Furgonetas 'fantasma' con Flick y un cambio de coche con Bergvall: las peripecias del Barça para escapar de la prensa
El club trató de esconder sus llegadas a Barcelona, pero les fue imposible contener a la prensa.

"El banquillo del Barça es uno de los más complicados porque hay que gestionar muchas casas. En Manchester todo lo que hacemos queda dentro y en el Barça todo sale", reflexionaba Pep Guardiola al ser preguntado sobre la actualidad del club blaugrana y apoyándose en esta justificación para dinamitar una hipotética vuelta al banquillo culer. Hace tiempo que el Barcelona se ha convertido en una especie de Gran Hermano.
Todo sale, todo se sabe. Con información más o menos contaminada, uno puede saber en qué casa se reúne la plantilla para hacer una comida de hermandad, dónde y con quién está Joan Laporta, qué hizo Xavi durante las últimas horas como entrenador y hasta qué cenó la comisión deportiva y el exentrenador el día que sellaron continuar una relación que se quebraría al cabo de un mes.
Dos ejemplos recientes, con personas venidas de fuera, evidencian que entre las filtraciones del club y un periodismo que ha cambiado explorando los límites de la inmediatez. Las primeras horas de Hansi Flick y Lucas Bergvall en Barcelona les mostraron que en la capital catalana no todo empieza y termina en el terreno de juego.
Furgonetas 'fantasma' y una puerta trasera para Flick
Todo el mundo sabía qué día iba a llegar Hansi Flick a Barcelona. Además, aplicaciones como Flightradar, que ayudó a destapar la reunión de Deco y Bojan en su viaje a Londres, detalla con exactitud dónde aterriza cada jet privado y ayuda a determinar incluso por qué zona del aeropuerto puede llegar a salir un futuro fichaje. En el caso del alemán, varios medios de comunicación se agolparon en el Hotel Majestic, en el centro de Barcelona.
El club bunkerizó la llegada del nuevo entrenador para que la primera foto, la que anuncia la oficialidad, saliera de las cuentas del Barcelona y no vía medios. Antes de mediodía, sin que nadie lo hubiera visto en el aeropuerto, una furgoneta negra con los cristales tintados entró al hotel por una entrada secundaria, no por la principal. A la hora de comer, mientras Flick esperaba en su habitación, dos furgonetas salieron del parking simulando llevar al entrenador. Y por si alguien osó seguirlas, la jugada fue maestra: una fue a la Ciutat Esportiva, mientras que la otra pasó por dos restaurantes donde tiende a reunirse gente del club.
Flick se quedó comiendo en el hotel, el lugar más evidente, y luego, más relajado, bajó al hall. Fue entonces cuando un periodista de Sport logró hacerle la primera foto. Por la noche, en una cena con su gente y miembros del club, entró en un famoso restaurante de Barcelona por la puerta de atrás. Regateó una primera hornada de periodistas. Pero ni de esas se salvó. Un periodista que, de celebración, cenaba en ese restaurante, le vio de casualidad. Barcelona no es tan grande como puede parecer.
150 personas persiguiendo a Bergvall le obligaron a cambiar de coche
Uno de los culebrones del invierno fue el de Lucas Bergvall. El joven futbolista sueco estaba en el radar de varios grandes de Europa y el cerco se fue estrechando. Barça y Tottenham quedaron como sus grandes pretendientes. La semana que cumplía los 18, Bergvall y su familia volaron en jet privado a Barcelona. Entonces ya estaba prácticamente seguro de que quería aceptar la propuesta de los Spurs, pero quiso escuchar a Deco antes.
El director de fútbol blaugrana se lo llevó a comer a La Venta, un restaurante en la montaña con vistas a toda la ciudad. "Estábamos comiendo, miramos fuera y nos encontramos 150 personas intentando entrar", explicó Bergvall en una entrevista con The Athletic. "Subimos a un taxi, fuimos hasta la ciudad y nos seguían persiguiendo. Entramos a un parking y cambiamos de coche", detalló el sueco.
"Fue un día de locos. Llegué a casa y tenía que decidir", explicó Bergvall, que tras acabar la temporada en el Djurgardens aterrizará en Londres este verano. Su primer día en la ciudad condal, así como el de Flick, sirven para explicar que las formas de comunicar han cambiado. Barcelona es pequeña y los periodistas la estrechan todavía más.