Tom de Mul no olvida su primera pretemporada con el Sevilla: "Había 45 grados y se me redujeron las botas"
El exfutbolista belga trabaja ahora como representante. Su agencia, A-Group, se ha unido recientemente a You First.
A Tom de Mul (Kapellen, Bélgica, 38 años) las lesiones le jugaron una mala pasada. Obligado a tener que dejar el fútbol con tan sólo 28 años, el ex futbolista del Ajax de Ámsterdam y Sevilla, entre otros, es desde su retirada agente de jugadores. "Es algo que me hace feliz", confiesa. Director de la empresa de representación A-Group, hace unos días la agencia belga anunció su unión con You First. Sobre qué supone esa fusión y sobre su etapa en el Sevilla, donde tan sólo pudo disputar un partido completo en cinco temporadas, De Mul charla con Relevo.
Para A- Group, ¿qué supone fusionaros con una agencia como You First?
Para nosotros supone un paso importante e interesante para crecer. Conocimos a las personas de You First hace un tiempo y desde hace año y medio, aproximadamente, veníamos hablando para hacer cosas juntos. Esta fusión no sólo es interesante para nuestro crecimiento, también lo es para nuestros jugadores porque podremos ofrecerles más posibilidades. Estoy muy feliz.
¿Cuántos años llevas en el mundo de la representación?
Ocho años.
Ser agente, ¿es más complicado que ser futbolista?
No podría decirte qué es más complicado. Son cosas diferentes. Ser agente me permite seguir relacionado con el fútbol, que es y ha sido siempre mi pasión. Es algo que me hace feliz.
De todas las operaciones que has llevado a cabo, ¿cuál ha sido la más complicada?
Una operación complicada fue la de Moussa Dembélé del Tottenham al Guangzhou chino. Fue complicada de hacer por las diferencias de cultura, de forma de pensar…Que el traspaso se llevara a cabo era algo importante para Moussa porque ya estaba en el último tramo de su carrera. Al final pudimos hacerlo.
El mundo de la representación y de los agentes lleva implícito mucha presión, operaciones que están a punto de cerrarse y que de pronto, se caen...
Son cosas que siempre pasan. Es complicado porque hay escenarios en los que el club quiere una cosa y el jugador quiere otra. Nosotros defendemos lo que quiere el futbolista. Hay momentos de dificultad, pero es nuestro trabajo. Un jugador que cambia de opinión en el último momento, el club cambia algunas cosas en el contrato... Son momentos de emoción y muchos nervios, pero después de ocho años uno ya tiene experiencia para buscar soluciones.
De los futbolistas con los que trabajáis, ¿hay posibilidad de que podamos ver a alguno pronto en España?
Tenemos un buen portero en el Amberes, Jean Butez. Vincent Janssen, también del Amberes, es muy buen delantero. Jorne Spileers, central joven del Brujas, es otro de los que podría tener posibilidades.
Hablemos ahora del Tom de Mul jugador. Te retiraste muy joven, con sólo 28 años a causa de las lesiones. ¿Crees que el fútbol fue injusto contigo?
No lo creo. Son cosas que pasan. Fue mala suerte, pero la vida siempre te abre otras puertas. La experiencia que he tenido como futbolista es algo que ahora puedo aportar a nuestros clientes. Es cierto que la carrera de un futbolista suele durar más tiempo, pero es algo que he tenido que aceptar.
¿Lo pasaste mal?
Siempre lo pasas mal. Ser futbolista no es una profesión como otra. Es una pasión. Te dedicas a esto desde muy joven y si tienes que dejarlo por las lesiones… es difícil. Pero tienes que aceptarlo y seguir avanzando porque siempre hay cosas positivas.
Empezaste tu carrera en el Ajax de Ámsterdam. ¿Eras consciente de que había muchas esperanzas puestas en ti?
Empecé en la academia del Ajax cuando tenía 15 años y con 17 jugué por primera vez con el primer equipo. Fueron años importantes en mi vida y en mi carrera y sí, tenía esa sensación de que la gente tenía esperanzas puestas en mí.
Del Ajax te marchaste al Sevilla, ¿qué recuerdos tienes de tu etapa en en el club hispalense?
El Sevilla es un gran equipo. Es un club que tiene algo especial con la afición. Es increíble. Mi etapa allí no fue como yo quería por culpa de las lesiones. Pese a eso, tengo recuerdos muy buenos de mi etapa en el Sevilla, del club, de la ciudad… Fue una época muy bonita de mi vida.
¿Por qué te decidiste por el Sevilla? Había más equipos interesados
Estaban interesados el Atlético de Madrid y clubes de otros países, pero yo quería jugar en España y en el Sevilla, porque en ese momento era el tercer equipo en vuestro país por detrás del Barça y de Real Madrid. La operación, sin embargo, no fue fácil. El Ajax quería renovar mi contrato y que me quedara uno o dos años más. Monchi vino a Bélgica, a nuestra casa, para explicarnos el proyecto y al final, pese a que el Ajax no quería que saliera, se pudo hacer.
¿Fue complicada tu adaptación?
Sí, porque yo no hablaba nada de español. Tuve que aprenderlo porque en Sevilla la gente no habla mucho inglés. Era joven y al principio no fue fácil. Después, poco a poco, fui adaptándome. Escudé, con quien había coincidido en el Ajax, Maresca, Frédéric Kanouté y Khalid Boulahrouz me ayudaron con mi adaptación.
Pese a llegar como uno de los grandes atractivos, sólo disputaste 689 minutos en cinco temporadas con la camiseta del Sevilla. Las lesiones fueron tu gran hándicap.
Deportivamente no fue como yo quería principalmente por las lesiones. No pude jugar cómo yo quería ni tampoco tuve los minutos que anhelaba. Pese a ello recuerdo mi paso por el club como algo muy positivo. Quise demostrar más, pero cuando terminas tu carrera lo ves todo con ojos diferentes y sólo te acuerdas de lo positivo.
Hubo mucha gente que visto tu rendimiento no entendió tu fichaje.
Eso es el fútbol. Cuando todo va bien, todo el mundo dice cosas positivas de ti. Cuando no va tan bien, hay que aceptar que te critiquen. Es algo que intento decirle también a nuestros jugadores. El fútbol es así. Hay que buscar el equilibrio porque cuando juegas bien todo el mundo está ahí para ti, pero cuando va mal hay que aprender a relativizar. Forma parte del fútbol.
Imagino que tampoco ayudó que en tu mismo puesto jugara Jesús Navas
Navas era un buen jugador, muy querido en Sevilla. Tampoco se lesionaba mucho, así que no era fácil. Pese a la competencia, tenía muy buena relación con él. Era un muy buen chico, muy respetuoso. Nos llevábamos muy bien.
Te sorprende seguir viéndole jugar a sus 38 años
No sé cuándo va a parar (risas).
Deportivamente no te fue bien en el Sevilla, pero de la ciudad te enamoraste. Estuviste incluso a punto de montar una escuela de pádel allí.
Así es. En su momento quise montar algo allí relacionado con el pádel. Era un deporte que siempre me había gustado y que empecé a practicar en España. No salió porque decidí volverme a Bélgica y ya empecé mi carrera como agente.

¿Qué fue lo que más te sorprendió cuando llegaste a Sevilla?
Me gustó mucho el hecho de que la gente estuviera siempre en la calle. Hacía muy buen tiempo. La mentalidad de los sevillanos es algo de lo que también me acuerdo y por supuesto del calor (risas). La primera pretemporada fue muy dura. Había 45 grados o así y tuve problemas con las botas porque por el calor se me redujeron un poco. De eso me acuerdo mucho (risas).
¿Cómo era tu relación con Monchi? Siempre se ha dicho que es un director deportivo muy cercano.
Siempre he tenido buena relación con él, incluso ya siendo yo agente. Es uno de los mejores directores deportivos del mundo. Tiene ojos para descubrir buenos jugadores y construir buenos equipos.
¿Qué compañero te sorprendió más en los entrenamientos?
Kanouté. Era muy buen jugador, muy inteligente y con mucha calidad. Keita, que después se fue al Barça, también me sorprendió. Era muy fuerte. Daniel Alves era un jugador increíble.
¿Te impresionó el Sánchez Pijuán?
El ambiente es impresionante. La pasión y el ambiente que se vive en el Sánchez Pijuán es algo que he visto muy pocas veces en mi vida. Como cantan, como animan... Es espectacular.
¿Con qué momento te quedas de tu etapa en el Sevilla?
Con el gol que le marqué al Getafe.