volvió del Elche, aprovechó su momento y fue otra vez ir al tran tran, detrás otra vez, volver a pelear con todo lo que había conseguido anteriormente.

La verdad que impresiona escucharte citar nombres: Iraizoz, Kepa, Remiro, Simón, además de Raúl Fernández (Granada)... Incluso Serantes era de Lezama, ahora también Aitor Fernández y Julen Agirrezabala… ¿Qué se hace en Lezama para sacar tanto portero?

La verdad es que no tiene mucha explicación. Yo te podría explicar que en Lezama se trabaja muy bien la portería desde pequeño hasta primer equipo. Todo normalmente suele ser un mismo patrón para que así cuando llegas al primer equipo no tengas una diferencia abismal. Y luego, yo creo que hoy en día lo importante es apostar por los chavales. Creo que en el caso de, por ejemplo, Unai, fue llamémoslo suerte de que me lesioné yo. Tiene que darse una serie de circunstancias para venir y tener que debutar siendo en principio el cuarto portero. Remi cuando se iba a Real, lo mismo. Tuvo ese proceso de adaptación en el que primero estaba Moyá, y luego ya empezó a jugar él. Creo que en el momento que apuestas, Lezama tiene grandes porteros. Mira ahora a Julen, que me parece un grandísimo portero y siento lo que él siente porque al final tienes a Unai Simón por delante y sabes que tienes que pelear a contra corriente, pero cada vez que está jugando lo está aprovechando.

Los peores momentos de Herrerín en Bilbao.RELEVO

En tus últimos años en Bilbao hubo muchas críticas. ¿Lo pasaste mal? Desde fuera daba la sensación de que estabas viviendo algo muy duro.

Bueno, creo que se juntó un poco todo. Fueron momentos duros, fueron momentos en los cuáles no me sentía valorado. O sea, no había hecho nada espectacular como para sentirme una persona importante, pero sí es cierto que después de cómo venía de atrás todo, de dónde había salido, lo que he tenido que pelear, lo que he tenido que luchar y dónde había llegado, con mi bagaje de jugar bien en Europa, de ser el portero que más paradas hice en una Europa League, de jugar una final, hacer una serie de cosas en las cuales luego... como que no valían para nada. Creo que también es cierto que yo siempre soy una persona que he sabido darle la vuelta a todo y hubo un momento en que ya no había posibilidad, ya mi cabeza me impedía dar la vuelta a todo porque lo veía todo muy negro. Yo que era un tío que apretaba los entrenamientos, que cuando olía un poco sangre para poder jugar estaba apretando más, hubo un momento en que eso no lo tenía. Y luego pues se juntaron una serie de circunstancias dentro de un club que hay veces que es mejor no saberlas, pero te vas enterando. Y eso todavía te duele más después de lo que tú haces por el club.

¿A qué te refieres?

Hay momentos en que no te salen a defender cuando tienen que salirte a defender. Muchas pequeñas cosas que al final hacen que sea una cosa muy grande. Tuve un problema un día, una noche, después de un partido contra el Barça, y fíjate que tuvo que pasar eso para que la gente me respetase. Y es muy difícil. Es muy duro decirlo, pero es la realidad. Tuvo que pasar algo de girarte, de tener un problema, encararte, para que la gente dijese 'uff, igual está pasando algo con alguien de los nuestros'. Yo soy Athletic y estoy en Chipre y voy a ser del Athletic toda mi vida, pero es muy duro tener que aguantar en tu propia casa cosas que no tienes porqué aguantar. Cuando encima mucha gente no sabe ni la mitad de la mitad de la mitad. Y eso es muy, muy, muy duro. Yo hablé con el club, hablamos bastante y, bueno, no quise darle más bombo a aquella historia. Cuando vino Marcelino yo seguía entrenando fuerte, e incluso Marcelino no quería que me fuese, quería que intentase recuperar esa mentalidad, pero ya en ese momento tenía decidido marcharme.

¿Tienes la sensación de que el tema de las redes sociales se ha ido de las manos? Lo vimos con Nico Williams, también contigo. ¿Se hace mucho daño sin darse cuenta?

Bueno, y dándose cuenta también. Al final, yo siempre he dicho que en el momento en que se ponga una red social con un DNI por delante dejará de haber estos problemas. Lo que pasa es que no conviene. No conviene porque hay que dar de comer a los haters, a la gente que no tiene otra cosa que hacer. Hay que darles de comer. Somos deportistas y siempre he dicho que una crítica constructiva… Más crítico que yo te aseguro que no puede haber nadie. O sea, a mí me metían un gol por la escuadra y el primero que llega a casa y piensa ¿podía haber hecho algo para pararlo? Si esto lo he hecho mejor, lo he hecho peor. El primer crítico he sido yo. Hay muchas cosas que si pudiese volver atrás hubiese cambiado en el sentido de comportamientos, de actitudes hacia mí mismo que podría haber hecho mejor las cosas. Pero eso no quita para que alguien te amenace, te insulte, te menosprecie… Yo me pongo en la piel de Nico; es un chaval, es un crío. Yo lo pasé muy mal, pero bueno, al final, por suerte, me quité las redes y necesité un tiempo de reflexión. En los grandes equipos es lo que tiene, gente que cuando las cosas van bien te van a dar todo de cara y cuando las cosas van mal te van a dar por todos lados. Yo no había recibido esas críticas nunca y de repente, de noche a mañana, el por qué juega este y no juega este, por qué este sí y este no, este no la para, este sí la para... Cuando te enfilan ya no tienes nada que hacer. Tienes que caer de pie, como caigas un poco de lado estás muerto. La conclusión a la que llegué es que no todo San Mamés ni toda la gente de Bilbao es así. Creo que hay mucho más apoyo, pero un comentario negativo te hace mucho más daño que mil positivos.