El 'piponazo' de la Real Sociedad
La Real Sociedad implantará de nuevo este viernes una iniciativa que convertirá las cáscaras de pipas que los aficionados desechan en abono.

En los campos de fútbol, una costumbre arraigada añade un peculiar acompañamiento sonoro al espectáculo deportivo: el consumo de pipas. Este gesto, casi ritual, es el telón de fondo de cada jugada, cada gol y en definitiva, cada momento del encuentro. Sin embargo, tras el pitido final del colegiado, el suelo se ve salpicado por miles de cáscaras desechadas, una práctica común que, aunque inadvertida para muchos, representa un desafío para los servicios de limpieza de los clubes.
En este contexto, la Real Sociedad lanza de nuevo este viernes, en el partido liguero que enfrenta al conjunto txuri-urdin contra el Cádiz a las 21:00 horas en el Reale Arena, su iniciativa Reale Arenatik Gipuzkoako Baratzetara (Del Reale Arena a las huertas de Gipuzkoa), que convertirá las cáscaras de pipas en abono, con "un proceso más eficiente y sostenible", afirma el club donostiarra.
La base de nuestro bienestar.
— Real Sociedad Fútbol (@RealSociedad) March 12, 2024
Mejores, más eficientes y con un proceso que nos hace más sostenibles.
El viernes arranca de nuevo 𝗥𝗲𝗮𝗹𝗲𝗔𝗿𝗲𝗻𝗮𝘁𝗶𝗸𝗚𝗶𝗽𝘂𝘇𝗸𝗼𝗮𝗸𝗼𝗯𝗮𝗿𝗮𝘁𝘇𝗲𝘁𝗮𝗿𝗮.#RSFundazioa | @kutxafundazioa | @GHK_SAU pic.twitter.com/lV2Zd48QJ9
Según Kutxa Fundazioa, una de las entidades responsables del proyecto, en el último año se consumieron aproximadamente 100.000 toneladas de pipas en los estadios de fútbol de toda la Liga y más del 70% de las cáscaras se arrojaron al suelo. Con el regreso de esta iniciativa, que en 2019 consiguió recoger casi 800 kg en 11 jornadas, el conjunto txuri-urdin pretende seguir favoreciendo la implantación de hábitos sostenibles entre sus seguidores.
Para favorecer esta recogida selectiva, la Real Sociedad entregará a sus aficionados una bolsa biodegradable con tintas vegetales para que depositen las cáscaras durante el partido y tras su final las dejen en unos contenedores habilitados para ello, tomando así parte junto al club de este reto ambiental. Después de un proceso de entre 9 meses y un año, las cáscaras de las pipas, mezcladas con residuos frescos en un proceso de compostaje, se convertirán en sacos de abono que irán a parar directamente a las huertas de Gipuzkoa.