Quién es quién en el entorno de Xavi: familia, amigos, el bar Tibidabo... y la maldita prensa
El círculo del de Terrassa se ciñe a 20 kilómetros a la redonda, con amistades forjadas desde niño.

El entorno de Xavi y su vida podrían concentrarse en 20 kilómetros, los que separan Terrassa del Camp Nou; o al menos eso es lo que él solía decir hasta que hizo las maletas y emigró a Catar para ganar dinero y jugar a fútbol. Allí decidió que iba a ser entrenador, y empezó a ejercer y le fue a buscar dos veces el FC Barcelona.
Y anda ahora, dimitido y peleando, convencido de que hay Liga camino del Metropolitano, encerrado en sí mismo, protegido por un entorno que siempre se había resumido en familia, amigos y fútbol, pero al que ha añadido a la Prensa, que en su día contó como aliada y ahora ha convertido en enemiga.
Una parte del entorno que, sorprendentemente, Xavi parece haber descubierto ahora, como entrenador. Él, culé de toda la vida, jugador mítico, parte del barcelonismo desde que nació en la calle Galileu de Terrassa.

Núria Cunillera, su esposa
Núria Cunillera estudió Periodismo en Vic y un máster en la Blanquerna de Barcelona, donde Ramon Besa fue su profesor. Trabajó en TV3, en Canal Digital y en TMR Comunicación como ejecutiva de cuentas. Se casaron en julio 2013, en el jardín botánico de Blanes. Tienen dos hijos, Asia y Dan. Muy activa en las redes sociales, siempre elegante. Viven en lo que se conoce como la zona alta, en un céntrico ático por encima de la Diagonal y tienen casa en la Costa Brava.
El bar Tibidabo, Joaquín y 'la Mercè'
El padre de Xavi le dio los genes de futbolista a él y al resto de la familia. Nacido en Almería, llegó mediada la década de los 50 del siglo pasado a Terrassa, ciudad industrial del Vallés, y comenzó a frecuentar el Bar Tibidabo. Sencillamente porque el almacén del local servía de destartalado vestuario para el Sant Josep, un equipo que durante varios años ganó uno de esos populares campeonatos de empresas que se disputaban por muchas localidades españolas, en el que jugaba su padre. Eran dos críos.
Joaquín llegó a jugar en Primera y se casó con la niña del Tibidabo, la Mercè, que cocina unos macarrones espectaculares. Tuvieron cuatro hijos. A Xavi lo mandaba a comprar el pan cuando llegaba del colegio al mediodía y el niño se enzarzaba en algún partidillo en la plaza del Progrés, le cerraban la panadería y volvía a casa sin la barra para la comida. Trabajó de administrativa. Según Xavi, ahora "viene ella más a Barcelona que yo a Matadepera, cosa de los niños".
Los hermanos: Óscar, Álex, Xavi y Ariadna
Xavi pesó tres kilos y medio, nunca llevó chupete, lo ganó todo y ahora trabaja con Óscar, el mayor de la familia. Óscar es padre de dos hijos y trabajó organizando eventos deportivos –entre ellos los campus de verano que llevan el nombre de su hermano- antes de irse a Catar. Lleva hablando de fútbol con Xavi toda la vida. Álex, el hermano de Xavi al que un expresidente de la federación catalana muy amigo suyo llamaba cariñosamente Tarzán, vivió mucho tiempo entre Madrid, en medio de la farándula, como pareja de una actriz, y Miami, donde organizaba campus deportivos. Suele mandar mensajes evitables a periodistas desde hace tiempo. Incontrolable.
Ariadna es la pequeña. "Una crack", dice Xavi de su ojito derecho. Solía hacer rondos con los hermanos en el jardín de la casa de Matadepera, tuvo un centro de logopedia y estudió Psicología. Compartió litera hasta los 13 años con el hoy entrenador del Barcelona, secretos de adolescentes y de colla, ya que salían en la misma cuadrilla. Si no ha llegado a las manos defendiendo a su hermano en algún campo, ya en tiempos de jugador, poco le ha faltado. Si existe el xavismo, es ella antes que su madre, que ya es decir. Ahora se ven menos, claro, pero se buscan. Ella es muy discreta.
Los amigos: el Cholo, el Justri, Rubén, Benji, Juárez o Marta
Con Albert Justribó compartían pupitre. Un fenómeno. Fue el primero en saber que Xavi había fichado por el Barça. Tenían 12 años. Le pidió que no se lo dijera a nadie porque le daba miedo que el resto de la clase le viera diferente y dejaran de ser amigos. Siempre fue su compañero de futbolín. El Justri jugaba delante, porque es zurdo y dominaba la media. Solían ir mucho al Velero y al Reina Victoria, dos baretos del centro de Terrassa, dos lugares de confianza.
Con el Cholo llegó a compartir piso un tiempo en el 2012. "La crisis, nano, la crisis", reía entonces Xavi, que siempre tuvo retranca y ahora, "serán cosas de la edad", bromean en el club, parece mucho más serio. Seguramente, eso que se llama el síndrome del entrenador, esa soledad que a muchos técnicos los deja calvos, canosos, les lleva a teñirse, a ir en bicicleta, a ver vacas en los prados o les arruga como pansas el careto y les cambia el humor. En fin, gente extraña los entrenadores. Bueno, con excepciones.
📌Xavi y el 'guardiolismo', un fantasma que recorre los pasillos del Barça
— Alberto Martínez (@super_martinez) March 14, 2024
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El cuerpo técnico: la mano en el fuego
Empezando por su hermano, fidelidad absoluta. Xavi pone la mano en el fuego por todos ellos, a nivel personal y a nivel profesional aunque en el club, en las altas esferas, claro, y a excepción seguramente de Yuste, el vicepresidente deportivo, circule la cantinela de que podría haber escogido mejor las piezas. En cualquier caso, además de Óscar, conocido como Óscar Klopp por algunos graciosillos, es su mano derecha. Entre Óscar y Xavi está Sergio Alegre, otro preparador de confianza de la leyenda blaugrana. Sergio es el técnico que se encarga de las jugadas a balón parado.
La izquierda sería Iván Torres, su preparador físico, de Terrassa como Xavi, que trabajó en el Larnaka, en el Apoel, en el Leeds y en el Al Saad con el entrenador azulgrana, pero que ha sido algo cuestionado últimamente. David Prats capitanea el llamado Tridente, el grupo de scoutings del equipo que completan Toni Lobo y Sergio García. Formó parte de la Quinta del Troya en el fútbol base azulgrana y desde entonces es amigo de Xavi.
Los tres son amigos del entrenador desde siempre y juntos trabajaron en el Sant Gabriel, el Sant Andreu y el Al Saad. El entrenador de porteros, José Ramón De La Fuente, tiene una larga trayectoria en el primer equipo y el fisioterapeuta, Carlos Nogueira, fue una recomendación de Raúl Martínez, el mítico "mago" de la Selección. Además, claro, se incorporó con Xavi el doctor Pruna, que garantizaba cero lesiones, como si en estos años eso fuera posible. También hay readaptadores, nutricionistas psicólogos, dos delegados, encargados de material.... en total, 36 personas.
La prensa, el nuevo elemento
Cuando Xavi llegó se encontró un solvente equipo de prensa que desde hace años acompaña al primer equipo. Sergi Nogueras y Xavi Guarte. En teoría, Nogueras se dedicaba al entrenador en exclusiva, pero debió parecerle poco a alguien, puede que al entrenador, así que al principio de temporada se incorporó Edu Polo, periodista de larga trayectoria (Mundo Deportivo, Cadena SER) y amigo personal del entrenador, para ejercer de su asesor personal.
Era miembro del núcleo duro de amigotes de Xavi en los medios de comunicación que completaban el periodista de TV3 Jordi Grau y en teoría Javi Fans Miguel, ex del Diario Sport y actual colaborador del Diario As. No parecen llevarse muy bien entre algunos ellos, la verdad, aunque la relación es buena entre Polo y Grau. Y Xavi no parece aceptar muy bien las críticas, especialmente de los periodistas que él considera afines a Guardiola, que deben ser muchos, porque se dice que ha elaborado una lista de más de veinte profesionales, "la lista de los 25", a los que tiene ojeriza y no perdona ni una.
No está claro si le comen la oreja chivándole artículos, comentarios y cosillas o él mismo se emparanoia, que parece probable. En cualquier caso, es evidente que lo lleva fatal y no parece que tenga motivos, ocupando el cargo que ocupa.
Y, por último, las influencias
Ariadna, su hermana, siempre dijo que Xavi "es muy tozudo". Eso da sentido a la frase "el problema de Xavi es que no escucha a nadie", pronunciada por una persona cercana, alguien que forma parte de eso a lo que Johan Cruyff llamó "el entorno". En este caso, el entorno de Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona.