La polémica trituradora del Camp Nou sigue siendo un quebradero de cabeza: "Preferimos que tarden más a que incumplan el horario"
Los vecinos afectados alzan la voz cuando se cumple poco más de un año del inicio de las obras.

El polvo se palpa en cada uno de los costados en los que habita el Spotify Camp Nou. Esto es así desde el primer día. Hay zonas más afectadas que otras. Una de ellas es la cantera del Miniestadi, donde el club aspira a que el nuevo Palau Blaugrana abra puertas en 2028. En la calle Arístides Maillol, los vecinos han dicho basta. "Sabemos que es difícil y entendemos que toca convivir con el polvo y el ruido, pero lo tendrían que haber previsto antes para minimizar esas molestias. Entendemos que el Ayuntamiento está presionado por el Barça", explica a Relevo Andrés Quílez, presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Ramon, la zona afectada.
El Presidente @JoanLaportaFCB y miembros de la junta directiva visitan el Spotify Camp Nou 🏗️🏟️ pic.twitter.com/j9gFj6qOi9
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) April 24, 2024
Las lluvias de las últimas semanas han ayudado a paliar algo los efectos inevitables en una obra de tal magnitud. "Han ido bien, pero cuando tiran el agua con la grúa muchas veces no lo hacen en el lugar correcto y no la lanzan, por ejemplo en la trituradora", reconoce Quílez. "Lo que exigimos a la Agencia Catalana del Agua (ACA) es que sea más flexible para poder regar más. No por el bien del Barça, sino por la salud de los vecinos", pide el máximo responsable de la parte de Sant Ramon.
Los escombros de las obras del estadio barcelonista se trasladan al solar donde durante muchos años se levantaba el Mini, el escenario en el que debutó Leo Messi, con el Barça B, un 6 de marzo de 2004 ante el Mataró. El hormigón y otros residuos del viejo Camp Nou se acumulan en la parcela y será así hasta el final de la obra. Todos los escombros se reutilizan y las trituradoras reducen a grava todos esos materiales para reutilizarlos posteriormente en la construcción del campo. Y eso, además de polvo, genera un ruido ensordecedor. "Tienen la obra descontrolada", cuenta Andrés Quílez.
Enfado con el Barça y nuevo incumplimiento con el horario
Hace dos semanas, las Asociaciones de Vecinos del Camp Nou, junto con el Ayuntamiento y los responsables de obra del club azulgrana, levantaron el veto de trabajar los sábados tras haber incumplido el horario en varias ocasiones y se decidió recuperar los sábados de manera alterna. Los vecinos apostaron flexibilizar de nuevo los horarios, pero no han cumplido. "Se han vuelto a saltar las normas. La noche del 3 de julio trabajaron más allá de las 22:30 horas y además durante varios días siguen encendidas las luces del estadio en Travessera de les Corts", comenta indignado Andrés.
El próximo 16 de julio se volverán a reunir. "Los vecinos de Sant Ramon apostaremos por volver a prohibir trabajar los sábados. No merecen que les demos ni un minuto extra de trabajo. Tienen que aplicar las normas como haría cualquier otro ciudadano con una obra. Hay un barrio perjudicado. No es un imprevisto. Es una mala programación y coordinación. No pueden hacer lo que les dé la gana. Pediremos que vuelvan a trabajar solo de lunes a viernes", reconoce el presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Ramon. "El Barça nos lleva de bólido. Una vez se resolvió la demolición de la tercera gradería, ahora los inconvenientes están en nuestra zona. Todo el desecho de la obra se trae al Mini y eso genera mucho ruido y polvo. Es constante", asegura Quílez.
El barrio vive lleno de polvo. Las obras de remodelación del coliseo azulgrana siguen su curso superado ya los primeros 13 meses. Aún queda mucho camino por recorrer. El primer objetivo es volver durante la próxima temporada al Spotify Camp Nou, aunque la obra completa no finalizará hasta el verano de 2026. "Todos queremos acabar lo antes posible. Pedían trabajar 53 sábados y no cedimos porque preferimos que tarden un año más a que incumplan el horario molestando al vecindario", finaliza Andrés Quílez.