Un problema de pasaportes obliga a Ancelotti a tirar de un asistente de emergencia

El Real Madrid ya se ejercita en Chicago. La delegación blanca, repleta de canteranos, trabajó por primera vez en las instalaciones de la Universidad de Illinois. Especial atención a las caras nuevas, como Endrick o los canteranos, más motivados que nadie por poder lucirse ante los ojos de Carlo Ancelotti. Hubo intensidad y ritmo en una sesión que comandó Davide Ancelotti como suele ser habitual, aunque no contaba con su principal apoyo compañero de batallas.

Francesco Mauri, primer asistente de los Ancelotti y una de las voces habituales en los entrenamientos del Real Madrid, no pudo viajar de España a Estados Unidos por un problema en su pasaporte. Nada importante, pero el contratiempo le hará perderse las dos primeras sesiones en Chicago, lo que ha tardado en solucionarse. Llegará para el duelo contra el Milan.

Ante la falta de uno de sus hombres más enérgicos, Carletto tuvo que llamar a filas a uno de sus veteranos, Simone Montanaro. Otro miembro del clan italiano del entrenador, más acostumbrado al análisis de vídeo, echó una mano a Davide apretando a los jugadores para que el entrenamiento tuviese la mayor tensión posible. Eso sí, sus gritos no sonaban tan fuertes como los del hijo del técnico.

Davide empezó mal la sesión. Salió a colocar algo de material y se encontró con unos aspersores que estuvieron echando agua durante demasiado tiempo, retrasando los planes. "¿Cómo vamos a entrenar?", gritaba desde la distancia para después acercarse a su padre y que ambos pidiesen que se parase el riego.

El último inconveniente de la mañana, el más importante de todos, lo protagonizó Jesús Vallejo, que se marchó antes de que acabara la sesión junto a uno de los fisios por unas molestias. El club asegura que se trata de una sobrecarga en la pierna derecha, pero todo apunta a que no podrá comparecer en el partido del Soldier Field del próximo miércoles.