FC BARCELONA

Raphinha y el sueño americano: el círculo perfecto que no terminó de cerrarse

El brasileño vivió su primera gran noche con el Barça en el último Clásico en América.

Raphinha pelea un balón con Timber en el primer amistoso del Barcelona./EFE
Raphinha pelea un balón con Timber en el primer amistoso del Barcelona. EFE
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Dallas (Estados Unidos).- Unos días antes había debutado en el estadio de Inter Miami, cuando el club de Beckham todavía era una promesa de futuro. Raphinha se presentó en Las Vegas y soltó un latigazo tremendo para llevarse el Clásico de la pretemporada. El brasileño comenzó brillando, trayendo de nuevo la samba al Camp Nou cuando el futuro de Dembélé todavía era algo incierto. Un año más tarde, Raphinha volverá a encarar a la defensa madridista en los Estados Unidos.

Fue un año tan largo como reconfortante para el Barcelona. LaLiga y la Supercopa ganadas fueron certezas sobre las que seguir edificando el proyecto de Xavi. Con el Barça, en palabras de Laporta, en la UCI, Raphinha fue una de las inversiones para saltarse niveles a la hora de volver a competirentre los grandes. Para el ex del Leeds ha sido un curso con picos y valles. Tuvo momentos reveladores, pero también sintió vivir a la sombra de Dembélé y se enfadó en más de una ocasión cuando Xavi le sustituyó.

El Barça, que lo intentó vender en invierno, llegaba al verano con Dembélé en la plantilla. Mateu Alemany dijo públicamente que si el futbolista no renovaba pronto no le quedaría otra que seguir el resto de la campaña desde la grada. Xavi, por su parte, siguió creyendo en el que, ya el día de su presentación como entrenador, dijo que tenía potencial para ser el mejor extremo del mundo. Tampoco se sabe con certeza a día de hoy donde jugará Dembélé la próxima temporada. Sin la solución clara cuando el calor ya pegaba en Barcelona, Raphinha aterrizó en el Camp Nou.

El primer latigazo

Sus primeras apariciones fueron ilusionantes. Un extremo con desborde, capaz de generarse espacios para alimentar un área en la que ya reinaba Robert Lewandowski. Carlo Ancelotti trató de frenarle en su primer Clásico colocándole a Rüdiger en la banda -como Xavi con Araujo sobre Vinicius-, pero estuvo intratable. Semanas más tarde, el mercado se cerró y Xavi terminó con dos extremos izquierdos -Ferran y Ansu- y dos del lado opuesto -Raphinha y Dembélé-. Comenzaba una temporada cuya confección de plantilla se había asentado sobre el 4-3-3 pero que a medio curso cambiaría.

En medio de toda esta ecuación, Lewandowski. El polaco ha reconocido públicamente que se siente más cómodo jugando con dos bandas puras que en el sistema de cuatro centrocampistas. Todavía se siente en forma para jugar dos o tres años más a nivel élite, pero su cuerpo le va acotando las zonas de acción. Ha perdido algo de pulcritud lejos del área, pero no el instinto. Así las cosas, Xavi invirtió durante un periodo de la temporada en Dembélé y Raphinha. Dos jugadores que se sienten más cómodos en la derecha. Fueron permutando. Ambos jugaron tanto en Múnich como en Milán, donde Raphinha partió a pierna natural. El invento no tuvo demasiada continuidad.

El Barça ha intentado buscarle una salida al brasileño, pero él sigue empeñado en querer triunfar con la camiseta blaugrana. También Xavi ha reiterado en más de una ocasión que no está en venta. El hecho de tener mercado exterior ante el músculo de la Premier y Arabia le convertía en un futbolista con posibilidades de salir. Además, ahora se suma al puzle la pieza de un Abde que demostró ante el Arsenal estar preparado para el primer equipo. La 'repalanca' de este verano le da oxígeno al club para inscribir a renovados y fichados.

Raphinha salió cabreado de varios estadios al ser sustituido. Xavi dijo comprenderlo por la ambición del brasileño. El delantero completó dos partidos en toda la temporada: en Sevilla y en Vallecas. Cuando Ousmane fue baja por lesión, Raphinha comenzó a tener más foco. Cerró la temporada con dobles dígitos: 10 goles y 12 asistencias. Hay otras estadísticas que le sitúan por encima del francés. Dispara más a puerta y con tiros de más calidad por partido, las asistencias que entrega son tan buenas como las del francés y acierta más a la hora de centrar.

En el momento de regatear, eso sí, Dembélé es bastante superior a Raphinha. El francés completa cerca de 3 gambetas por encuentro por 1,7 del brasileño. Es precisamente ese punto de desequilibrio de Ousmane el que hace que la balanza se decante a su favor. Un año después, Raphinha vuelve a enfrentarse al Real Madrid en el país en el que vivió su primera gran noche como blaugrana. Con una primera temporada de muestra, de adaptación, a Raphinha todavía le falta romper del todo el cascarón.