Debate abierto sobre el futuro de Pedro Ortiz

El primer partido amistoso del Sevilla ante el Mónaco no sólo sirvió para comprobar, una vez más, que la plantilla necesita refuerzos. Tampoco fueron 90 minutos para homenajear a Ben Yedder, el último gran delantero que ha pasado por Nervión. En la parte positiva de la balanza, ese amistoso bajo la lluvia valió para comprobar que la grada quiere aquello que le dieron sus canteranos en el segundo tiempo: ganas, lucha, verticalidad y pundonor. Entre ese numeroso ramillete de jugadores de la casa estaba Pedro Ortíz, que marcó un golazo desde 40 metros para darle el empate final a los suyos. Ahora la Ponferradina ha puesto sus ojos en él, aunque de momento el Sevilla se muestra reacio a su cesión.

La trayectoria de Pedro Ortiz en el conjunto andaluz está llena de momentos duros. Esos momentos que fortalecen o dejan tocado para siempre, ya no sólo a cualquier profesional del deporte, sino a cualquier persona. Tras firmar por el Sevilla, después de su paso por el Atlético Baleares, juega dos temporadas en el filial donde no es indiscutible. A pesar de eso, acaba encontrando su sitio y se hace con la capitanía. Algo ve en él Julen Lopetegui, que se lo lleva a la pretemporada del primer equipo donde tiene unos minutos espectaculares ante el PSG, mostrando sus excelentes cualidades: buen trato del balón, personalidad, visión entre líneas y un golpeo a tener en cuenta.

Sus buenas maneras le permiten comenzar la Liga pasada teniendo una oportunidad. En algo más de 10 minutos, le da una asistencia a Lamela para cerrar el 3-0 final frente al Rayo. Ya estaba apuntado en la libreta de Lopetegui, que como es costumbre en él, lo mandaba a jugar con el filial para no acelerar los procesos. Pero no puedo volver a disfrutar de más minutos con el primer equipo. En un encuentro con el Sevilla Atlético frente al Algeciras sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior: 8 meses de baja y temporada en blanco. Un parón en seco cuando comenzaba a despuntar.

Este nuevo curso debía ser el de su regreso. El duro trabajo realizado, con jornadas maratonianas, unido a la ausencia en los entrenamientos con sus compañeros, viendo los partidos en la grada, aumentaban sus ganas por revertir la situación. El apoyo y cariño del club fueron fundamentales en este momento, ya que prolongaba su contrato hasta el 2025. En plena pretemporada y poco antes de iniciarse la competición, otra inoportuna lesión le dice que debe frenar su puesta a punto. Un esguince de rodilla, que lo mantiene mes y medio fuera de la dinámica de grupo.

Pero el momento más importante no iba a ser ese. También en este curso falleció su madre. Un golpe moral que Pedro trata de superar con el paso del tiempo. Ahora de regreso con el filial espera recuperar su mejor versión. Su mayor apoyo y seguidora verá cada partido de su hijo desde el cielo. Como hizo el golazo ante el Mónaco lo dedicó mirando al cielo. Un motivo más para coger impulso y tratar de derribar cada muro que se le ha puesto en su camino en su contra carrera futbolística. En el Sevilla se piensa que hay pelotero de los caros en Pedro Ortíz. Le aguarda un futuro prometedor.