"A Bordalás no le puedes engañar; con él sabes que vas a sufrir, pero que cumplirás el objetivo"
Juan Iglesias y Marcos Lavín radiografían el éxito del entrenador desde Ibiza. "Era el único que nos podía ayudar a salir de ahí abajo", dice el lateral.

Ibiza.- Las carreras de Juan Iglesias (24 años) y Marcos Lavín (26) han seguido rumbos distintos desde que lateral y portero se hicieran íntimos en el filial del Getafe hace tres temporadas. El primero, un fijo para Bordalás, ha conseguido asentarse en la élite y convertirse en uno de los jugadores más queridos por el Coliseum; el segundo, guardameta y canterano del Real Madrid, ha militado esta temporada en el Atlético Saguntino de Segunda Federación. Sus caminos vuelven a juntarse en sus vacaciones en Ibiza, donde atienden a Relevo para charlar de sus expectativas, de experiencias compartidas... y del técnico alicantino, una figura clave en el crecimiento de ambos.
"A Bordalás no le puedes engañar: te pesa todos los días con un miembro del cuerpo técnico y te lo anota a mano. Con él sabes que vas a sufrir, pero nunca he estado tan bien físicamente como aquel año", recuerda Lavín, que ejerció de tercer portero durante la 19-20. Guarda un "muy buen recuerdo" del entrenador, pero reconoce que su influencia ha sido "mucho mayor" para Iglesias. Bordalás, no en vano, fue la figura que apostó por el pucelano cuando estaba en el filial y que le ha convertido en uno de los '2' más destacados de LaLiga.
"Nos podíamos imaginar su renovación, aunque se haya hecho esperar. Mi relación con él es casi inmejorable. Fue quien me hizo debutar en Primera y el que creyó en mí. Esta temporada, tras la destitución de Quique, todos sabíamos que necesitábamos que viniera él. Era el único que nos podía ayudar a salir de ahí abajo en la situación en la que estábamos. En cuanto llegó, todos depositamos nuestra máxima confianza en él y él en nosotros", cuenta el defensa, un enamorado de la filosofía de trabajo de Bordalás: "Cuando puso un pie en el vestuario, lo primero que nos transmitió es que confiaba en todos. Tenía gente que ya había estado con él en Getafe y confiaba mucho en esas personas, pero nos dijo que él ni cerraba puertas ni iba a apartar a ningún jugador. Y no ha habido ni un solo día que haya repetido alineación".
Eso, asegura, ha sido clave para conseguir la permanencia en el agónico esprint final. "Antes casi siempre jugaban los mismos... y eso dentro de un vestuario no genera ni buen rollo ni buen ambiente. Vino, lo cambió y la temporada acabó con Latasa jugando espectacular después de no participar en todo el año, con Mata de titular… La gente que no estaba contando nada nos ha sacado de abajo".
Un descanso necesario después de un año asfixiante
La entrevista, en pleno puerto, se detiene durante unos minutos por la aparición en escena de varios excompañeros como Cabaco o Jorge Molina, exultantes después del ascenso conseguido con el Granada. Todos necesitan el parón... pero pocos como el vestuario del Getafe, que ha atravesado un curso atípico y lleno de reveses. "Ha sido un año duro, sí", admite Iglesias, que se toma la temporada como un "aprendizaje mental". "Hemos pasado por situaciones y por momentos de decir: 'Uf...'. Después de varios partidos lo he pensado: 'Hostia, nos estamos complicado mucho, cuidado...'. Lo importante es que ha salido todo bien. El objetivo era mantenernos y lo hemos logrado".
La meta, la próxima campaña, pasará por "no sufrir". "Si cumplimos el objetivo pronto, después podremos marcarnos otro. Espero que sea un año más tranquilo por nuestras familias y por la afición. Este ha sido de mucho sufrimiento. Cuando las cosas están jodidas, llegas a casa y lo pagas con los tuyos". Para tranquilidad de los seguidores azulones, el carrilero aprovecha la conversación para confirmar su intención de continuar en el Coliseum ("estoy bien y feliz") a pesar del interés de otros equipos españoles y del extranjero.
El sueño de volver a juntarse
Aunque se encuentren en puntos diferentes, Iglesias y Lavín mantienen viva la esperanza de que el fútbol les regale otra oportunidad de compartir vestuario. El guardameta, ambicioso, ya ha firmado con un equipo de Primera Federación para la próxima temporada y sólo piensa en regresar a la élite. "Mi objetivo es llegar a Primera. Habrá que tener paciencia y trabajar muchísimo, pero confío en mí mismo. En Sagunto he hecho una buena temporada, con buenos números. Primera Federación es un paso más hacia mi ilusión: volver a LaLiga". En su momento creció al lado de Casillas en Valdebebas y admite que se llevó "un palo duro", pero da pasos para cumplir su propósito. Iraola quedó encandilado con su actuación en el partido de Copa del Rey ante el Rayo y su campaña ha sido de sobresaliente, lo que ha motivado el interés de conjuntos de superior categoría.

"Sé que tengo un nivel superior a Segunda Federación, conozco hasta dónde puedo llegar. He estado ahí y no voy a parar hasta volver", se promete. Juan, que le conoce mejor que nadie, apoya su teoría: "Lo mejor de Marcos es su ambición. Cuando llegó a Getafe conecté muchísimo con él. Empezamos a quedar… y acabamos viviendo juntos en mi casa con mi hermano Gonzalo (ahora el agente de ambos). Si consigue mantener esa mentalidad al 100%, volveremos a jugar juntos". "¿Te lo imaginas?", le sigue Marcos con una sonrisa.
"Mi mejor recuerdo con él es un partido precisamente en Ibiza. Uno empezó a meterme balonazos y Marcos apareció corriendo como un tigre a defenderme", cuenta Juan; "el mío es otro en Melilla, el primero juntos", responde Lavín. La suya es una historia de amistad sincera y que anhela un punto de reencuentro. "Lo que espero de mi temporada", afirma el portero, "es disfrutar, ganar partidos y estar arriba en la clasificación. No he vivido nunca un ascenso y me encantaría. Creo que mi destino es una plaza muy buena para demostrar y competir. El objetivo del club es subir a Segunda". Si lo consigue, sus travesías ya estarán un pasito más cerca.