Histeria colectiva el miércoles, abandonar el estadio antes del final el domingo
![La afición del Atlético respondió... menos una minoría. /AFP](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202403/17/media/cortadas/hinchas-AFP-RreHyWAvFs1x4slDKwdiZ8K-1200x648@Relevo.jpg?w=569&h=320)
El Atlético de Madrid llegaba al día de hoy crecido, porque había conseguido una gesta importante al pasar la eliminatoria contra el Inter de Milán el pasado miércoles. El Metropolitano, entre semana, había pasado por todos los estados de ánimo: tristeza, resignación, sufrimiento, alegría y éxtasis. Esa gente que el miércoles había disfrutado con su equipo y que durante toda la semana sacó pecho, hoy llegó al feudo rojiblanco crecida, como no podía ser de otra manera. En LaLiga no había sido derrotado en casa y la ilusión estaba intacta.
Los casi 70 mil hinchas comenzaban su particular partido y hoy, enfrente, estaba Joao Félix, un exjugador del equipo, odiado por la mayoría como se vio en las afueras del recinto. Los primeros diez minutos de juego transcurrieron esperando que el futbolista portugués tocase la bola para pitarle, todo se centraba alrededor de él, el ambiente era raro porque el '14' era el centro de todo, no lo era el intentar ganar el partido y volver a recuperar la posición de Champions perdida con el Athletic.
El Atlético, con el duro correctivo recibido hoy, tiene que recapacitar. Tras el parón de selecciones, tendrá dos meses y medio en los que tendrá que repartir las fuerzas para todo, para pelear por la clasificación a semifinales de Champions contra el Dortmund y para conseguir el objetivo del club, la cuarta plaza que da derecho a jugar Liga de Campeones la próxima temporada. Porque durante toda la temporada Simeone y los suyos insistieron que ese es el objetivo, por lo que tienen la obligación de cumplirlo.
Tras algo más de un año, el Atlético volvió a perder contra el Barcelona en casa en liga, el único equipo que lo consiguió esta temporada. Xavi le tiene tomada la medida a Simeone y el argentino tendrá que hacer algo de autocrítica, aunque este partido ya es parte del pasado y le tiene que ayudar a ver cómo enfoca lo que resta de temporada.
El Atlético no se puede permitir una derrota como la de hoy en el Metropolitano, de esta manera, donde le hacen sangre y parte de sus aficionados se van del estadio cuando el marcador todavía señala 66 minutos de juego. Este Atlético, más allá de los aciertos y errores, se caracteriza por no dejarse ir ni un minuto y hoy, aunque lo intentó (Correa y Memphis sobre todo), no fue suficiente.
El orgullo del Atlético de Madrid, de los jugadores, del entrenador, tiene que ir por delante. El Metropolitano no puede vivir noches espectaculares como las del miércoles y cuatro días después, la falta de contundencia y amor propio de hoy. La gente también tiene que responder, porque igual que se quedó hasta el final el pasado miércoles, esperando a saludar a los suyos, también tendría que haberlo hecho hoy. Porque esto es una relación de dos, afición y equipo, algo recíproco que cuando uno no da todo, tiene que recibir el apoyo. Y hoy no toda la afición respondió.