El problema de la grada de animación se enquista en San Mamés y la preocupación se dispara: "Es un cementerio"
Pese a la goleada y el gran momento del Athletic, el conflicto social va en aumento y enciende las alarmas por posibles consecuencias a nivel deportivo.

Es evidente que algo se ha roto en San Mamés y en el Athletic. En Bilbao, en definitiva. Pasan las semanas, incluso los meses ya, y el conflicto entre un sector de la Grada Popular rojiblanca y la directiva sigue sin solución, agravándose en cada partido en los que las noticias llegan suceden en el césped pero también en las tribunas. Ante el Valladolid, se tocó fondo. Mientras los jugadores cuajaban uno de los mejores partidos del siglo, con la mayor goleada vista en Bilbao desde 1994, en La Catedral apenas hubo cánticos, más allá de los intentos esporádicos de algunos aficionados sueltos.
El resto fue un silencio preocupante que solo rompieron los goles, las ovaciones en los cambios de Nico Williams y Óscar de Marcos y, lamentablemente, las reivindicaciones de la Herri Harmaila y los silbidos del resto del estadio. Se llegaron a pitar, incluso, los habituales gritos que piden justicia por Iñigo Cabacas, el aficionado que murió en 2012 por un pelotazo de goma lanzado por la Ertzaintza. El problema ha llegado a un punto que parece enquistado y cada partido en San Mamés es más evidente. La huelga ha dejado paso a un conflicto entre diferentes sectores que cada vez mayor.
Desde que el grupo Iñigo Cabacas Herri Harmaila levantó oficialmente la huelga en la previa de recibir al Viktoria Plzen se han disputado otros dos encuentros ligueros, ante el Girona y el Valladolid. Dos victorias contundentes que siguieron un guion similar en la zona de animación, absolutamente muda hasta el minuto 12. Un minuto siempre relacionado con la afición y aprovechado en este caso para reivindicar la 'lucha' que están manteniendo: "Herri Harmaila aurrera". Gran parte del resto de los aficionados pitaron en ambos encuentros estas proclamas.
Se ha generado una división que este domingo se acrecentó en el tramo final, con cuatro minutos de intensa pitada cuando ya el choque estaba decidido y desde la zona de animación se aprovechó para reivindicar su importancia en la vida del club. El "Athletic gu gara" (Somos el Athletic) fue también acallado por el resto de aficionados, que si bien respondieron a estos cánticos con pitos, no consiguieron impulsar ninguna animación durante el resto del encuentro. Algo que, precisamente, se critica en muchos foros en los que se defiende el papel de estos grupos que acostumbran a dinamizar la animación.
"Ha habido algo de desencuentro, principalmente por su parte. Estamos trabajando con ellos para ver si conseguimos arreglar lo que está sucediendo y que San Mamés sea una caldera en la que haya mucho ambiente y muchísima animación, pero siempre basada en el respeto que es uno de los valores fundamentales del club. Como digo estamos trabajando en ello y tengo confianza en que lo conseguiremos", dijo Jon Uriarte en la previa del encuentro en los micrófonos de Dazn.
El papel clave de San Mamés
Para entender la gravedad del asunto, el 'homenaje' a Óscar de Marcos es el mejor ejemplo. Hay pocas figuras que generen mayor consenso en la masa social rojiblanca que el actual capitán, pero ni siquiera esto fue suficiente para poner de acuerdo a los miles de seguidores bilbaínos. Más allá de la impresionante ovación que recibió cuando dejó el estadio, se escucharon cánticos sueltos coreando su nombre para poner en valor sus 561 partidos, pero no llegaron a cuajar y se acabaron dispersando, al igual que muchos otros cánticos durante el encuentro.
👏 Nos vienen meses muy importantes.
— Athletic Club (@AthleticClub) February 23, 2025
✊ Vamos a por todo. #AthleticRealValladolid #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/VR5L0cgeq5
Durante la mayor goleada en 40 años, tampoco hubo un solo bufandeo generalizado. Ni un momento de celebración espontánea. "Da pena. Es un 'cementerio' y cada día más", dicen desde dentro. Las sensaciones son malas y preocupa a nivel social, pero también deportivo. Aficionados y jugadores coinciden en la frustración que se vive en el entorno por estar ante una oportunidad de oro de hacer historia, pero conscientes de que para ello es necesario un San Mamés unido.
A nadie se le escapa que este conflicto subió de nivel -en cuanto a atención mediática, al menos- cuando Unai Simón e Iñaki Williams entraron al debate y criticaron la huelga y, sobre todo, las coacciones a quienes sí querían animar. Hay temor a que en meses tan ilusionantes como los que se avecinan el ambiente siga enrarecido y que el equipo no tenga el apoyo necesario en partidos clave, como puede ser el del próximo 13 de marzo ante la Roma en San Mamés. Por el momento, los jugadores han dejado de acercarse al término del encuentro a celebrar con este fondo.
Teniendo en cuesta que se esperan a unos 2.500 aficionados romanos en la Catedral, si el ambiente es el de estos últimos encuentros se sentirán mucho más los cánticos visitantes que los locales. ¿Habrá solución en las próximas semanas? Esa es la gran pregunta que se hace gran parte del entorno rojiblanco.
Reuniones sin avances en el corto plazo
La pasada semana el club tenía fijadas tres reuniones claves de cara a poder arreglar el conflicto en la Grada Popular. Habían programado tres reuniones individuales con cada uno de los grupos más importantes: ICHH, Euskal Lions Taldea y Piratak. Estos últimos son los únicos que siguen ondeando sus banderas y que por momentos han liderado la animación. Sin embargo, este pasado jueves Euskal Lions hizo público un comunicado en el que criticaban las formas de la entidad, sobre todo por la publicación desde el Club de un documento con unos "principios básicos" antes de reunirse con estos colectivos.
"Desde Euskal Lions Taldea seguiremos trabajando conjuntamente siempre que el objetivo sea construir en lugar de destruir. Por el momento, animaremos a nuestro Athletic desde nuestras localidades como cualquier otro socio y socia, pero no mostramos firmes a no utilizar los elementos de animación hasta que el Club nos garantice esa seguridad para todos y todas", cerraban en su comunicado.
La contundencia mostrada por Uriarte en sus declaraciones tiene continuidad también a la hora de tratar el asunto de forma interna, convencido de que hay unas líneas rojas que son inamovibles para la entidad bilbaína. Se buscan alternativas para recuperar la animación, aunque por el momento ningún otro colectivo ha querido asumir el liderazgo de la animación a través del micrófono y los bombos, propiedad del club, que se encuentran en el centro de grada norte. Los próximos días serán clave, con los duelos ante el Mallorca y la Roma en el horizonte y cada vez con menos tiempo para solucionar un conflicto cada vez más enquistado.