Cuál es el protocolo que llevó a la suspensión del Granada-Athletic
LaLiga no cuenta con ninguna normativa en caso de las atenciones médicas. La decisión final es del árbitro, siempre imperando el sentido común.
El Granada-Athletic fue suspendido por una emergencia médica en la grada, que terminó en la peor de las noticias: el fallecimiento de un aficionado tras sufrir un infarto. Ortiz Arias paró el encuentro tras el aviso de Unai Simón, que se enteró tras los gritos desde la grada. Ocurrió en el 17:09 y se extendió hasta el 37:20. Entonces, el colegiado decidió mandar a los jugadores a los vestuarios mientras los médicos de ambos equipos atendían al seguidor.
Con los jugadores en los vestuarios, los servicios médicos continuaron atendiendo al seguidor, que tardó en ser trasladado en ambulancia porque no se encontraba estable. Finalmente, falleció. De primeras, la situación era la siguiente: una vez se atendiese al seguidor y pudiera acudir al hospital, el partido se reanudaría tras un breve calentamiento. Era la intención inicial y así se trasladó a los clubes. Pero la gravedad de la situación les llevó a acordar definitivamente la suspensión del encuentro, que queda pendiente de reprogramación. Podría jugarse este mismo lunes. ¿Pero cuál es el protocolo que ha llevado a suspenderlo?
¿Existe un protocolo?
No. Ya es de común acuerdo que el partido se pare cuando hay una emergencia en la grada. Una vez eso ocurra, el partido queda detenido hasta que la persona en cuestión pueda recuperarse o pueda ser trasladada en un centro médico. Lo más natural es que entonces se reanude el partido, pero el consenso es que impere el sentido común y el espectáculo deportivo quede en un segundo plano porque siempre debe primar la seguridad de todos y las vidas humanas, por supuesto, ser prioritarias ante el deporte.
Otro asunto es cuál es el protocolo que deben seguir los clubes y estadios para que la emergencia médica llegue al colegiado y pueda proceder al parón inmediato del encuentro. Ahí cada propio club puede tener un protocolo diferente. Lo más natural es que desde la grada o los miembros de seguridad informen de lo que está ocurriendo y eso acabe llegando a los delegados de campo o los directores de partido que deben proceder a comunicárselo a los médicos y los colegiados para que la atención pueda llegar lo antes posible. Las circunstancias hicieron en esta ocasión que Unai Simón fuera el interlocutor que se lo comunicó al linier y a Ortiz Arias.
El Reglamento General de la RFEF en su artículo 240 establece las causas de suspensión de los partidos, pero no especifica algo como lo sucedido en Los Cármenes:
"2. El árbitro podrá suspender la celebración de un partido por las siguientes causas:
a) Mal estado del terreno de juego.
b) Inferioridad numérica de un equipo, inicial o sobrevenida, en la forma que prevé el artículo 223.
c) Incidentes de público.
d) Insubordinación, retirada o falta colectiva.
e) Fuerza mayor".
Aunque introduce un matiz importante: "En todo caso, el árbitro ponderará tales circunstancias según su buen criterio, procurando siempre agotar todos los medios para que el encuentro se celebre o prosiga. A tal efecto, el equipo arbitral designado para dirigir un partido deberá personarse en el campo con una antelación mínima de hora y media, al objeto de reconocerlo, examinar sus condiciones y tomar las decisiones que considere pertinentes para que se subsanen las deficiencias que, en su caso, advierta".
¿Quién decide que se suspenda un partido?
La última decisión la tiene el árbitro, pero no es algo que imponga él, en este caso, Ortiz Arias, sino que puede llegar a un consenso con los equipos, los delegados de los equipos y los directores de partido de LaLiga. Así ha sido en este caso, aunque el colegiado siempre puede imponer la suspensión si así lo considera, por petición de uno de los equipos...
Lo ocurrido en Los Cármenes acabó traduciéndose en una conversación entre los clubes y los responsables del partido, que acordaron entre todos que el partido se suspendiera. En esta decisión, además, del colegiado, los delegados o los jugadores y la figura del director de partido.
Esta fue creada hace nueve temporadas y se encarga de que todo transcurra de forma idónea: tiro de cámara, publicidad, equipaciones... Digamos que son los ojos de LaLiga y se encargan de velar porque todo esté correcto. Estos últimos no son responsables de lo que ocurra con los aficionados, aunque su labor de velar por que todo funcione de forma adecuada también les sitúa como protagonistas principales a la hora de tomar decisiones en esta clase de eventos.